35: Cinco días para enamorarte.

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Danniel

— Lilian no interfieras — Llevo a Lilian a un lugar apartado tratando que no entre en la discusión de Atenea y Erik.

— Pero... es mi culpa — se la ve afligida — La puta madre Ámbar, si sabía que era mi papá — la miro confundido.

— Vos sabías— niega mientras mira hacia su amiga que está llorando.

— No sabía que era mi papá, la puta madre, yo le dije que haga eso, me cago en todo — no entiendo nada de lo que dice y creo que ella lo nota. — Dan yo le dije a Ámbar que separé a mis papás sin saber que eran ellos — Ay Lil, ya me imagino lo que le abra dicho a su amiga.

— Lil — asiente afligida.

— Con razón no funcionaba y yo insistiendo, no puede ser — pongo mis manos en sus hombros para que se tranquilice.

— Ya está Lilian, no sabías y no es tu culpa, tu amiga fue quien lo hizo — suspiro y veo a Erik acercarse.

Me separo de ella rápido e incómodo, ella me mira frunciendo el ceño y mira a su papá que viene apurado hacia nosotros.

— Dan yo... — mira hacia el ascensor — Lilian el viaje de mañana lo haces con Danniel — creo que estoy demasiado rígido porque Lilian me pega un codazo.

— ¿Conmigo? — pregunto desencajado de la situación.

— Si, porque no voy a dejar a Atenea así, cuídala Dan y Lil — mira a su hija — No lo hagas estresarse, aprovecha el congreso — ella asiente como una niña buena y creo que es una pésima idea esto.

— Erik estás seguro que...

— Si Dan, no puedo ir, yo... me voy a alcanzar a Atenea — ni siquiera nos saluda y se va.

Miro a Lilian que se está alejando para ir junto con su amiga.

— Lil — se gira seria.

— Voy a ver a mi amiga y después hablamos Dan — asiento y la dejo irse

Un viaje con Lilian a España, no sé qué pensar. Eso podría salir muy bien o muy mal teniendo en cuenta que allá está mi vida. Pero podemos estar en cualquier lugar que no sea mi casa, la verdad que temo que pasar tiempo con ella solos, en un lugar donde no tengo la presión de que Erik se entere; solo me haga aferrarme más y que luego alejarme de ella se me haga más difícil aún. Además que tenerla donde luego viviré cada día al irme, será un poco tortuoso, todo me recordaría a ella.

No sé qué pensar, pero tampoco tengo muchas opciones, esta situación fue tan confusa y apresurada que nadie me preguntó si yo estaba dispuesto.

Erik diciendo que la cuide solo aumenta mi culpa, la cual desaparece cuando estoy con Lilian, ella es una maldita droga que te genera adicción de solo probar una vez.

Tengo una gran pelea entre mi conciencia y mi cuerpo sin sumarle mis sentimientos que apoyan a mi cuerpo dándole una partida perdida a mi conciencia. Eso me convierte en un maldito desgraciado.

Pero es más grande a nivel mental las consecuencias de dejarla que las de estar con ella y traicionar la confianza de mi amigo.

Creo que ya no tengo arreglo, justificando mis actos para no sentirme mal por hacerlo. Es que se siente tan bien estar con ella que no tiene sentido que esté mal.

*******

Lilian

— Ámbar — me acerco a mi amiga que junta sus cosas en un mar de lágrimas.

— No quiero hablar Lilian — intento acercarme y ella está frenética.

— Ámbar, por favor — ella nueva y le saco la caja que tiene en su mano.

— Lil quiero irme yo — la abrazo porque está llorando demasiado y no me gusta.

— Ya Ámbar lo siento, soy una tonta, yo y mis consejos, me paso de pendeja — la siento moverse mientras llora.

— Soy una idiota, no sé qué pensaba, el jamás me tiro una señal positiva— mierda, es obvio papá está muy loco por mamá nunca miraría a otra mujer y menos a una de su edad.

— Ya amiga, hay miles de hombres en el mundo, mi viejo es un tonto, no te convenía ni aunque estuviera soltero, es amargado y anticuado, que asco — se ríe de mis palabras.

— No lo entenderías Lil, me siento sucia, humillada y lo peor una maldita rompe hogares — mierda, soy una pésima amiga.

— Perdón, juro que nunca más voy a dar mis consejos estúpidos — niega mientras se separa.

— Tendría que haberte dicho que era tu papá y me ahorraba todo esto — me siento para la mierda, pobre Ambi.

— Me siento mal — niega frunciendo el ceño secando tus lágrimas— Creo que me gusta mirar donde sé que no tengo oportunidad, tu primo, tu papá, el estúpido de Ariel que también tenía novia, creo que tengo que empezar a quererme más y no buscar nada por un tiempo — sonrío de lado, pero ella tiene razón, Ámbar todo el tiempo busca alguien en que refugiarse, más en específico hombres.

— ¿Qué vas a hacer? — se encoje de hombros.

— Por ahora ausentarme unos días de la empresa — hago un puchero pero ella sonríe. — Tranquila, solo es para calmar las aguas, vos relájate y disfruta de Danniel que al parecer va bien la cosa ¿no? — asiento rodando loa ojos.

— Algo así, ahora tengo que viajar con él a España unos días— abre los ojos sorprendida.

— Eso es bueno, definitivamente muy bueno — suspiro algo preocupada.

— Si supongo, no sé — miro mis manos y Ámbar jadea de asombro.

— No puede ser — pongo mi mano para que no hable.

— No lo digas por favor — se queda callada y la miro afligida — Creo que sí, pero no me anima a decir nada, no quiero un rechazo, así que me asusta pasar tiempo juntos — niega sonriendo.

— No seas tonta, aprovéchalo como unas vacaciones, lleva todo tu arsenal y volvelo loco — suspiro sonriendo porque Ámbar ya suena como yo. — Dale Lil, ¿Dónde quedo esa loca que todo lo consigue?

— No lo sé, no me siento yo estos días— ella me agarra del brazo mientras me obliga a llevar su caja.

— Ponete las pilas que ¿Cuándo se van? — la miro sonriendo.

— Mañana nos vamos hasta el lunes — me mira emocionada.

— Son 5 días, Lil aprovecha, es tu oportunidad para enamorarlo como solo vos sabes — suspiro mordiendo mi labio inferior.

— Tengo miedo Ambi— me mira regañándome.

— Por favor, justo vos, sabes que tenes lo necesario, vos sos la que le enseña a alas demás a conquistar no podes tener miedo — la miro dudosa. — Lilian por favor — ella tiene razón ¿Desde cuándo soy miedosa?

— Es verdad, soy experta en esto — ella asiente muy segura. — Solo tengo que seguir volviéndolo loco ¿no? — asiente levantando las cejas.

— No me hagas perder la fe en el amor — ruedo los ojos — Ya, estoy exagerando, pero ya que a mí no se me dio que se te dé a vos — suspiro un poco más animada.

— Tenes razón no puedo rendirme, solo tengo que ser yo misma al fin y al cabo — me mira como diciendo "Eso eso".

¡Cinco días para enamorar a Dan!

¡Podría ser tu padre! 🔥(HISTORIA FINALIZADA) 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora