16: Relación laboral agradable.

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Lilian

— ¿Lilian, vos invitaste a alguien? — Demián me grita desde abajo y recuerdo que Ámbar iba a venir.

— Si, ya bajo — me levanto y salgo corriendo para bajar la escalera.

Demián me mira frunciendo el ceño y yo sonrío para que no me mate.

— Solo es mi amiga, prometo que no haremos nada raro — rueda los ojos y camina a la cocina.

— No me gusta que vengan mujeres a mi casa, mucho que te dejo a vos — suspiro.

— Okey, será la primera y última vez, aunque mal no te haría socializar. — me mira arqueando una ceja.

Lo ignoro y voy a la puerta.

— Hola — saludo a mi amiga que sonríe al verme. — Pasa rápido— la estiro para arrastrarla a la habitación.

— Hola soy Ámbar — dice ella al pasar a lo que Demián la ignora completamente.

— Si no querés morir camina — la estiro mientras entramos a la habitación.

— Ay bruta, no vez que creo que me enamoré— la miro negando — ¿Qué? Me tenes buscando el hombre perfecto y lo tenías viviendo con vos, cuando me dijiste que vivías con tu primo gruñón se te olvido decir que parece un modelo y encima está bueno como el infierno — frunzo el ceño y la miro regañándola.

— Basta Ámbar — me mira confundida. — No jodas con Demián— arquea una ceja.

— ¿Tiene novia? — pienso que responder, en síntesis no tiene, pero le estoy ahorrando una rechazada fea a mi amiga.

— No pero...

— Entonces puedo hablarle, vos viste sus ojos, es divino, es lindo por donde lo mires, yo quiero uno así— le doy un empujón.

— Lastima, una pequeña de 18 años lo tiene llorando por los rincones así que no tenes oportunidad — abre la boca asombrada.

— Yo puedo consolarlo — me río a carcajadas.

— Te voy a tener que consolar cuando Demiancito te rechace, él está muy enamorado de la pequeña Penny — resopla y me mira mal.

— No funciona tu maldita técnica de obtener lo que querés — ruedo los ojos.

— Déjame en paz, no tengo tan buen humor, está maldita semana fue un puto asco — se sienta a mi lado en la cama.

— Siguen "Llevando una relación laboral agradable" — asiento con molestia.

— Estoy siendo muy educada a pesar de notar como me mira, a veces se me escapa alguna miradita, es que está tan bueno que no puedo evitarlo, pero te juro — pataleo enojada— No puedo creer que me tiene así, que piense en el maldito cada que me masturbo, que le guste tan poco que es fácil para él resistirse. — Resoplo — Mañana me voy a ver con un idiota que conocí por ahí, necesito sexo y necesito dejar de pensar en Danniel. — Ámbar me mira un poco abrumada.

— Yo creo que deberías agradecer que al menos te mira y tuvieron al menos algo de contacto, imagínate estar ahí tirarle todas las señales y que solo te vea como una niña — achico los ojos mirándola más de cerca.

— ¿Vos estás persiguiendo a alguien mayor? — Me mira avergonzada — Contame todo por favor. — ella niega poniéndose muy roja. — Ay por favor, tenes que contarme, quizás a vos te vaya mejor que a mí— niega frunciendo el ceño.

— Ni me registra, solo lo contemplo, pero él no me mira y dudo que lo haga — ruedo los ojos porque Ámbar es poco insistente, es una chica linda, castaña ojos verdes, un cuerpo proporcionado, joven.

¡Podría ser tu padre! 🔥(HISTORIA FINALIZADA) 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora