45: Confiar

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Lilian

Abro los ojos como puedo, porque apenas qué puedo hacerlo, deben estar muy hinchados. Veo a Demián con su guitarra tocando algo que no identifico.

— Buenas Molesta — me mira y trato de sonreír.

— Me debo ver asquerosa — se encoje de hombros.

— Siempre te vez asquerosa, pero hoy te vez más humana que de costumbre — ruedo los ojos porque aunque se haga el duro está acá cuidando de mí.

— No sé qué hacer, debería ir mañana al trabajo y... — suspiro para no volver a llorar — Yo no puedo estar así, es un hombre nada más, hay miles y listo, no voy a estar mal. — Demián deja si guitarra a un lado y se sienta a mi lado.

— Yo no voy a decirte, hace esto o aquello, vos tenes que hacer lo mejor que puedas nada más, no te tortures — asiento suspirando con pesar.

— Todos tienen razón el amor apesta Demián — el asiente con una sonrisa de lado.

— Muchísimo, es una asco y no se quita, no importa cuánto pase está ahí ese sentimiento siempre— se frota la nuca — Cada día yo la recuerdo, extraño todo de ella, lo bien me que hacía sentir y no hablo del sexo, eso sí era fabuloso, pero hablo de su chispa, su inocencia, ella llenaba mi existencia de vida, de luz — lanza una risa con pesar. — Ahora Lil, ¿Cuán indispensable lo volviste para tu vida? — miro mis manos dudosas.

— Eso no debería importar si yo quiero olvidarlo voy a hacerlo, solo... — miro a mi primo que está expectante a mi respuesta — Solo déjame creer que puedo olvidarlo, porque no quiero verlo y sentir lo que siento — Demián pone su mano en mi hombro.

— No quiero sonar mala onda, ni tampoco pesimista, pero lo que sentís no va a desaparecer de la noche a la mañana— miro el techo — Lo mejor sería que hablen y de una vez te desencantes — seco unas lágrimas que se me escapan por la comisura del ojo.

—Lo sé, mañana tengo que ir a trabajar y si quiere hablar, que hable, pero yo no voy a ser la idiota que caiga en sus mentiras — Demián se levanta y agarra su guitarra para salir de la habitación.

— Ahora ya se fue — suspiro pensando en su baja insistencia — Descansa Lil — Demián se va dejándome sola y las ganas de llorar me quieren invadir pero no lo permito, yo no voy a estar mal por nadie.

......

Bajo la escalera lista para ir al trabajo, soy una mujer muy fuerte y nada puede romper mi espíritu menos un hombre.

— A bueno, parece que sos una mujer renovada — Demián me observa con una sonrisa — Deberías enseñarme tus trucos Lilian — ruedo los ojos.

— Tener un corazón de hielo Demiancito — rueda los ojos divertido y yo camino a la puerta.

— ¿No desayunas? — niego frunciendo el ceño.

— No tengo apetito, tranquilo — salgo sin esperar respuesta, solo quiero ir a la empresa y que este día pase rápido.

¿Qué voy a hacer? Nada. No pienso reclamarle, no pienso hacer nada, solo lo ignoraré, al fin y al cabo no tengo quejas, fue bueno mientras duro, disfrute del sexo, de la compañía, ya está.

Bajo en la empresa y creo que voy a poder, no es tan difícil, yo soy una persona muy libre, solo tengo que ser como siempre, vivir la vida, si es por el sexo puedo buscar a cualquier otro, la compañía, nunca necesite de ella.

Subo al ascensor y suspiro recordando la patética escena de ayer. Las puertas del ascensor están por cerrarse y tenía que ser él, entra agitado y solo me mira a mí.

— Lilian por favor hablemos — lo ignoro, no voy a hablar con él. — Lilian por favor — Se acerca y toma mi brazo.

— Danniel no tenemos nada de qué hablar — me zafo.

— Lil por favor — suelta lo que tiene en las manos y aprieta el botón de emergencia.

Lo miro enojada.

