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RYAN
No puedo creer que solo falten apenas cinco días para el festival de otoño.
Julie y yo llevamos toda la semana dando los últimos retoques, decorando el rancho, montando las casetas e instalando los juegos para los niños y, a pesar de estar agotados, no podríamos estar más ansiosos por ver nuestro trabajo dar sus frutos después de todos estos meses.
La energía sigue rebosando de nosotros de tal manera que ninguno ha puesto objeciones cuando su familia nos ha propuesto esta mañana que vayamos a la fiesta que da un chico del pueblo. "Disfrutad un poco antes de que llegue el fin de semana y tengáis que pasaros todo el día aquí ocupados", ha dicho Carol. Ni Julie ni yo nos hemos opuesto. Nos merecemos un descanso. Y Lucas y Sarah se han acoplado a nosotros.
No he sabido nada de Julie desde esta mañana temprano, pero lo más probable es que Sarah la tenga encerrada, obligándola a probarse mil conjuntos diferentes mientras le plancha el pelo y la maquilla como si fuera su muñeca personal.
Le he mandado unos mensajes hace un par de horas, pero viendo que no responde, he dejado de insistir. Tendremos todo el tiempo del mundo en la fiesta. Sarah no tardará en abandonarnos para irse con Liam y Lucas ha quedado con algunos de sus amigos de su antiguo instituto.
En este momento me encuentro caminando hacia su casa para ir juntos a la fiesta y esperar a las chicas allí.
Mi tío está ocupado con la camioneta, por lo que llevo todo el día caminando de un lado a otro.
—Hola, preciosa. Sé que estás ocupada con Sarah, solo quería decirte que ya estoy yendo a casa de Lucas y os esperamos en la fiesta —digo, juntando el micrófono de mi teléfono a mi boca antes de enviar el mensaje.
Me quedo unos segundos mirando la pantalla, pero sigue sin aparecer ninguna respuesta.
—¡Ryan!
Escucho una voz llamándome sin sigilo y me giro lentamente en su dirección, esperando, inútilmente, que no sea quien creo que es.
Krystal está sentada en uno de los bancos del parque, aunque se levanta con sorprendente rapidez cuando ve que ha llamado mi atención.
—Tengo prisa.
Mis palabras no parecen importarle, porque ella sigue caminando en mi dirección hasta detenerse a apenas unos pasos de distancia.
—Y yo tengo algo que puede interesarte.
—No gracias.
Consigo esquivarla y seguir mi camino, pero antes de que pueda alejarme lo suficiente, siento su mano rodear mi muñeca y tirar de mi cuerpo hasta que me lleva a la esquina de la calle.
Estiro con fuerza, sin importarme nada más que alejarme de ella, y cuando lo consigo, da un par de pasos hacia atrás para equilibrarse y no caer al suelo.
Me vuelvo a dar la vuelta, enfadado, pero me detengo en seco cuando escucho lo que sale de entre sus labios.
—Julie te engaña.
Me giro lentamente, dejando que Krystal vuelva a estar en mi campo de visión, y una gutural carcajada escapa de lo más profundo de mi garganta.
De todo lo que podría haber dicho para que la creyera y siguiera con esta estúpida conversación, ha elegido lo peor.
—No es cierto —digo, intentando retener mi risa.
—No miento.
—Vale, lo que tú digas —murmuro, rodando los ojos y preparándome para irme.
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Las Cinco Amapolas
RomanceSiempre se ha dicho que del odio al amor hay un solo paso, pero ellos preferirían tirarse por un precipicio antes que darlo. Julie lleva trabajando en el rancho de su familia desde que tiene uso de razón. Todos en el pueblo la adoran, a ella y a su...