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Ataraxia cargó otra arma y se la lanzó a su primo mayor, quién atendía también tanto al bosque como al cielo para poder avisar de que Lo’ak ya estaba allí.

Elijah tenía la boca torcida, notaba que su prima estaba tensa, pero sabía que preguntara a quién le preguntara, no obtendría respuesta.

Su hermano mayor sabía que Elijah quería preguntar, sabedor de que estaría falto de respuestas, provocando que suspirara.

—¿Vendrá? —preguntó Thiago, volviendo a mirar hacia el cielo y al límite del bosque.

—No lo dudo —respondió la albina levantando un arma, la última y la suya, para cargarla mejor.

—Estás muy tensa —espetó Elijah, provocando que su prima suspirara.

—Solo quiero sacar a la RDA de aquí —dijo, pasando por el lado de sus dos primos con el arma echada al hombro.

Y no era mentira, pero había algo en lo —medianamente— fácil que había resultado echar a más de la mitad de los humanos de Pandora, de un solo ataque, que a ella no la convencía del todo.

A parte de que tenía un miedo, de no ser capaz de amar a Lo’ak como él se merecía, que le quitaba el sueño. Había vivido llena del amor de sus dos madres, pero siempre con las historias de su madre y Parker en su memoria.

Sacudió la cabeza mientras subía a la nave de un salto y simplemente se sentaba dentro, esperando poder dormir un rato antes de que se fueran al mar de nuevo.

Necesitaba dejar de pensar en el mucho miedo que tenía, pero no era capaz. Ella quería amar bien a Lo’ak, pero ¿cómo se hacía eso?

Tragó saliva, dejó el arma a un lado y se concentró en dormir.

𓏲᭄

—No es fácil —insistió Thiago, su rostro estaba serio mientras miraba al segundo hijo de Jake Sully—. Entender su cabeza es demasiado complicado.

—Me lo imagino —murmuró, mirando hacia la nave en la que sabía que estaba Ataraxia.

—Si supieras el miedo que tiene... —musitó, negando con la cabeza—, el miedo que tiene de hacerte daño...

Lo’ak bajó las orejas, recordando el día que habían vuelto del arrecife, lo que ella le había dicho. Se había acordado de aquellas palabras durante todo el tiempo que Ataraxia había estado con la RDA.

Elijah mantenía la boca torcida. No quería que su prima saliera dañada por haber intentado no herir a Lo’ak. Giró la cabeza para ver a Norm hablando con Emrey, él nunca había tenido a nadie.

Solo habían sido Norm, Thiago y él, después estaba Ataraxia y por último sus tías, la única referencia que podía tomar en cuenta.

Nunca lo admitiría en alto, pero envidiaba a los Sully por tener una referencia clara y cercana a la que aferrarse, también envidiaba a los hijos del Olo’eyktan del arrecife. Pero no lo admitiría.

—Thi —llamó, volviendo a mirar a su hermano.

El mayor se giró para mirar a su hermano, mientras que Lo’ak se acercaba a la nave en la que estaba Ataraxia.

—Creo que más que tensa, estaba cansada —comentó, manteniendo un poco vigilado al joven Omatikaya.

Thiago puso una mano sobre la cabeza de su hermano, sonriendo un poco, él también parecía cansado.

—No es fácil amar a alguien por primera vez, Elijah, y menos lo es siendo nosotros tres, cuatro, si añadimos a Spider —murmuró al final, echándole una mirada a la base.

—Ya. —Dejó caer los hombros, mirando a la nada. Su hermano tenía razón.

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—Dahlia —murmuró, entrando en la nave, siendo recibido por una Ataraxia profundamente dormida.

Lo’ak sonrió suavemente, no debía de ser fácil tener los horarios de sueño alterados gracias al entrenamiento en el clan y a los últimos planes para echar a los humanos restantes de Pandora.

Se acercó a ella en silencio, parecía tan tranquila, aunque la posición en la que estaba dormida le estaba dando dolor de cuello incluso a él.

Se acuclilló para estar más a su altura y la observó, desde su pelo blanco y rizado hasta la barbilla picuda que ella tenía. Se saltó parte de su cuerpo y miró sus brazos, cruzados sobre su vientre, todavía con las cicatrices de haberse caído el día que la sacaron de la Bridgehead City.

Acarició con suavidad la piel que estaba al descubierto, recordando cómo ella no lo había abrazado, para no mancharlo con su sangre.

Sujetó una de sus manos y la acarició, notando algunos callos en la palma de su mano. Sonrió suavemente, además de inteligente, sabía cómo apañarse bien.

Alzó la mano y acarició su mejilla. Su forma humana era tan... pequeña en comparación a él, que casi tenía miedo de romperla, de hacerle daño sin querer.

Ataraxia dejó salir un sonido de lo más hondo de su garganta, crispando un poco a Lo’ak, pero ella no despertó, sino que se apoyó en la mano del Sully, como si disfrutara las caricias.

Ese pensamiento le sacó una sonrisa alegre a Lo’ak, que mostró alzando las orejas y la cola.

Se sentó, abrazando las piernas de Ataraxia y apoyando su cabeza en el muslo de la joven. Acarició suavemente sus piernas, temiendo un poco que así terminara despertándola.

Sintió un mano acariciando su cabeza, crispándolo un poco, pero su risa lo calmó lo suficiente como para sonreír con suavidad y mirarla a los ojos, tan diferentes a los suyos.

—Perdón por despertarte —murmuró, todavía acariciando sus piernas.

Ataraxia negó con la cabeza, sonriendo un poco, sin dejar de acariciar la cabeza de Lo’ak ya que a él no parecía molestarle.

—No te preocupes, no tengo un sueño muy pesado.

Lo’ak bajó las orejas cuando sintió la mano de Ataraxia tocar una de ellas sin querer. Mantuvo su cabeza apoyada en el muslo de la albina sin recibir ningún tipo de protesta, aunque no tardó mucho en hablar.

—Estando juntos como estamos, ¿qué somos? —preguntó, volviendo a mirarla a la cara.

Ella no hizo ninguna mueca o evitó hablar del tema, en realidad parecía que había estado esperando aquella pregunta. La albina exhaló antes de responder, como si estuviera escogiendo sus palabras para no cometer un error.

—Una pareja para los na’vi, significa que se han unido, ¿no? —Lo’ak asintió—, pero nosotros no hemos hecho eso. Para los humanos, esa palabra a veces no tiene valor —murmuró al final, bajando la mirada.

—¿Para ti tiene valor? —preguntó, alzando un poco las orejas, de verdad interesado en saber eso.

—Mucho —respondió con rapidez.

—¿Pareja, entonces? —dijo, sonriendo con suavidad.

—Pareja —afirmó. Lo’ak besó su muslo.

Ataraxia sonrió con diversión al recordar una cosa, se mordió el labio inferior, intentando que su sonrisa no se extendiera demasiado. El Sully la vio sonreír y alzó una ceja.

¿Qué pasa? —musitó, intentando pronunciar bien el portugués.

Reza porque madre no te mate en cuanto sepa esto —rio.

¿A cuántos más tengo que temer?

Elijah es el peor. —Lo’ak negó con la cabeza, sonriendo, y se levantó para besar a Ataraxia en la frente.

Someone new - Lo'ak SullyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora