41: Tortura.

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Danniel

Separo mis labios suavemente y sus ojos están cerrados.

— Yo también te quiero Dan — Abre los ojos y me mira con una sonrisa muy dulce.

— No sé si con eso te alcanza Lil — asiente y vuelve a besarme.

— Me alcanza Dan — apoya su cabeza en mi hombro — Por ahora alcanza — Acaricio su espalda mientras aspiro el aroma de su pelo. — Dan, yo necesito que cuando volvamos decidamos qué es esto — me mira seria y sus ojos se ven diferentes.

— Lo sé — suspiro — De verdad lo sé Lil — sonríe y sopla mi rostro de manera juguetona.

— No quiero estar así, se supone que debemos disfrutar y resulto que sos mi esclavo — arqueo una ceja — ¿O querés ser mi papi? — abro mis ojos espantado y se comienza a reír.

— Lilian te voy a pedir una sola cosa — deja de reírse para mirarme — No vuelvas a insinuar algo así, no es nada excitante Lil, es turbio — rueda los ojos.

— Tanto trauma Dan, no es...

— Lilian no vuelvas a decirlo, no me gusta y es de verdad muy turbio — la miro serio, porque de verdad que eso no me gusta.

— Ya entendí, nada de eso, ni jugando — asiento mientras me separo un poco de ella.

— Solo sos mi esclavo entonces — comenta divertida.

— Empatamos, así que ninguno puede ser esclavo del otro — bufa y me estira del brazo.

Me giro a verla y está haciéndome ojitos mientras sonríe mordiendo su labio.

— No seas malo, se mi esclavo sexual una vez — lanzo una risa — ¿Acaso no querés? — agarra sus manos en la espalda y se balancea de un lado al otro, tiene un bikini verde brilloso muy lindo, se mueve mientras abanica sus pestañas.

— Lil — se acerca más a mí.

— Creo que ya tuvimos mucho sol, yo voy a la habitación para prepararte una sorpresa — Me da un beso en la mejilla, luego en los labios y se va caminando con sus manos en la espalda.

Por favor, ella es toda una experta en encenderme con cosas tan simples como sus ojos mirándome con picardía, un simple beso casto y rápido que me deja necesitado de más, sin contar el saber que está esperándome a la habitación para fundirnos en el placer incontrolable que podemos darnos.

.....

Entro a la habitación y todo está igual, dejo en el refrigerador que tenemos en la habitación el helado que compré.

— ¿Lil? — voy a acercarme al baño y sale apoyándose en el marco de la puerta tiene puesto un conjunto de lencería negra que no deja nada a la imaginación, tiras cruzan por su vientre y piernas dando la ilusión que está atada por ellas, lleva una especie de bata de seda trasparente blanca que le da un toque muy sensual, solo puedo pensar en tenerla así atada a la cama mientras la lleno de placer.

— ¿Te gusta? — asiento acercándome a ella como si de mí presa se tratara.

— Me encanta Lil — estira su mano frenándome y con el dedo índice de la otra mano niega.

— Lejos Dan, hoy vamos a jugar un poco — me empuja llevándome a la cama obligándome a quedar sentado en el borde. No saca la mano de mi pecho para mantenerme alejado, pasa su mano libre por mi entrepierna en una caricia lenta y tortuosa hasta que llega a mi pecho y me empuja dejándome acostado. — Solo podes mirar, sin tocar nada — se gira dejándome ver como hay dos tiras que rodean sus glúteos, tira la bata deslizándola lentamente por sus hombros con mucha sensualidad.

¡Podría ser tu padre! 🔥(HISTORIA FINALIZADA) 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora