Prólogo

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Dieciocho años,
seis meses y
cuatro días antes.

—Jake, Jake —llamó una mujer de tez oscura a través de un comunicador que llevaba en el cuello.

—¿Qué pasa? —respondió algo exaltado.

—Los ordenadores han caído, las naves que vas a ver en las Montañas Aleluya serán las únicas que lleguen —explicó empezando a recoger todo—. No he podido inutilizar nada más, lo siento.

—Podremos con esto —la alentó él—, ahora solo vete y cuídate de Parker.

—Nos cuidaré de él —murmuró acariciando su vientre.

—¿Él te dejó...? —empezó sin demasiadas ganas.

—Sí, cubriré a esta pequeña vida de él —prometió.

—Si necesitas cualquier cosa, solo avísame, somos amigos —pidió.

—Lo haré, Jake, lo haré, pero no ahora, céntrate en ganar esta guerra, cabo —ordenó con voz dura.

—Mataré a Parker por ti.

—Su cabeza es mía, no lo olvides, mía o de esta pequeña vida —añadió.

—Ganaré esta guerra, entonces.

—Nos vemos, Jake —se despidió cortando la conexión por el comunicador.

Respiró hondo y agarró su pistola con fuerza, necesitaba salir de allí con vida para poder criar a su pequeña criatura.

Un soldado apareció por la puerta y ella le disparó a la cabeza, cayó muerto al suelo.

—Buena puntería —alagó una mujer apoyada en la pared del pasillo mientras se ponía una máscara de oxígeno.

—Vámonos Trudy, ¿tienes el señuelo de tu avión? —preguntó mientras empezaban a correr.

—Claro que sí, fue una pena que Grace no pudiera haber visto su obra de arte —asintió con algo de pena por la fallecida doctora.

—Concuerdo, era muy buena amiga mía.

—Hm, ¡vamos! —susurró corriendo hasta su nave, no había nadie, pero no había por qué armar escándalo.

La piloto encendió la nave y salieron de allí, dirigiéndose a otra base que se había armado en los límites de los bosques de Pandora.

La mujer embarazada miró hacia atrás y le deseó suerte a sus dos amigos, al científico que estaba en tierra y al cabo que estaba en el aire. Ambos se habían convertido en su familia, se tocó el vientre una vez más.

Ojalá todo hubiera sido de otra manera.

𓏲᭄

La nave aterrizó a unos pocos cientos de metros de la base del límite de los bosques, en un claro perfecto para no dañar nada, casi parecía hecho para su llegada.

Ambas mujeres se ocultaron en la frondosidad del bosque mientras casi corrían para llegar a la base del límite de los bosques.

No tardaron mucho en verla, o tal vez la adrenalina las había hecho ir demasiado rápido. La mujer embarazada empezó a jadear cuando estaban a poco más de cincuenta metros.

—Oh, mierda, claro, estás embarazada —jadeó Trudy.

—No te preocupes, solo estoy en el primer mes, puedo seguir —dijo con voz segura, aunque su cabeza le gritaba que no siguiera.

—No, yo te ayudaré —negó empezando a caminar.

La mujer observó el bosque que los rodeaba con sus deslumbrantes ojos verdes, hacía ruido, los insectos y demás, no había nadie más que ellas cerca. Asintió un par de veces y aceptó la ayuda de la piloto.

Someone new - Lo'ak SullyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora