48: Danniel, está muerto para mí

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Lilian

No salió de su oficina, no lo vi entrar porque el llego antes que yo claramente, quiero creer que todo tiene un motivo, pero es solo lo que trato de decirle a mi cerebro para no sentirme mal por ser una ilusa.

— Hola — levanto la vista y miro a Uriel que está con una sonrisa mientras deja un café sobre mi escritorio. — No lo compré en la máquina, así que no hay riesgo de intoxicación — miro el café, luego a él. — Quería ver como seguías — tomo el café y sonrío.

— Bien, gracias — doy un sorbo — Muy bueno y la verdad no desayuné — sonríe apoyándose en mi cubículo.

— Pensé que quizás tenías resaca y quise colaborar— niego divertida.

— Yo resaca, jamás — levanta el pulgar y guiño un ojo.

— Eso es bueno, yo tomo media cerveza al día siguiente no puede levantarme ni aunque quiera, soy blando — se ríe y lo sigo en su risa.

Uriel es amable y divertido, ayer me la pase bien, al menos no pensé por unas horas.

— Yo me pongo ebria fácil, pero no tengo resaca, años de experiencia — se ríe divertido.

— Pero si tenemos casi la misma edad — me encojo de hombros. — Voy a confesar que vine a invitarte a almorzar, no sé si te dan horario de almuerzo a ti también — asiento — ¿Qué dices almorzamos? — lo dudo, la verdad no sé si sería buena idea.

— Lilian podrías... — Danniel sale de su oficina y mira a Uriel luego a mí, que no vea que estoy mal.

— Si almorcemos Uriel — sonrío amable.

— Genial nos vemos Lilian, Danniel — lo saluda con un movimiento de cabeza y se va regalándole una sonrisa.

Danniel lo mira marcharse y luego me mira a mí bastante molesto.

— Lilian, ¿Qué haces con él? — levanto una ceja.

— ¿Qué necesitabas Danniel? — me mira indignado.

— Lilian — su teléfono suena y él lo mira resoplando — Necesito los papeles de la propuesta Lirio — asiento mordiéndome la lengua porque al parecer ya ni siquiera tiene celos.

Saco los papeles del cajón y se los extiendo a mala gana, él me mira como si quisiera decirme algo, sus hermosos ojos se ven afligidos y miro mi computador para no ser una estúpida.

Él toma los papeles y me agarra la mano.

— Lil — lo miro y miro su mano sosteniendo la mía — Gracias por los papeles — ¿Por qué me mira así? ¿Por qué siento que él está sufriendo?

— No es nada Danniel — saco mi mano y sigo en mis cosas, él se queda unos segundos viéndome y se va azotando su puerta muy fuerte.

¡Imbécil!

.......

— Lista para el almuerzo — miro a Uriel y no me di cuenta que pasó la hora tan rápido, me levanto y miro hacia la oficina de Danniel. — ¿Tienes que avisarle a Danniel? — pregunta y yo solo niego.

Estamos caminando al ascensor y veo a Danniel abrir la puerta mientras nos observa y maldición, me siento mal, no puedo hacer esto.

Las puertas del ascensor se cierran y yo miro al chico ingenuo a mi lado pensando la forma de decirle que no haré esto, no puedo hacerlo y aunque sé que Danniel es un idiota, no puedo simplemente sentirme bien. ¡Lo odio!

— Uriel, me siento un poco mal, creo que me retiraré a casa, dejamos el almuerzo para otro día — me mira apenado — Espero no lo tomes a mal.

— No tranquila, podemos almorzar en cualquier momento. — Asiento y bajamos pero yo me voy a la salida.

¡Podría ser tu padre! 🔥(HISTORIA FINALIZADA) 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora