lvi.

151 16 0
                                    

Ataraxia saltó un tronco, ignorando a veces que su pareja, Kiri y Spider iban con ella, demasiado ensimismada en buscar el avatar de su mascota. Notaba sus orejas agachadas y su cola balanceándose por lo bajo.

Necesitaba encontrar a Sukha, si no, no dormiría.

Entrecerró los ojos cuando vio algo negro dar pequeños saltos de aquí para allá. Se detuvo un segundo, y casi corrió para ir junto a su mascota, pero Lo’ak la detuvo.

Lo miró, casi protestando en alto, pero cerró la boca al verlo asustado. Kiri cubría a su amigo humano, ambos también parecían alarmados.

Giró su cabeza y, aunque notó que Lo’ak le rodeaba la cintura para no dejarla ir, ella no se movió. Su cuerpo se tensó cuando vio al gran animal acercarse al avatar de su loba.

Pero ella no parecía asustada, sino alegre por verlo. El thanator bajó la cabeza para que Sukha se apoyara en ella.

—Sukha... —musitó, sin poder evitarlo. Se tapó la boca instintivamente.

La medio thanator se giró hacia ella y se acercó, saltando de felicidad. Le acarició la cabeza, notando que estaba demasiado alegre como para que fuera el primer encuentro con ese palulukan.

Un gruñido hizo eco en la maleza, provocando que Lo’ak tirara de su pareja para que se alejaran. No estaban seguros con un depredador a un par de decenas de metros de ellos.

Sukha lo imitó, poniéndose a la defensiva, protegiendo a Ataraxia con su cuerpo.

Da... Ataraxia, tenemos que irnos —pidió, tirando un poco más de ella.

No puedo..., no... Sukha —intentó decir, sin saber cómo explicar que no podía dejar a su mascota. Aunque estuviera en su avatar.

Ella simplemente no podía. Seguía siendo Sukha, su mejor y única amiga durante años. No podía dejarla a la merced de un depredador como un thanator.

La medio thanator gruñó fuertemente otra vez, crispando a su ama sin saberlo. Ataraxia sintió otro tirón, pero no podía, no podía moverse, no podía dejarla ahí, no..., no a ella.

El palulukan bajó la cabeza.

Sukha miró a su ama y su estado de felicidad volvió a ella.

¿Acaba de pasar lo que creo que acaba de pasar? —murmuró Kiri.

No sé ni qué acaba de pasar, pero sí —respondió el avatar, acercándose hasta su mascota para abrazarla.

Lo’ak rio nerviosamente, todavía tenso.

El thanator gruñó suavemente cuando Ataraxia abrazó a su mascota, recibiendo otro gruñido del animal. Sukha embistió suavemente el pecho de su ama con la cabeza, como si se despidiera.

El avatar miró hacia el thanator y bajó las orejas. Sukha caminó a saltitos hasta el depredador y lo acarició con la cabeza.

Ella entonces lo entendió. Apretó las orejas contra su cabeza y ratrocedió unos pasos.

Vámonos —pidió.

Los tres chicos dudaron un segundo, pero al ver que la medio thanator no se movía de su sitio, aún cuando veía cómo su ama se marchaba, siguieron a la joven.

𓏲᭄

La albina atendía a medias a su familia, oía pero no escuchaba sus palabras. Sukha... ella se había emparejado con aquel thanator, no tenía ninguna prueba, pero dado su comportamiento, no dudó ni un solo segundo.

Trudy se sentó al lado de Ataraxia. La joven apenas la notó.

—No quieres que Sukha se vaya, ¿verdad? —preguntó, aunque en realidad ya sabía la respuesta.

—No.

La piloto cogió la mano de su hija y la apretó un poco.

—No se puede mantener a alguien toda la vida, Ahli.

—Lo sé, pero..., si no la hubiera descuidado tal vez no se habría ido. —Sacudió la cabeza.

—Tal vez, o tal vez habría pasado lo mismo, los animales también necesitan encontrar a su pareja —aseguró.

Ataraxia miró hacia su madre con una mirada apenada, recibiendo otro apretón en su mano. La piloto le acarició la mejilla, sonriendo con tristeza, pues ella tampoco quería que Sukha se fuera.

—Tranquila, Ahli, ella estará bien —asintió, luego se le escapó una sonrisa divertida—. Si lo que me has contado es cierto, será capaz de manejar a cuantos thanator desee.

La joven soltó una risa, eso era cierto. Pero no podía quitarse la preocupación de encima. Apoyó la cabeza en el hombro de su madre y miró hacia un punto en la nada.

Sintió la mano de Trudy acariciando y desenredando su pelo. Suspiró por la nariz y retorció sus manos. Ella no quería dejar ir a su mascota.

Levantó la cabeza cuando la cápsula de Sukha se abrió. La loba se sacudió un par de veces mientras su ama se acercaba. Sacó la lengua al notarla, su cola se meneaba con alegría.

—Bonita... —murmuró, acariciando su cabeza.

La albina notó entonces el silencio que se había formado en esa parte de la base. Abrazó a su mascota.

No sabía cuándo ni cómo lo haría, pero de alguna manera debía dejar a Sukha a su aire.

𓏲᭄

¿Crees que Mo’at quiera hacerlo? —preguntó, un par de pasos por detrás de Lo’ak y Spider. Kiri iba con Tuk un poco más atrás.

No lo dudo, Sukha le gusta —aseguró el na’vi.

Ataraxia bajó las orejas, todavía no podía creer que estuviera preguntando aquello solo un día después de haber deducido que su mascota ya tenía pareja.

¿Sukha se irá? —dijo Tuk, mirando al avatar, apenada.

Me temo que sí —respondió, caminando al lado de ambas hermanas.

Pareceré loco, pero yo creo que fue el mismo thanator que os persiguió a ti y a Lo’ak —comentó Spider.

Sí, estás loco. —Alzó las orejas cuando lo vio detenerse y mirarla con ofensa.

Levantó los brazos en señal de rendición.

Yo también creo que era el mismo, por el tiempo que se demoró mirando a Sukha —apoyó Kiri.

Ataraxia giró la cabeza hacia su amiga y se encogió de hombros.

Tal vez no estás tan loco —dijo en dirección al humano.

Lo dices porque Kiri me apoyó —protestó, todavía mirándola ofendido.

Como comprenderás, no me iba a fijar en un animal que casi nos mata. —Ladeó un poco la cabeza y lo miró con los ojos un poco más abiertos que de costumbre—. Pero de todas formas, es increíble.

No lo negaré, pero..., cambiando de tema... —alargó un poco la última letra, echándole una mirada a su hermano. Lo’ak puso los ojos en blanco—, ¿cuándo crees que vas a hacer el Iknimaya?

Ataraxia giró la cabeza hacia Lo’ak, quién solo asintió, y luego volvió a mirar a su amiga. Suspiró con pesadez, provocando que su pareja soltara una suave risa.

Someone new - Lo'ak SullyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora