Blue Velvet

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Triste y salvaje, asalvajada por las inoportunas oportunidades que me le brinda la vida. Locura efímera que salva su centro, brindando, de nuevo, pero por ella misma. De un lado a otro, con sus pensamientos oscuros, sus palabras malsonantes, sus oraciones hechas. Inventando canciones, bailando en grupo, demasiada droga consumida en una misma noche. Su pelo y su forma de mirar mal. Su carácter y, no desafíes, que puedes salir mal. Si te acercas, te muerde, te deja huella, de esa que no se borra. Ni con abrazos, ni con besos, ni con estupefacientes, no se borra. Complejos que la aterran, que hacen que se desprecie. Demonios que salen a cazar cuando no deben, en paraísos celestiales. Celeste, como su mente, mágica, como sus sentimientos, pura, como su sinceridad y comprensión. Libertad, siempre con ella. Que alzan la bandera y suban los puños, ella gritará la primera. Sus canciones sus himnos. Enamoradiza, jamás dejó de tener a esas mujeres en la mente. Siempre con una distinta. Algunas perduran más que otras, otras duelen más que algunas. Solo dos que aguantan, que la soportan cuando habla, cuando grita, cuando escucha, cuando se emborracha, cuando fuma, cuando tiembla y cuando necesita ayuda. 
Después de todo, se sintió sola, y así era. 
Bueno, a día de hoy está perdida, más que ninguna, otra vez. Aunque, si te sirve de consuelo, ella piensa que es mejor perderse que estar encontrada en sitios equivocados. 
Quizá se sienta a gusto, quizá... En algún momento, solo quizá. 
De momento ella seguirá bailando música barata, bebiendo bebida barata, fumando cosas caras, vistiendo como una reina y sonriendo con la mejor sonrisa fingida. 
Su vida, -su religión propia-; revolución, libertad. 

Be dope, be young, be proud. 

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