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RYAN
—¿A tus padres les parece bien que llegues a estas horas? —pregunto después de que Lucas resguarde un fino mechón del pelo detrás de la oreja de Julie. Un gesto al que ella ni siquiera le da importancia.
Ambos parecen sobresaltarse por mi repentina aparición, pero ella enseguida reemplaza su gesto por uno aburrido y despreocupado.
—Soy lo bastante mayorcita, ¿no crees?
—¿Mentalmente? No, no creo que puedas manejar tanta responsabilidad.
—No te pases, amigo —interrumpe Lucas.
Retiro mi mirada de Julie solo para postrarla sobre él con toda la indiferencia que puedo llegar a albergar. Su presencia no me importa en lo más mínimo. Un feo insecto alrededor de un farolillo me provocaría las mismas emociones que Lucas.
—No soy tu amigo.
—¿Qué haces aquí todavía? —pregunta Julie sin dejar que nuestro desacuerdo llegue a más.
—Me había dejado los auriculares —miento.
Ella no tiene por qué saber la verdad. No quiero que se regodee al escuchar que he vuelto a acabar el trabajo que ella me había mandado.
—¿Te lo has pasado bien con tu novio?
Nada rompe mi inquebrantable postura. Mantengo mis manos dentro de los bolsillos de mi pantalón y la barbilla en alto. Nada de lo que han dicho hasta ahora ha sido capaz de hacerme reaccionar.
—Solo somos amigos —rechista.
—Ah, sí. ¿Cómo olvidarlo? —río con sarcasmo—. Si es el único que tienes.
Lucas se demora apenas un segundo en mirarla con los ojos abiertos, sabiendo perfectamente, al igual que yo, el tipo de reacción que va a tener.
Sé que va a reaccionar, sé que va a intentar hacerme daño con sus palabras, pero en ningún momento me llego a imaginar que lo que sale por su boca va con tanto veneno inyectado.
—Por lo menos yo tengo a alguien. A ti nadie te soporta.
Tengo claro que sus palabras son solo una reacción a mi ataque, que solo intenta molestarme de la misma manera en la que piensa que yo pretendo molestarla, pero no puedo evitar que mis puños se aprieten con fuerza y que mi sangre empiece a hervir con cólera.
Era evidente que iba a responderme con la intención de hacerme el mismo daño que cree que yo le deseo, pero esa frase... No puedo simplemente evadir el sentimiento de que acaba de clavarme un puñal por la espalda.
Sus palabras y el tono con el que las escupe me duelen, porque sí que tuve a alguien en mi vida. Yo también tuve a un Lucas a mi lado, y por culpa de lo que hice, nunca más podré volver a verlo.
—Lo tengo presente cada maldito día de mi vida, pero gracias por recordármelo. Seguro que ahora te sientes mucho mejor, ¿no? Se te da realmente bien eso de hablar mierdas de los demás —exclamo en un dolido gruñido—. Tal vez podrías pensar un poco antes de abrir la puta boca.
No es difícil notar la confusión que recorre su cuerpo, es obvio que para ella no ha sido un comentario tan relevante. Es tan ilusa que ni siquiera se da cuenta de todo el control que tiene sobre mí.
Me doy la vuelta y empiezo a andar antes de que pueda soltar alguna de sus estúpidas excusas.
—Te has pasado —escucho que le susurra Lucas.
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Las Cinco Amapolas
Storie d'amoreSiempre se ha dicho que del odio al amor hay un solo paso, pero ellos preferirían tirarse por un precipicio antes que darlo. Julie lleva trabajando en el rancho de su familia desde que tiene uso de razón. Todos en el pueblo la adoran, a ella y a su...