¡Buenos días mundo! (Primera opinión de Izuku).
Presiento que hoy va a hacer tremenda mierda de día. (Segunda opinión de Izuku).
Eran los pensamientos variados del joven verdoso y de ojos esmeralda que se acababa de levantar de su profundo sueño, hoy es precisamente un Lunes, por dicho motivo la actitud del chico pecoso estaba neutral; lo que quiere decir:
Esta amable pero fácilmente irritable.
- ¡Izuku, ya es hora de desayunar!, ¡Levántate para que no se te haga tarde para ir a la UA!
- ¡Ya voy mamá!
¡Qué alegría! Hoy mamá está de buen humor y parece que no le fue mal en su trabajo ayer.
¿Qué se supone que hace gritando tan temprano? ¿Me quiere lastimar los oídos o que demonios?
Entre feliz y enojado, Izuku Midoriya atendió al llamado de su madre luego de darse una corta, pero refrescante ducha de agua fría para mantenerse despierto, hoy sería otro de sus tantos días agotadores de entrenamiento para cumplir su tan anhelado sueño de convertirse en un héroe. Minutos más tarde, el pecoso salió de su habitación ya con el uniforme puesto y listo para desayunar.
- Me disculpó por la demora, ¿Como amaneciste mamá?
- No te preocupes hijito mío, a mi me fue muy bien en el trabajo así que como adivinaras estoy de maravilla en estos momentos. ¿Dormiste bien anoche, Izuku?
Wow... Hace semanas que no la veía tan sonriente, me voy a sentar y desayunar a su lado, ya extrañaba que me tratará bien.
Mientras no me tires una maldita botella de vidrio cada vez que me aparezco en tu vista, estoy conforme con que no me grites mamá.
- Que bueno es verte tan feliz mamá, me alegro por ti, me encantaría preguntarte qué ocurrió, pero debo irme antes de que se me haga tarde. - dijo algo desilusionado el pecoso debido a que no podría disfrutar del extraño buen trato de su madre hacia él, sentándose frente a ella en la mesa y desayunando lo más rápido que podia, siempre con cuidado de no atragantarse el solo con la comida.
- Tienes razón hijito, tal vez en la tarde tengas tiempo para que charlemos un poco, como haciamos antes. - sugirió tomando la mano de su hijo y otorgándole una sonrisa cálida, que el pecoso internamente no recibía del todo bien.
Ya casi ni recuerdo esas charlas que teníamos ¿De que trataban los temas? ¿Era algo que me interesará?
No quiero charlar contigo mamá, no tengo ni el más mínimo interés en hablarte después de que me insultaste todo el maldito fin de semana mientras estabas borracha luego de tomar esas porquerías inmundas.
Aunque los pensamientos del pecoso fueran divididos, él pan de Dios este mantenía su sonrisa adorable de oreja a oreja poniéndose algo incómodo, el pecoso sabía la razón de su incomodidad y a la vez no, ya le parecía normal que su madre se disculpara luego de maltratarlo tratando de complacerlo con la típica de:
"Pasemos tiempo juntos"
O
"Charlemos como lo hacíamos antes"
O incluso
"Si quieres puedo comprarte el nuevo póster de All Might"
El asunto estaba en que con el pasar de los años Izuku ya no era un niño tan ingenuo, era conocedor de la desgarradora vida de su madre y el sufrimiento que aún pasaba en la actualidad, pero también era consciente de que su madre lidiaba con sus pesares de mala manera y sin notarlo lo hacía sufrir un montón a él también, así que estaba en estos momentos entre la espalda y la pared tratando de decidir que hacer.
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Doble opinión
FanfictionIzuku Midoriya, un chico de 16 años que va a la preparatoria más famosa de todo Japón: la UA, lugar especializado en convertir a jóvenes soñadores, en héroes capaces y justicieros, pero... ¿quien iba a imaginar que Izuku, mejor apodado Deku, podía n...