— Dejemos los juegos Danniel, no me molestes y seguí con tus cosas, fui madura entendiéndolo, no me molestes. — se acerca a mi acorralándome contra el metal del ascensor.

Lo golpeo en el pecho para que se aleje pero es inútil.

— Lil, no estás entendiendo bien las cosas — sigo golpeándolo para que se aleje.

— No quiero entender nada, quiero que me dejes sola y respetes mis limites personales — con su mano levanta mi mentón y me besa, le correspondo ¡Maldición! Le correspondo, soy tan idiota que lo hago, pero no voy a ser así, lo muerdo y se separa pero no deja de sostenerme.

— Lil lo siento, toda esta confusión — lo miro aguantando las ganas de llorar que me invaden.

— No sé quién te pensas que sos, pero no me vengas con jueguitos, tengo malditos valores y no voy a seguir siendo tu entretenimiento. — apoya su frente con la mía, odio esto, que tenerlo cerca sea como una caricia al alma, que su calor sea tan imprescindible para que mi corazón lata. Que un simple beso me deje así, llena de emociones y odio que sea un mentiroso porque aun así no dejo de amarlo.

— Lil, ella no es nada mío solo está confundida, Lena está muy loca — miro sus ojos y parece sincero ¡Maldición! Parece tan sincero.

— Entonces porque ayer no hiciste nada, dejaste que bese frente a mí, no lo negaste, te quedaste cállate como el típico infiel culposo — niega repetidas veces.

— Me tomo por sorpresa, no me lo esperaba no pensé que ella haría algo así, déjame arreglarlo Lil, voy a solucionar esto — lo miro buscando un rastro de mentira y no lo veo, ¿Será que estoy tan ciega que no lo veo? Él parece sincero.

— Pero podrías haberme seguido, podrías haber dicho algo más— suspira cerrando tus ojos.

— Fue una situación difícil Lil, estaba tu papá, vos me dijiste que no querías decirle aún, no supe que hacer, perdón— acaricia mi mejilla y la calidez de su toque me llena — Perdón, no supe que hacer, pero sos la única Lil, te juro que no hay nadie más, yo estoy loco por vos, no te cambiaría, nunca lo haría. — Aprieto mis labios y me siento una mujer común e ingenua, porque ahora quiero creerle todo.

— No lo sé, ¿Cómo sé que no mentís? — toma mis mejillas con sus manos y frota su nariz con la mía.

— Porque lo que siento por vos Lilian no se compara con nada, no necesito nada más, te tengo a vos y es suficiente — me besa, un beso suave, tierno y lleno de sentimiento, un beso que me grita amor por todos lados y yo... soy débil porque creo que dice la verdad. — Lil, te juro que yo no tengo nada con Lena — lo miro a los ojos y decido darle una oportunidad.

— Una oportunidad, solo espero que no mientas Dan, si es así créeme que me vas a conocer y no te va a gustar — asiente seguro.

— Esto es todo un mal entendido, prometo solucionarlo, ¿Confías en mí?— suspiro y asiento, me da un corto beso y activa el ascensor.

Entrelaza su mano con la mía acariciándola con su pulgar, miro nuestras manos, lo miro a él.

— Te quiero Lil — sonrío como una idiota y lo atraigo a mí para besarlo.

— Y yo Dan te quiero mucho — nos separamos porque las puertas se abren y bajamos en nuestro piso.

Pero como nunca se puede tener demasiada paz, esta Lena sentada en mi silla con toda su perfecta belleza y elegancia.

— Hola Amor, creí que no llegabas más — miro a Danniel esperando que haga algo.

— Lena, vamos a mi oficina — la mujer se levanta rodando los ojos.

— Siempre es así de reservado en el trabajo — menciona mirándome con una sonrisa.

— Lena por favor a mi oficina — ella camina en silencio y Danniel se acerca a mí.

— Confía en mi — me susurra marchándose tras ella.

Una oportunidad Dan, voy a confiar. Ya no tengo nada que perder

¡Podría ser tu padre! 🔥(HISTORIA FINALIZADA) 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora