Arabella

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Como seguir respirando o armando escándalo. Ahí donde fueras, lo montas, siempre. Te gusta ser así, infinitamente joven, por eso te gustaba conmigo. 
Bueno, ahora queda que yo sigo siéndolo y tú no. 
Como un chasquido de dedos, o una voz fina y dulce, o una grave y sin temores. 
Además, qué digo, no. No puede ser así. Nadie puede domarte, nadie puede domarme. 
A mí me gusta la libertad. Esa libertad que solo sientes al respirar y mirar a tu al rededor, a los demás. Libertad que llevo a mis pulmones cada dos por tres (6). 
No puedo convertir a una niña inocente y dulce en un demonio y depredadora, no.
No te puedo convertir en mí, pero sí puedo compartir mis locuras contigo. 
Si tú quisieras, claro...
Luego, la otra me cantaba 'r u mine?' y yo seguía sin darme cuenta, pero rápido lo anulo todo.
Tengo ese poder, ese don, esa gracia, ya te lo dije. Olvidar todo, aunque sea apartándolo a un lado, sin olvidar. Quiero volver a pisar Gran Vía contigo. Quiero ir a Malasaña sola. Necesito un concierto privado, necesito cantar mis canciones a alguien que me escuche, que se comparta conmigo. 
Necesito más agresividad, más selva, menos flores y más sangre. Sangre fía, para arañar y morder.
Necesitaría un cambio, pero no quiero cambios, no quiero cambiar mi perfecta imperfecta vida, porque... Bueno, tú eso ya lo sabes. 

Me canso de pensar que hace meses que no sé nada de ti. Meses sin ver como vistes, tu pelo, tus manos largas con anillos y uñas de gitana, tus manías, tus ganas de desgarrarme, de matarme, sin ver como consumes ni ver como me provocas. Meses en mi más sincera locura. En mi más sincero viaje. 

Al parecer, también hay gente nueva, quizá es bueno, ¿no?

BlueMoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora