Aquellos dos días.

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Fueron espectaculares, porque entendí el don, el poder y la gracia de las vida que un día toqué.

Aquella noche, tu beso me absorbió el alma. Qué mágico momento, pensé que ya no me abandonarías, que dejarías aquello. Al día siguiente, un concierto. (Lola, me encantas, pero sentía otras cosas ahora por la otra, aunque siempre serás única.) Entonces empezó La Gracia, con aquella S A N T A en el escenario. Me sentía volando, me sentía rara, extraña, extrañamente bien, y tú ahí, a mi lado, regalándome aquél teatro con aquellas vistas. Siguieron las canciones, se desenchufó y cantó dos canciones que amamos, entonces rompimos a llorar. Al rato, caímos libremente en la Caída Libre, bailando sin parar, al ritmo exacto, disfrutando. Después me abriste la mente y quería matarte. Otro beso, el último beso. Lo recuerdo porque iba borracha y quería hacerlo, y tuve que hacerlo, y fue la última vez que lo hice. Tú crsh y yo en el deshielo, apunto de evaporar la coraza, me rozabas y me descongelaba. Me contabas mierdas de ese idiota, y yo hablaba sin parar. CRSH. Decidiste estrellarte. Ahora soy fluorescente, y busco evadirme en cualquier cosa, no puedo soportarlo, no aguanto. He estado ivernando, no me interrumpiste, esperándome. Pero llegó el frío, apagando incendios. Por eso ahora silbo y no canto, por eso ya no te sigo. Me hielo por ti.

Bueno, algo nuevo pasó y vino la nieve y cubrió la almohada. Eres fría e idiota, pero yo te quiero, como caída libre, como la noche eterna, como like a virgin, como camino a L.A, como el frío, como oniria quiere a insomnia, como niña imantada, como this is the new shit, como mi mente, mis porros y tus ojos rojos. Joder, hija de puta.

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