28: Un rapidito

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Lilian

Abro la puerta y me encuentro con una extraña situación.

Ámbar sentada en la mesa y Demián en el sillón que apenas me ve se levanta.

— Al fin, pensé que ese hombre no te devolvería jamás, aun no comprendo cómo te soporta tanto — camina hacia las escaleras. — La próxima juro que no voy a ser tan amable, no me apetece lidiar con borrachas despechadas — Ámbar me mira avergonzada.

No respondo nada porque no tengo idea de lo que pudo haber pasado, vengo de disfrutar mi domingo como nunca y acá todo es un caos.

— Te juro que no quise traerte problemas con tu primo, al parecer estaba muy borracha y...

— ¿Despechada? — pregunto dejando mis cosas en el sillón para sentarme frente a ella.

— Eso es otra cosa horrible y vergonzosa — agacha la cabeza afligida.

— ¿No me digas que ayer estaba tu hombre y no lo vi? Tendrías que habérmelo mostrado — niega frunciendo el ceño.

— No valía la pena, yo solo me humille porque el salió huyendo — no entiendo.

— ¿Se besaron? ¿Hubo sexo? ¿Qué pasó? — me mira con los ojos llorosos.

— No quiero hablar del tema Lil, no ahora. Solo quiero que la tierra me trague, porque ahora que él sabe lo que yo siento ni siquiera podré ir al trabajo sin sentirme humillada. — ¿Tan grave fue?

— Espera Ámbar — me mira al borde de las lágrimas — Primero nada de llanto — la señalo — Segundo si él ya sabe lo que vos sentís mejor — frunce el ceño sin entender mi punto — Ay amiga, si él ya está al tanto de todo, ¿Qué espera? No tenes que disimular más, podes ser descarada sin miedo, ¿Qué podes perder? Ya según vos te humillaste lo suficiente, así que podes ser una maldita insinuadora — se empieza a reír.

— Estoy segura que esa palabra no existe, además no quiero quedar más en ridículo — ruedo los ojos.

— Si huyo es porque no se permite sentir lo que siente, Dan hizo lo mismo conmigo — Ámbar niega.

— No es la misma situación, Dan es soltero, el mío no lo es y yo no voy a poder competir contra su mujer — resoplo.

— ¿Es mal linda que vos? — Duda que responder.

— No lo sé, ella es linda pero... sí, yo tengo un mejor cuerpo y soy bonita es verdad — abro los ojos incitándola.

— Ya está, que más da cuando uno ya no tiene más dignidad que perder, vas a todo o nada y si tan perra es su mujer como decís, simple Ámbar, nada que una ropa interior en el saco no solucione. Nadie sabrá que era tuya y si su relación es tan frágil ahí llegara tu oportunidad — me mira dudosa — No lo dudes, a la primera te lo coges sin miedo al éxito — levanto mi dedo índice — Nada de preámbulos, luego me agradecerás por el mejor sexo de tu vida — se empieza a reír — Lo sé, soy increíble para aconsejarte — niega mientras sigue riéndose — Ahora me montas ¿Qué pasó con Demiancito que estaba tan enojado? — se cubre la cara apenada.

— Digamos que quería descargar la frustración con un hombre pero apenas que le toque sus brazos y el hombre con una firmeza inquebrantable que dijo mil cosas que dejarán claro que él no quiere que las mujeres lo toquen — lanzo una carcajada. — Es que digamos que hasta quería besarlo y otras cosas que no vale mencionar, pero ya vez no paso ni siquiera a menores, sí que lo tiene bien atrapado la chiquita esa que se fue — asiento riéndome.

— La pequeña Penny tenía sus poderes al parecer, porque lo tiene cumpliendo un celibato muy estricto — ambas nos reímos.

— ¿Y vos? Venís de la casa de Danniel — sonrío como idiota mientras asiento — Ustedes no pierden el tiempo, él sí que no le tiene miedo a la destrucción. — arqueo una ceja confundida — Tu papá se entera y no solo lo echa, lo destruye físicamente, es capaz de juntar las gemas del infinito para hacerlo desaparecer — sacudo mi mano porque exagera.

— Mi papá no va a enterarse, porque esto es solo algo pasajero — Ámbar se hace la tonta. — ¿Qué? — me mira con obviedad.

— ¿Lo digo Lilian o vas a decirlo vos? — abro los ojos desentendida.

— ¿Qué cosa? — se aclara la vos.

— Danniel te gusta y más allá del sexo ¿Me equivoco? — claro que no se equivoca, pero de ahí a admitirlo. Eso es demasiado.

— No fastidies Ámbar — ella solo rueda los ojos.

No lo comprende, esos sentimientos no son algo bueno, es algo inesperado y que no estaba en los planes, pero están y solo queda tratar de hacer que pasen. ¿Es posible?

.......

Miro mi reloj, solo queda una hora para salir, ¿Por qué no pasa más rápido?

Yo: ¿Qué te parece que comamos hamburguesas? La verdad que podría morir de hambre en cualquier momento.

Dan: Yo solo quiero comer una cosa

¿Ahora se va a poner quisquilloso con la comida? Ah no yo...

Dan: A vos y si es sin ropa mejor.

Danniel jamás decepciona, ese hombre rinde en la cama como si tuviera 20 años, eso es increíble para mí. Aunque admito que a veces me agota, me deja totalmente vacía de energía.

Yo: Si no fuéramos tan correctos te daría un adelanto ahora.

Dan: No me tientes Lil, solo son 20 metros hasta tu cubículo, es traerte acá y romper todo el mobiliario.

Lo que me caliente este hombre, ahora solo quiero ir a su oficina y que me folle donde cualquiera podría entrar y vernos.

Yo: Un rapidito no me hace mal a nadie ¿no?

Muerdo mi labio inferior esperando su respuesta.

Dan: En la oficina ahora señorita Echeverría.

Me levanto y camino tranquila pero a paso rápido hasta la oficina, entro y veo a Danniel sentado en su escritorio mirando con esos ojos que me desnudan y en su mente ya me follo contra el escritorio, solo pensarlo ya siento mi ropa interior mojarse.

Me hace seña con el dedo para que me acerque y este maldito jueguito de oficina me encanta. Camino despacio y sensual, mientras muerdo mi labio inferior.

— No me mires así Lilian, dijimos de comportarnos en el trabajo — si claro por eso me llamo, ni él se lo cree.

— Lo siento Dan, si no querías que me ponga así ¿Para que me llamas? — llego hasta su lado y me toma de la cintura sentándome en su regazo.

— Si no querés que quedemos ambos desempleados no me provoques chiquita — me sonrío y lo estiro de las solapas de su saco para besarlo.

Sus hermosas y calientes manos comienzan a tocar mis piernas y maldigo no haber traído falda, recorre mi espalda hasta llegar a mi nuca enterrando su mano en mi pelo me besa con tanto deseo que me deja desorientada cuando nos separamos.

— Lil voy a prohibir tu ingreso a menos que sea con falda porque ahora, ¿Cómo solucionamos esto? — Se mueve haciendo que sienta en mi trasero su erección.

Me levanto, me mira pensando que me voy a ir arqueando una ceja y frunciendo el ceño.

Alejo su silla del escritorio y me arrodillo metiéndome entre sus piernas.

— Soy experta en solucionar problemas — comienza a reírse mientras cierra los ojos inclinando su cabeza hacia atrás.

— Sos de terror Lil — acerco un poco más su silla a mí y sin despegarle la mirada comienzo a desabrochar su pantalón — Un día me vas a matar Lil — termino de desabrochar su cinturo...

— ¡LILIAN!

— ¡Me muero es tu papá!

¡La puta madre!

¡Podría ser tu padre! 🔥(HISTORIA FINALIZADA) 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora