xxix.

234 22 0
                                    

El silencio había dado paso a una tensión de nuevo aplastante, aunque esta vez era ajeno a Emrey, Trudy y Ataraxia.

Lo’ak observaba con detenimiento toda la escena, como las dos adultas estaban en contra de la idea de la más joven, aunque en realidad no tenían muchas más opciones —por no decir ninguna.

—Estaré bajo su protección —insistió Ataraxia.

—Nadie nos asegura eso —replicó la piloto. La albina la fulminó con la mirada, sobre todo porque tenía parte de razón.

—Quaritch dijo que llevaba meses diciendo que quería un hijo —repitió lo que el coronel había dicho al burlarse de Parker—, sería estúpido si me matara o me hiciera algo. —Ante la mención de su propia muerte, Lo’ak tragó saliva con fuerza, aunque maravillosamente en silencio.

—¿No hay otra manera? —consiguió preguntar a pesar del nudo de su garganta.

—No —negó la albina mirándolo con pena.

—Tiene que haberla —insistió Emrey.

—Mamá, por favor —pidió mirándo a su madre.

Kiri diferenció un brillo de arrepentimiento y tristeza en los ojos grises de Ataraxia. Suspiró con pesadez, esa discusión no los iba a llevar a ningún lado, no próximamente.

—Sé objetiva.

—No puedo serlo cuando se trata de mi hija —gruñó la mujer.

—¿Te crees que yo sí? —espetó señalando su pecho—, pero necesito que lo seas, imagina los beneficios que se obtendrían —pidió de nuevo.

Lo’ak se dio cuenta de que no había usado un «obtendríais» ni un «obtendremos», sino un «se». Se le retorcieron las entrañas y volvió a tragar saliva con fuerza, bajando un poco las orejas.

—Sin ti yo no tengo nada —replicó—, tus primos son lo que me queda de mi hermana, pero tú... —la señaló con ademán amenazador—, tú eres parte mí, saliste de mis entrañas, Ataraxia, por favor —suspiró, con ganas de llorar, aunque no se permitiría hacerlo.

La albina levantó la cabeza, obligándose a reprimir las ganas de llorar en el pecho de su madre mientras la abrazaba con fuerza, temerosa de perderla, rogándole que la perdonara por lo que había dicho y lo que iba a hacer.

—Solo yo puedo hacer esto —sentenció mirando los verdes ojos de su madre, llenos de lágrimas que pugnaban con fuerza por salir, aunque ella no les permitió salir—. Solo yo puedo entrar ahí y salir con vida, les daré lo que buscan y luego se lo quitaré sin que sean conscientes. —Lo’ak quiso dar un paso adelante para replicarle él mismo, pero Neteyam se lo impidió, pidiéndole mil disculpas con la mirada.

—Em... —murmuró Norm.

La mujer giró su cabeza con tanta fuerza que Ataraxia temió que se partiera el cuello. Reprimió un suspiro de alivio al ver que estaba bien.

—No... —susurró negando con la cabeza—, no.

—Ataraxia, por favor —rogó Trudy. Jake levantó las orejas, ¿dónde estaba la mujer firme e indoblegable que él había conocido?

Supuso que ya no estaba ahí, pues ahora la piloto se preocupaba por Ataraxia y Emrey más que nadie, luego estaban Thiago y Elijah, un poco a su pesar.

—Madre, no.

—Tiene que haber otra manera —repitió Em, Trudy la abrazó y soltó un suspiro pesado—. No... —pidió contra el pecho de su esposa.

—No tenemos opciones, ¿me equivoco? —preguntó mirando a Norm.

—Yo también quisiera decir que tenemos alguna otra —respondió con pesar.

Entonces, Xia... se va —murmuró Tuk bajando las orejas.

Me temo que sí —afirmó el científico.

𓏲᭄

Ataraxia intentó tranquilizarse con todas sus fuerzas para poder conectarse a su avatar por primera vez, aunque le estaba costando bastante dada la responsabilidad que ahora tenía encima.

Cuando por fin pudo conectarse y abrió los ojos vio un espacio blanco que reflejaba la luz y conseguía cegarla debido al tiempo que había estado en completa oscuridad.

—Me alegro de que todo esté bien —dijo una voz familiar.

—¿Norm? —preguntó algo aturdida todavía.

—El mismo. —La albina sonrió y se sentó—. Eh, eh, eh, cuidado —avisó el científico.

—Perdón. —Luego se tumbó de nuevo.

Se dejó guiar por el científico sin replicar ni hacer muecas, se levantó algo más rápido de lo que a él le hubiera gustado sin marearse, lo que a Norm le pareció impresionante.

Aunque lo más gracioso vino cuando a ella le tocó vestirse con ropa de la base para no estar con la bata blanca.

A Ataraxia le hizo especial gracia como Norm se apartó hasta el otro lado de la sala blanca para dejarla vestirse, lo que también agradeció, pero sobre todo le hizo gracia. No tenía por qué apartarse tanto, un metro o así servía.

Cuando salió de la base bajó la cabeza y las orejas ante la imponente luz del sol, ahogó un gruñido molesto. Se suponía que estaba más acostumbrada a la luz, pero menuda ceguera se acababa de llevar.

—¡Por fin en el avatar! —gritó uno de sus primos a unos diez metros de ella.

Levantó la cabeza y vio a los dos acercándose a ella, el más bajo era sin duda Elijah, a parte de que su sonrisa de suficiencia era perfectamente reconocible. Thiago venía detrás, con una sonrisa cansada.

¡¿Xia está en el avatar?! —exclamó Tuk saliendo de la base, seguida de Kiri.

La niña la miró con una sonrisa, que Ataraxia le devolvió con cariño, y luego corrió hacia ella, saltando para que la cogiera en brazos.

La chica dio un paso atrás al coger a la niña, aunque se mantuvo estable y con Tuk abrazada a ella. Kiri soltó una carcajada a lo lejos, encantada con la escena.

—Voy a avisar a los otros dos —avisó entrando en la base otra vez.

Ataraxia dejó a Tuk en el suelo a la vez que asentía y veía desaparecer a su amiga dentro de la base para buscar a sus otros dos hermanos.

—Sigues siendo más baja que nosotros —se quejó Elijah, su prima lo miró con desdén.

—Y a ti no se te ha quitado lo imbécil —espetó. Norm rio con fuerza mientras entraba de nuevo, diciendo algo sobre que iba a seguir hablando con Emrey y Trudy sobre la decisión que habían tomado hacía casi una hora.

Cuando ambos primos iban a empezar a pelear escucharon un silbido desde la entrada de la nave, y Ataraxia, sin la necesidad de mirar, supo que había sido Lo’ak.

Someone new - Lo'ak SullyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora