[11: MATRIMONIO Y AMOR]

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MATRIMONIO Y AMOR

«Morgan mucho tiempo creyó que casarse era sinónimo de amor, así lo había visto en sus padres, ellos no sólo se amaban sino que constantemente lo demostraban. Muy distinto a lo que Visenya conocía de los matrimonios, sus padres no lo habían estado, y había visto lo de los reyes y de la heredera al trono, ninguno mostraba ningún tipo de conexión real entre ellos, la reina era una sirvienta más del rey y Laenor se la pasaba en cualquier lugar lejos de Rhaenyra, sin contar que notaba las infidelidades de ésta última, irónicamente ahí si veía amor, así qué entendió que eran dos cosas que eran independientes entre ellas»

Aemond estuvo furioso con su madre mucho tiempo, una sola vez la había desobedecido y había conseguido mandar lejos a la persona que más le interesaba. Por otro lado Visenya junto a Larys fueron sembrando la semilla de un compromiso.

—No vas a llevar al príncipe a un maldito burdel —habló molesta la joven.

—Yo lo hice a su edad, ya le va tocando estar con una mujer a él también por su onomástico número dieciocho.

—Tú eres un sucio.

—Cuida tu boca.

—Puede estar con una mujer sin ir a esos lugares tan grotescos.

Él soltó una estruendosa carcajada.

—¿Te estás ofreciendo? ¿Es eso? Quizás eres tan sucia como yo.

—¡Solo creo que soy una mejor opción que una prostituta cualquiera!

—No lo creo, pero mis hijos nacieron y mi abuelo no me está molestando tanto, y eso me tiene de buen humor así que hazlo.

—¿En serio?

—Sí —mencionó parándose—, le diré que mañana a la noche lo irás a ver, le gustas así que sé que no rechazará la oferta.

Ella sonrió y volvió a sus propios aposentos.

Buscó antes del encuentro entre uno de los vestidos que su padre le había enviado hace relativamente poco tiempo, uno rojo y dorado precioso, le quedaba un poco grande pero apenas se notaba; peino su cabello para que quedara, en su mayoría, suelto, tenía dos mechones delanteros en forma de trenza que se unían en la parte de atrás; tenía un perfume que nunca había usado y se lo colocó en el cuello, no tenía un espejo para verse pero asumió que se veía bien. Salió a mitad de la noche y caminó silenciosamente por los pasillos, su mente estaba concentrada en todas las cosas que había hablado con Larys Strong, es por eso que no notó que le estaban hablando.

—Visenya —la llamó sir Cole mientras la detenía poniendole su brazo a la altura del estómago —. Te estoy hablando.

—Ah, lo siento. —Se sonrojó por la cercanía, él no se estaba alejando de ella—. ¿Qué me decías?

—¿A dónde vas a estás horas? —Olfateo el perfume de flores que la joven tenía puesto.

—El príncipe Aemond decidió que se dará un baño a estás horas y me pidió que le preparara agua caliente.

—¿Y lo harás en ese vestido caro?

—Mis otras prendas están manchadas. —Fue lo único que se le ocurrió decir.

—Qué pésimas excusas. —La miró a los ojos—. Te ves muy bonita, supongo que el príncipe estará encantado.

—No es...

—No tienes que mentir —dijo mientras se separaba—. Qué tengas una linda noche.

Ella lo vió irse y por un momento quiso seguirlo, pero después de unos pasos se dió cuenta que no tendría sentido hacerlo, así que tomó aire y volvió a dirigirse hacia los aposentos de Aemond. Criston  era un enigma para ella, a veces ignoraba totalmente su presencia y otras se acercaba a ella como si habría una íntima relación entre los dos, eso siempre dejaba su corazón confuso.

Sangre TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora