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Lo’ak bajó las orejas al sentir algo rozándolas,  protestó entre susurros. Se había quedado dormido, sobre el pecho de su pareja, sin darse ni cuenta.

Se frotó los ojos, intentando despertarse más rápido. Una tenue luz blanca iluminaba un poco la hierda y los árboles, de la montaña flotante, que tenía alrededor. Se dio cuenta entonces de que era de noche.

Luego, a su cabeza vino una pregunta: ¿qué era esa luz?

Se apartó las manos de la cara, las atokirina cubrían parte del cuerpo avatar de Ataraxia, aunque ella... No se había desconectado, pero tampoco estaba... aquí.

La cogió por los hombros y bajó las orejas, estaba helada.

Dahlia —la llamó, sacudiéndola un poco. Nada. ¿Por qué no lo había notado?

Los espíritus cubrieron también sus manos y parte de su brazo derecho. Su cola se sacudió con violencia. ¿Cómo demonios había llegado su pareja a esa situación? ¿Por qué no despertaba?

La sacudió de nuevo, provocando que algunas atokirina salieran volando antes de volver al cuerpo de Ataraxia.

Le tomó el pulso, pero no se tranquilizó aún sabiendo que su corazón latía a un ritmo normal. Su respiración tampoco era errática. ¿Qué demonios le pasaba? ¿Se había perdido de algo de pequeño, cuando les hablaban de la Gran Madre?

Parecía que estaba dormida..., o inconsciente, pero de todos modos debería haber vuelto a su cuerpo humano. Aunque tampoco podía ser, estaba respirando, si hubiera dejado su cuerpo avatar, éste habría quedado inerte.

Dahlia —repitió. Nada, otra vez.

Apretó la mandíbula, casi haciendo chirriar sus dientes. No intentó dejar de hacer fuerza ni siquiera cuando le dolió la parte inferior de la cara. Quería que su pareja despertara.

Miró hacia los espíritus del Árbol Madre y se resistió a apartarlos del cuerpo de su pareja. Apretó las orejas contra su cabeza, ¿debía llamar a sus padres, a la señora Emrey? ¿A la base humana en general?

Sintió una leve presión en su brazo y vio los ojos abiertos de Ataraxia. Ella le sujetaba el antebrazo.

Lo’ak, ¿qué...?

Él no la dejó terminar y simplemente la abrazó. El avatar jadeó de sorpresa y parpadeó varias veces, pero le devolvió el gesto a su pareja.

¿Qué ha pasado? —preguntó, pues Lo’ak todavía no se había separado de ella.

El Sully se separó y la dejó establecerse hasta que quedó sentada a su lado. Pensó en cómo podía describir lo que había pasado sin parecer un loco, porque eso era una completa locura.

Ataraxia frunció el ceño, notando las atokirina a su alrededor. Le sopló a una, haciendo que se apartara un poco de ella.

Te quedaste dormida —respondió, sin saber de qué otra forma explicarlo—, o algo así, estabas en tu cuerpo avatar, pero no... —negó con la cabeza.

Ella parpadeó varias veces. Frunció el ceño y volvió a mirar hacia las semillas volantes. Suspiró, había dejado de intentar entender Pandora cuando tenía quince años, no volvería a eso ahora.

Pensó en decirle lo que había visto. Al principio había pensado que había vuelto a su cuerpo humano y se había dormido, pero al ver a su pareja, supo que no.

Se mordió el interior de la mejilla, pensando en si debería contarle qué había soñado.

Ya me he acostumbrado a las cosas raras —comento, rascándose la cabeza.

Someone new - Lo'ak SullyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora