26: Odio compartir

1.4K 57 0
                                    



Lilian

— Lilian — mi cabeza, me muevo sobre las suaves sabanas que me envuelven — Lilian — intento abrir los ojos sin éxito — ¿Querés desayunar? — la voz de Danniel se escucha tan suave.

¿La voz de Danniel?

Abro los ojos y lo veo, la luz del día ilumina su habitación. Me siento en la cama mirando toda confundida, me cubro con las sabanas al ver que estoy solo con mis calzones pero sin mi vestido.

— Buenos días Lilian, ¿Te sentís bien? — asiento y miro la bandeja que trae en sus manos. — Seguro tenes hambre, ayer no comiste nada y tomaste mucho — asiento sin saber que decir.

— Yo... mejor me voy si querés — Niega sentándose en la cama mientras apoya en mis piernas la bandeja con el desayuno que preparó para mí.

— Tranquila, te traje por propia voluntad, tu... ¿Primo? Creo, él se ofreció a llevarte y preferí que no — claro no iba a desperdiciar la oportunidad de que follemos un domingo.

— Pero mejor me voy — quiero correr la bandeja y él no me deja.

— Perdón Lilian — me quedo mirándolo — Me comporte como un maldito idiota, nunca quise que te sintieras usada ni mucho menos, solo que... te subestimé— lo miro sin entender — Creí que no podías llevar una relación amistosa de sexo casual — y claramente no se equivoca, con él no puedo, pero muero por estar cerca suyo y muero por esto, él siendo lindo conmigo.

— Yo... ayer ya lo dije Dan, esto debería terminar — mira sus manos pensativos.

— Desayuna Lil, luego hablamos — se levanta y me deja sola llena de emociones, dudas y sentimientos que no quiero, que necesito desaparezcan y eso solo sucederá si me alejo de él.

Dejo la bandeja a un lado, y me levanto buscando mi vestido el cual no veo, así que abro el armario de Dan y tomo una camisa azul que imagino le quedará divina resaltando el claro de sus ojos. La vuelvo a dejar en el lugar y busco algo menos formal, tomo una remera y me la coloco.

Agarro la bandeja nuevamente y camino a la cocina para dejarla en la mesada.

El levanta la vista al instante cuando aparezco en el lugar. Esta sentado tomando una taza de café mientras mira su laptop con unos lentes de montura dorada que lo hacen ver muy sexy. Hasta cuando se ve como un hombre tan adulto es sexy maldita sea.

— Te queda bien mi ropa — dice sonriendo de lado. — Pero te tengo un regalo, ayer no podía dártelo — se levanta y agarra unas bolsas que me entrega. — Por la que rompí y pienso romper — ¿Por qué tiene que decirme esas cosas? Dije que esto se tenía que terminar y ahora solo quiero que vuelva a destrozar mi ropa para follarme por todo el departamento.

— Gracias.... no era necesario — abro las bolsas y no solo hay ropa, hay unos conjuntos de lencería muy lindos.

Saco uno y lo miro.

— ¿Te gusta? — asiento de manera repetitiva y rápida. — Lil ¿Qué pasa? — me saca las bolsas y me mira confundido. — Creí que la pasábamos bien, estás rara y... no sos la Lilian de siempre — levanto la vista y no quiero esto, no quiero sentirme así.

— Creo que esto... — me toma de la cintura pegándome a él.

— Que esto es increíble o ¿no? — Pasa su nariz por mi cuello para luego morderlo a lo que jadeo porque él me encanta. — ¿Que pasa Lilian? ¿No te gusta todo el sexo que tenemos? Si es así, tenes razón lo terminamos. — Sus manos se meten dentro de la remera hasta llegar a mis pechos los cuales masajea — Dime, ¿Qué es lo que te tiene así? — Sus labios rozan los míos e instintivamente abro mi boca en busca de la suya — ¿Qué pasa Lil? Porque puedo sentir cuanto nos deseamos, pero ¿Por qué estas rara? — paso mis manos por su cuello y lo beso, saboreo sus labios en un beso cargado de sentimientos, no puedo decir lo que me pasa, solo puedo dejarme guiar por lo que mi cuerpo y corazón pide, ¡Estar con él!

— No quiero que seas frío conmigo — vuelvo a besarlo — Quiero que hagamos cosas de amigos — Me sienta en la mesada dejando caer todo lo que había en ella — Si vamos a pasar tanto tiempo juntos así sea follando quiero....

Me baja mi ropa interior, y mete sus dedos en mi sexo haciéndome gemir.

— Querés que deje de ser un imbécil, lo entendí Lil — me besa con desespero bajando por mi cuello y volviendo a mi boca. — Yo quiero que vuelvas a ser mi chica caliente y alocada — Me encanta como suena eso de ser su chica.

Con mucha ansiedad le quito la remera y comienzo a morder su cuello mientras él no deja de tocarme haciendo movimientos circulares sobre mi clítoris.

— Exactamente esa Lil es la que quiero — abre mis piernas para meterse entre ellas y sin despegar mis labios de él comienzo a bajarle el jersey. Guio su miembro a mi entrada y cuando lo siento dentro mío muerdo su labio inferior mientras me inclino hacía atrás tironeando su labio a lo que el gime.

Me aprieta del trasero y me folla como él sabe hacerlo, tan salvaje que no me deja espacios para pensar, solo es placer y más placer, lo muerdo más fuerte hasta sentir el sabor de su sangre a la vez que lo siento palpitar en mi interior.

Me recuesto en su hombro jadeando en busca de aire.

— Ahora si necesito comer, siento que mi cuerpo no tiene fuerzas — susurro en su cuello.

— Es lo mejor recargar energías porque aún debo castigarte por besar al idiota de Luis — me da una nalgada mientras me levanta a cuestas y no puedo contener una risa divertida que se me escapa.

— Oh mi Dan Grey vas a atarme a la cama y darme nalgadas, porque si es así besaré a todos — su risa grave y ronca resuena en mi odio mientras me acuesta en la cama.

— Sos terrible Lil, no necesitas besar a nadie para que le dé nalgadas a tu lindo trasero — se separa de mí y lo observo subirse el jersey mientras se inclina arrodillado en la cama hacia mí — No me gusta compartir Lil, así que no quiero esa boca hermosa en nadie más nunca — me da un beso que me deja idiota, muerde mi labio inferior tan fuerte que gimo cuando siento mi sangre salada y caliente. — Estamos a mano — se levanta y me quedo sin palabras.

Me baja la remera para que a pesar de mi desnudez me vea cubierta.

Lo veo caminar a la cocina y agrego algo a este ¿Acuerdo? ¿Trato? No sé lo que es esto, pero yo también tengo mis reglas.

— Yo también odio compartir — se gira para prestarme atención, me incorporo apoyando los codos en la cama. — Compartí el vientre, mis padres, mi habitación y la mayoría de las cosas en mi vida, así que soy muy mezquina, te aseguro que si tus manos solo rozan a alguien más Dan, puedo ser el infierno — se sonríe de lado.

— Creo que ya no habrá problemas con eso entonces, ya que entendes mi malestar — camina hacia la cocina. — Creo que deberíamos comer porque ya la hora del desayuno paso ¿Te gusta el sushi? — se gira a mirarme y asiento con una sonrisa.

Lo veo caminar a la cocina y sé que acabo de cometer un grave error, quizás el peor error de mi vida, pero ¿Qué es la vida sin los errores?

Yo solo se una cosa, ¡Él me hace sentir increíble!

¡Podría ser tu padre! 🔥(HISTORIA FINALIZADA) 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora