8: ¡Ya vendrá a rogar!

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Lilian

— Sos una adicta al trabajo, le voy a decir a papá que te deje irte ahora — me quejo con Ámbar que está al lado de una pila de papeles trabajando.

— No Lil, me voy a quedar, esto me sirve para aprender muchas cosas y además tu papá necesita que lo ayude — ruedo los ojos y resoplo.

— Ya te vas a volver de esas secretarias como Andrea del diablo viste a la moda — chasqueo la lengua — Mañana vamos juntas entonces— me mira apenada.

— Mañana es el último día para terminar todo esto, tu papá cancelo lo de los Bonelli y lo va a mandar a Danniel porque él no puede — frunzo el ceño.

— ¿Qué es lo de los Bonelli? — suspira.

— Dije Danniel y te brillaron los ojitos — asiento sonriente. — Se van a juntar en el bar "La esencia" ¿Viste donde fuimos la otra vez y necesitaban mesera? — Asiento — Bueno ahí se juntas con los hijos de unos socios, inversionistas algo así — asiento — Ojo lo que hace Lil — sacudo la mano restándole importancia.

— Nos vemos Ámbar, no dejes que mi papá te explote. — camino hacia el ascensor.

Parece que perdí a mi amiga, no pensé que Ámbar se volviera fanática del trabajo.

Subo al ascensor y lo veo, frotándose el rostro supongo que sobrepasado por no aceptar lo que pasa, pero es su culpa si él aceptara lo que le pasa conmigo sería más fácil.

— Yo me pregunto ¿Cuál es el problema? — lo veo levantar la vista ante mi pregunta. Mejor ya sacarnos las dudas ¿no?

— Por favor! Basta! — Lo veo que quiere acercarse al tablero pero se lo impido y toco el botón de emergencia para detener el ascensor— ¡Lilian! — quiere acercarse pero pongo todo mi cuerpo tapando el tablero.

— No vamos a salir hasta que hablemos — ya me canse de todo esto.

— Lilian, te pido que ya termines con este jueguito. — resoplo.

— ¿Qué pasa? ¿No te funciona bien? — Me mira con sus ojos verdes bien abiertos — Eso no es problema, o sea es una pena porque sos joven, pero con una pastillita lo solucionamos — me acerco a él, pero solo retrocede pegándose a la pared del ascensor como si me temiera.

— ¡Lilian! — me sigo acercando mientras finjo estar confundida.

— No me digas que no es tan grande— empieza a abrir la boca pero no le salen las palabras — A mí eso no me molesta en absoluto, uno de los mejores sexos de mi vida me lo dio alguien que no era nada dotado, el secreto es saber usarla Dan — me acerco más y noto su respiración agitada.

— Ese no es el problema Lilian! — lo miro ahora confundida de verdad.

— Entonces no entiendo, te funciona bien, no es chiquita, ¿No te gusto? — Paso mi mano por su hombro haciendo que se sobresalte mientras parece que fue paralizado, bajo mi mano por su brazo — ¿Tan fea soy? — lo miro mordiendo mi labio inferior.

— Yo... Li..Lilian— me acerco un paso más y pongo mis manos en sus hombros una en cada uno.

— Dan, solo sería sexo, te prometo que podrías tenerme horas y no te aburriría — lo miro a los ojos y su desconcierto es increíble.

— Lilian — apoya sus manos sobre las mías haciendo que todos los bellos del cuerpo se me ericen, noto sus intenciones de apartarme así que me pego a él entrelazando mis manos en su nuca, él se pega más al metal del ascensor y levanta sus manos.

Ya está, ¿Para que posponerlo? Lo estiro hacía mí pegando a mis labios y como lo imaginaba, me responde.

Sus manos no me tocan pero su boca me regala un increíble beso, pego mi cuerpo a él pero de un momento a otro me aparta.

¡Podría ser tu padre! 🔥(HISTORIA FINALIZADA) 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora