68: Felices en el infierno (Final)

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Pov: Danniel.

— Dan, amor...

Escucho su voz entre dormido, no sé si es un sueño o ella de verdad está hablándome.

— Dan... Vida arriba — siento sus manos tocar mi pecho suavemente acercándose a mi entrepierna. — Amor, es urgente — me sobresalto sentándome en la cama.

— ¿Te sentís mal? ¿Hay que ir al hospital? ¿Los bebé está bien? — La examino y solo está mirándome muy tranquila, abanicando sus pestañas. — Lil ¿Para qué me despertaste? — sonríe pestañeando y me abraza por el cuello arrodillándome en la cama.

— Quiero... — me da un beso suave — Quiero atención amor — hace un puchero y suspiro.

— Lilian, no podes despertarme así, solo por.... solo por un poco de sexo amor, necesito dormir, me asustaste — frunce el ceño enojada y deja de abrazarme.

Para que no huya la tomo de la cintura apoyando mis pulgares en su vientre, ya bastante crecido, nuestros pequeños no dejan de crecer, entramos a los 7 meses hace unos días y Lil desde que empezó el embarazo está demasiado demandante, me despierta en la madrugada a cada día para tener sexo. Le llego a decir que no y prepárense para el llanto descomunal.

— Vamos preciosa, me asustaste — no me mira está ofendida la conozco.

Lil es súper caprichosa, lo más desobediente y rebelde que existe, no hay caso de hacerla entrar en razón, terca como una mula y súper orgullosa.

— No pasó nada, deberías estar feliz y hacerme el amor sin protestar — ruedo los ojos porque a veces Lilian es exasperante.

— Lil, no seas así, ¿Acaso solo soy un objeto? — se encoje de hombros. — Lilian no me hagas hombrito.

— Serví para algo — yo sé que las hormonas y todo eso, pero ella no puede hablarme así.

— Lilian, no te hagas la tonta, deja de hablarme así — me mira abriendo los ojos enojada y cuando me mira así, juro que me enoja muchísimo.

— Ándate a cagar Dan, solo decime estás gorda y horrible, no voy a tocarte por eso, anda a buscarte una pendeja que no haya quedado gorda por tener a tus hijos — se libera de mí y sale de la cama enojada.

Respiro tomando paciencia, a Lilian por las malas no le saco nada, debo repetírmelo.

Amo a Lil, por dios la amo con mi vida, ella es la mujer de mis sueños sin dudas, pero eso no nos hace menos explosivos y siempre fuimos así, antes y ahora peor.

Tenemos nuestras discusiones a los gritos limpios y luego todo se soluciona con unas risas por lo ridículo de la discusión o lo hablamos si era algo serio, lo mejor siempre es el sexo de reconciliación, pero ahora Lil está inconvencible.

— ¡Lilian! — camino hasta la cocina donde está en mirándome mal mientras come un pedazo de pizza fría — ¿Vamos a pelear por esto? — se encoje de hombros y me exaspera que se comporte como una niña.

— No te hagas el harto de mí, es muy fácil, agarras tus cosas y te vas Danniel — me sonrío tratando de aguantar las ganas de reír — No te rías de mí, ya sé que soy ridícula — me acerco despacio porque ya está llorando.

Mi preciosa mujer es un manojito de hormonas, la amo y aunque es complicada al igual que yo, mi debilidad es verla llorar.

— No llores Lil — la abrazo y ella corresponde agarrando mi remera con fuerza pero no deja de comer en ningún momento.

— .oy u.a .or.a — beso su frente y levanto su mentón para besarla.

— Sos hermosa y estás cada día más buena amor — Limpio la comisura de sus labios y le saco la pizza. — Si te preocupa que no me gustes, ya mismo dejas de pensar eso, me encantas, estoy esperando con ansias que nazcan los gemelos para poder hacerte más bebés con las ganas de romper la cama que tengo amor — lanza una risita hermosa.

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⏰ Última actualización: Mar 11 ⏰

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