BlueMoon

A ti.

-Siempre me paso a escribir cuando estoy llorando, cuando estoy destrozada y hundida, cuando no veo salida y no sé qué pensar. Pongo música que me hace llorar y me provoco el llanto, porque solo así me siento en soledad profunda. Qué injustos los humanos, a veces tanto y otras tan poco..., no tengo remedio, no sé remediarme. Dejo llevar mis pensamientos por lugares oscuros de mi mente, sino no sabría vivir, no sabría existir. Ten piedad, y ahoga mis cenizas en mar, que desde que decidiste irte, yo estoy más que muerta. 

Te escribo a ti, que no vas a volver jamás a mí, que no respirarás mi aire por mucho que aspires, que no mirarás las mismas cosas que yo, que no reirás a mi lado. Te escribo a ti, que sé que no leerás las palabras de una niña loca. 
Tan harta del juego como yo, de amar y odiar, de dolor y alegría. Te escribo a ti, que he visto tu alma a través de tus ojos. A ti, pequeña musa, que sabes como doler, sabes como amargar. A ti, que no volverás a mirarme jamás como lo hacías. 

Qué rabia, qué mal estar. Si soy sincera mi cabeza no sabe parar de pensar en ti, aunque no lo diga, aunque no lo sientan. 

'Que sepas observar y no ver a quien no debas; que aunque me encuentre lejos, me sientas cerca.'

Me molesta, me atraviesa de lado a lado, me parte el pecho saber -o imaginar, ya no sé ni qué es real- que no, que no volverás, que no te acuerdas, que no das señales de vida hacia mí...

Cuando era más pequeña y estaba a tu lado me ilusionaba porque sabía que eras -al igual que eres- el amor de vida. Me gustaba imaginar que de mayores estaríamos separadas, yo sufriendo por ti y tú haciendo tu vida. Me gustaba esa idea de sufrir por ti, por nuestro amor, por nuestra conexión y nuestra amistad. 
Ahora no lo veo tan divertido, ahora que mis pensamientos se hicieron ciertos no me gustan mucho que digamos. 

Jamás me he arrepentido de nada, y tú lo sabes..., y jamás me arrepentiré de nada. Pero, haberte herido así..., y a raíz de eso perderte, jamás en la vida me lo voy a perdonar, no.

Y yo solo quería hacerte feliz..., que me acariciaras como antaño, que me regañases como siempre, que me besaras con fuerza en el primer beso de cada encuentro. Yo sabía mirarte y leer el pensamiento de tu mente. Lo que más me gustaba era cuando íbamos a recorrer lugares sin importarnos dónde nos metíamos. 

Recuerdo todo como si fuera ayer, y duele más...
Te escribo a ti, que ya me has olvidado.
Escrito a mi mente, para que sepa que es hora de asumir y aceptar que, a pesar de todo y de no querer reconocerlo, no estás ni estarás. 

Te quiero..., con locura, con los ojos cerrados y mi último aliento.