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RYAN
Todavía agachado al lado de Ava, sonriéndonos como si solo nosotros fuéramos conocedores del secreto más escondido, noto que la mirada de Julie voltea velozmente hacia el salón.
Sus pupilas viajan tan rápido de un lugar a otro y sus ojos se abren de tal manera, que es difícil no percibir el cambio de ambiente en la habitación.
Aún sin levantarme, busco el origen de su embelesamiento y es entonces cuando la veo. Una chica idéntica a Julie y a Ava.
Tiene el pelo moreno, los ojos verdes y la piel tostada solo lo justo para poder seguir viendo sus pequeñas pecas sobre la nariz. Se ve que es unos años mayor que ellas, pero es imposible pasar por alto la similitud.
Tengo la intención de levantarme, pero antes de poder hacer nada, siento a Julie saltar por encima de mi cuerpo agazapado para abalanzarse sin cuidado sobre la chica y obligarla a agarrarla entre sus brazos. Parece olvidarse por completo de su corto vestido y de los incómodos tacones.
—¡Riley! —exclama con asombro cuando se encuentra suspendida en el aire.
Riley. La hermana mayor de las Sanders.
No podía ser otra persona. Se nota que la genética es muy fuerte entre las hermanas, las tres son como copias más jóvenes de Carol.
Julie pasa varios minutos enganchada por completo a su hermana mayor, dejándome estancado en el rellano de su casa sin saber qué hacer o decir. Escucho la voz divertida de Riley, animándola a dejarla ir, pero Julie sigue agarrándose con fuerza a su cuerpo, como si tuviera miedo de abrir los ojos y ver que es una simple ilusión.
No vuelve a poner los pies sobre el suelo hasta que Riley, entre risas, la amenaza con dejarla caer sin compasión.
Hasta que no se separan por completo, Riley no se da cuenta de mi presencia al lado de la pequeña Ava. Algo parece cambiar en su mirada cuando me ve detrás de Julie, como si estuviera genuinamente sorprendida de verme aquí.
Se hace un hueco al lado de su hermana y me mira fijamente, estudiándome con incredulidad. Su escrutinio me mantiene confundido más tiempo del que puedo llegar a contar.
—¿Pero a quién tenemos aquí? Si es el pequeño Ryan —exclama de repente, dejando a un lado su perplejidad.
El asombro es notorio en mí, al igual que en Julie, que sigue a su lado. Es evidente que ninguno sabe qué es lo que sucede. Aunque, mirando a los demás, que parecen haberse reunido a nuestro alrededor, da la impresión de que todos están al tanto de la situación.
—¿Nos conocemos de algo? —pregunto con algo de reparo.
Riley se ríe a carcajadas al escuchar mis palabras, como si mi pregunta no tuviera el más mínimo sentido. Va paseando su mirada entre su hermana y yo, con la divertida incredulidad marcada en su rostro, hasta que parece entender lo que está pasando y abre la boca con entusiasmo, dejando caer su mandíbula y entrever su jolgorio.
—¿No estáis de broma?
La segura aunque confusa negación que marcamos los dos con nuestras cabezas, le sirven como respuesta.
—¿No os habéis dado cuenta? —sigue, cada vez más divertida por la situación.
—¿Darnos cuenta de qué? —cuestiona Julie, sin entender nada todavía.
Riley se gira hacia los demás, mirando al resto de sus familiares y a mi tío con incredulidad.
—¿No se lo habéis dicho?

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Las Cinco Amapolas
Storie d'amoreSiempre se ha dicho que del odio al amor hay un solo paso, pero ellos preferirían tirarse por un precipicio antes que darlo. Julie lleva trabajando en el rancho de su familia desde que tiene uso de razón. Todos en el pueblo la adoran, a ella y a su...