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◓
JULIE
—¡¿Cómo puede ser que no conozcas ninguna canción de Imagine Dragons?! —exclama, estirado sobre uno de sus codos para poder mostrar su incredulidad.
—Sí que conozco sus canciones, que no me sepa sus letras es otra cosa —me defiendo, mirándolo con la cabeza todavía sobre la almohada.
—Esta te la tienes que saber...
Busca una canción en su móvil y la melodía no tarda en abarcar la habitación.
Ryan pretende que esté atenta a la canción, pero yo solo puedo pensar en que hace apenas una hora me desperté por su respiración acariciando mi mejilla con calidez. Él ni siquiera se percató de mis movimientos, seguía completamente dormido mientras yo lo observaba respirar con tranquilidad.
Las cosas han cambiado mucho entre nosotros en una sola tarde.
Desde que Lucas se marchó, estando verdaderamente feliz por vivir esa nueva experiencia, dejé de culpar tanto a Ryan por su marcha.
Los primeros días no quise tener mucho que ver con él, pero supongo que dejé de aborrecerlo cuando vi que empezaba a implicarse con mi familia y con el rancho. Seguía teniendo reparo e intentaba tener precaución respecto a él, pero todo ha cambiado después de entender la razón por la que Ryan es como es.
No justifico todo lo que ha hecho, pero no se puede juzgar a alguien que carga con una pérdida durante un año entero sin hablar con nadie al respecto. Porque sé que Marcos era la única persona con la que Ryan hablaba absolutamente de todo, era al único al que le contaba sus problemas, y sintió que se quedaba completamente solo después de perderlo.
Mis padres tuvieron razón desde el principio. Antes de criticar. Antes de juzgar y despreciar. Antes de crear nuestras propias conclusiones sobre la vida de cualquier otra persona, sobre lo que han hecho en su pasado o sobre cualquier opinión que tengan sobre el mundo, aunque nunca lleguemos a estar de acuerdo, lo que debemos recordar es que solo sabemos lo que creemos y queremos saber de esas personas.
—¿Qué te ha parecido? —pregunta Ryan cuando termina la canción.
—Podría acostumbrarme.
—Oh, claro, acostumbrarte —ríe—. A ti nadie te saca del country ni a patadas.
Lo miro con astucia y parece que va a volver a hablar, pero el sonido de mi puerta siendo abierta hace que se detenga.
Ninguno de los dos se sorprende al ver a mi padre parado en la puerta, ni tan solo nos levantamos de la cama, simplemente giramos nuestras cabezas y nos lo encontramos con la boca abierta por completo.
Supongo que es sorprendente para él vernos a Ryan y a mí en un mismo sitio sin lanzarnos dagas con los ojos.
Son varios segundos los que pasan sin que nadie diga una sola palabra.
Mi abuela aparece a las espaldas de mi padre, confundida por la inacción de su yerno, pero en cuanto nos ve a los dos sobre mi colchón, una enorme sonrisa se expande en sus labios y su mirada brilla con pillería.
—¿Ya os habéis acostado?
Todos entendemos el doble sentido de sus palabras.
—¡Abuela! —grito, avergonzada.
La miro, reprendiendo que sea tan ligera con todo lo que dice, mientras que Ryan explota en carcajadas y deja que el ligero rubor se extienda por su rostro con diversión.

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Las Cinco Amapolas
RomanceSiempre se ha dicho que del odio al amor hay un solo paso, pero ellos preferirían tirarse por un precipicio antes que darlo. Julie lleva trabajando en el rancho de su familia desde que tiene uso de razón. Todos en el pueblo la adoran, a ella y a su...