xxx.

237 24 0
                                    

Thiago miró a Ataraxia y a Lo’ak de hito en hito varias veces, procesando la ligera vergüenza que su prima mostraba y el quejido del otro Sully al ser golpeado por su hermano, desconocía la razón exacta de esto último, pero se lo agradeció a Neteyam en silencio.

—Au —soltó Lo’ak separándose de su hermano y sobándose el bíceps.

¿Puedo pegarle? —preguntó Elijah mirando a su hermano mayor.

No —respondió Ataraxia por Thiago. Elijah la miró mal un momento.

Me encantaría poder decir que sí —admitió, haciendo que su prima lo mirara ligeramente estupefacta—, pero la involucrada es ella y ya ha hablado —terminó, hablando hacia su hermano.

Aguafiestas —murmuró.

Subnormal —gruñó ella.

—¡No entiendo nada! —protestó Kiri, quién estaba en medio de sus dos hermanos, separándolos. Tuk se reía en silencio a un lado.

Los dos nativos bajaron un poco las orejas ante la protesta, luego miraron a los avatares, los chicos se aguantaban la risa y Ataraxia... no le pegó a ninguno porque sabía que empezarían a pelear.

—¿Podemos, por favor, no pegar a nadie? —pidió la ahora-no albina.

—Él empezó —acusó Lo’ak señalando a su hermano mayor, recibiendo una mirada furibunda por su parte que hizo bien en ignorar.

Ataraxia suspiró con pesadez.

—No seas tan descarado —propuso como solución a que Neteyam no volviera a pegarle.

—Pero... pero... mírate —protestó selalándola.

Ella lo miró con una ceja alzada y la cola en alto, confusa. Él, al ver que no lo había entendido, suspiró y lo dejó estar para no armar ninguna trifulca que sabía que estaba casi desatada.

¿Cuál es ese otro idioma? —preguntó Tuk opacando el suspiro exasperado de Lo’ak.

—Noruego —respondió.

Es raro —confesó la niña.

Ataraxia se encogió de hombros, para ella no lo era, ni para sus primos, pero para los na’vi, a parte del inglés, solo conocían su idioma.

Luego pensó que tenía que ser impresionante poder hablar con todo el mundo en un solo idioma, no tener que aprender otros dos o tres, no, solo uno que todos entendían.

Norm salió de la base con una cara ligeramente preocupada que crispó a más de uno al verlo así.

—Norm —llamó Ataraxia, con el rostro crispado, preocupada por el científico.

—Eh... esto... ¿cómo te lo explico? —La ahora-no albina fue consciente del movimiento de su garganta, indicándole que había tragado saliva con fuerza.

—Solo dilo, pai —pidió Thiago posando una mano sobre el hombro de su hermano menor. Norm volvió a tragar saliva.

—Ataraxia —llamó girándose hacia ella—, para asegurarnos de que esto funciona..., irás a la ciudad de la RDA en cuatro días —explicó, apretando los puños. No le gustaba dar esa noticia. Nada.

Pero ella solo dijo que sí con la cabeza, conforme.

𓏲᭄

Emrey encontró a su hija hablando con Thiago, al lado del gran cristal en el que estaba encerrado el experimento de la albina.

Se dio cuenta de que ella señaló el cristal e hizo un gesto que no comprendió en absoluto. Lo pasó por alto, era su experimento, ella lo entendía.

—Li —dijo acercándose a ambos primos. Los chicos se quedaron un poco petrificados en sus lugares, pero al reconocer la voz se relajaron.

—Dime, mãe —murmuró mirando a la mujer.

—¿Norm ya te ha dicho lo de...? —Tragó saliva con fuerza, no sabía como llamarlo. No de ninguna manera más que locura.

—Sí —asintió—. Y, por favor, no intentes hacer que cambie de opinión, sé que has venido a eso —pidió con voz tranquila, tal vez demasiado para el gusto de su madre.

Emrey suspiró exasperada y sujetó el puente de su nariz, hastiada. Fue vagamente consciente de que Ataraxia le había pedido perdón en un susurro antes de decidir que quería irse, lo necesitaba. Lo más probable es que fuera a ver a su única hija muerta.

—Te va a matar si se entera de esto —comentó Thiago de brazos cruzados.

—Lo sé, pero tengo que aprovecharlo —replicó, aunque sin fuerzas, como si estuviera cansada.

𓏲᭄

Los tres días anteriores a la marcha de Ataraxia estuvieron cargados de tensión, madre e hija no hacían más que discutir, consiguiendo que Trudy y los dos primos de Ataraxia tuvieran que separarlas.

Thiago estaba mucho tiempo con su prima, causando un ligero dejo de sospecha en Norm, que cuando preguntó solo recibió una respuesta perfecta para una excusa creíble. Aunque no se la creyó del todo, encerraba parte de verdad.

Ambos primos habían acordado que él soltaría el pequeño experimento de Ataraxia, en medio del bosque, cuando todos estuvieran seguros de que ella estaba dentro de la ciudad de la RDA y bajo la protección de Parker.

Ahora, en la noche anterior a la marcha de la albina, ella preparaba algún arma para llevar consigo, no muy opulentas, pero tenía que llevarlas. Lo’ak estaba con ella.

Ataraxia cargaba las dos armas que llevaría comprobando que todo estuviera bien por enésima vez, él solo la observaba con detenimiento. Cuando ella se apoyó sobre la mesa, cansada de comprobar, preguntó:

¿Por qué no te incluyes en todo esto?

La pregunta cogió desprevenida a Ataraxia, quién ya acostumbrada al silencio que se había formado, dio un ligero bote.

¿Qué? —Se le había olvidado la pregunta.

¿Por qué no te incluyes en la ecuación? —repitió—. ¿Por qué haces esto solo pensando en nosotros? ¿Dónde estás tú?

Ella parpadeó un par de veces, única muestra de su sorpresa, luego miró hacia la mesa, hacia las dos armas que probablemente no la salvarían de una muerte segura si la cosa se torcía. Mucho o poco, daba igual.

¿Por qué antepones la vida de los demás a la tuya? —insistió, algo hastiado.

Porque es mucho más fácil para mí resolver la ecuación sin añadirle una incógnita más —respondió, con los músculos de su mandíbula en tensión—, porque es mucho más sencillo pensar en la felicidad de los demás y porque si me añadiera, estaríamos todos muertos —espetó la última frase con más fuerza de la que había querido, pero no pudo evitarlo.

Lo’ak bajó las orejas al oír la respuesta de la albina, siempre dando la vida por el resto, dando la cara, incluso si eso la terminaba matando.

Ni siquiera se permitió pensar en lo que hacía cuando le plantó un beso en los labios.

Ella no lo apartó.

Someone new - Lo'ak SullyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora