No tengo nada que confesar.
Tal vez eso le cuento al mundo; pero cuando me quedo a solas, con ella alumbrándome, con el humo saliendo del centro del pecho, sé que sí. Que a veces son celos. A todo, a nada. Es una lucha constante. A veces no sé llevarlo, me empieza a desesperar. Y no hay nada que hacer, porque todo está dictado. Solo hago escribir cartas a catástrofes, intentando despedirme.
Ya no sé que calla y qué no. Ya no sé descifrar sus ojos. Mi mente ya no reacciona, quiero desistir. Estoy cansada de dejar huir todo aquello que pasa por mí, revolucionando, queriendo pisar todo según va llegando. ¿No da miedo? Yo ya no sé ni qué sentir. Pregúntale a mi alma, no sabrá responder, dirá: 'quiere todo de ella, compartir momentos; no es el momento. O eso te hace creer con sus pesares'.
A estas alturas no queda nada, porque si quedara, estamos matándolo.
¿Es ese el destino? ¿O es ese el destino que estamos labrando? ¿O es ese el destino que tenemos que labrar por que no queda nada más?
¿No hay futuro para nosotras?
Quizá no al lado.
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BlueMoon
Poetry¿No es sabido que quienes corrompen su cuerpo están ocultándose? ¿Y quienes profanan a los vivos son tan viles como quienes profanan a los muertos? ¿Y que el cuerpo no vale menos que el alma? ¿Y si el cuerpo no fuese alma, qué es el alma?