40| ¿Colegas?

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RYAN

Hace meses ni se me habría pasado por la cabeza que estaría montando a caballo, ni siquiera me habría imaginado estando cerca de un animal, pero ahora no podría estar más feliz por estar rodeado por decenas de ellos.

Tuli y yo estamos cruzando el prado por última vez cuando los veo. Julie está frente a la casa con un chico envolviéndola entre sus brazos.

No llego a ver quién es, pero noto la manera en la que su cuerpo se tensa cuando percibe mi dura mirada sobre ellos. 

No soy capaz de diferenciar sus facciones hasta que se separan. Es Lucas. Mi mirada se relaja, pero lo cierto es que no sé qué pensar de su llegada.

Una parte de mí vuelve a sentirse como meses atrás, cuando se marchó después de que yo le obligase a desvelar su secreto, pero la otra no puede evitar sentir cierta celosía. No sé si sus sentimientos respecto a Julie han cambiado desde la última vez, y eso me asusta.

Antes de que pueda darme cuenta, he dejado a Tuli en el establo y me encuentro caminando en su dirección.

Ellos también me están mirando. Lucas lo hace con un rostro completamente ofendido, aunque divertido, y Julie con una enorme sonrisa que enseña los dientes. Eso me tranquiliza.

En cuanto llego junto a ellos, paso mi brazo por la cintura de Julie y le dejo un casto beso en los labios. Las cosas deben quedar claras desde el principio.

Lucas está con la boca abierta con asombro mientras que Julie se ríe de él.

—Ya te he dicho que han cambiado muchas cosas —le dice—. Ryan y yo estamos saliendo.

No puedo evitar que mi pecho se infle con orgullo mientras la miro con una sonrisa que nadie puede quitar de mi rostro.

—Me alegra que me hicieras caso, Juls —le dice Lucas, sin un ápice de rencor. 

No sé a qué se refiere, pero Julie lo tiene claro.

—Mejor tarde que nunca.

—Te ves feliz.

—Estoy feliz —asegura ella.

Son solo dos palabras, pero para mí significan mucho más. Está feliz. Le hago feliz. Y ella me hace feliz a mí. 

—Me alegro por vosotros, de verdad —dice Lucas, mirándome con seguridad.

Le contesto con un asentimiento antes de que el ambiente se enfríe momentáneamente.

Quiero confiar en que ha cambiado, pero hay algo dentro de mí que no quiere dejarse llevar. Si Lucas ha venido para quedarse, es cuestión de tiempo que se descubran sus verdaderas intenciones. Parece diferente y me alegro por ello, pero necesito tener una conversación con él. No quiero que volvamos a encontrarnos en una situación como la de meses atrás. Quiero hacerlo bien esta vez, por Julie y por mí. Necesito saber qué es lo que pasa realmente por su cabeza.

—Os dejaré solos —dice Julie, notando las miradas entre Lucas y yo.

Le da un apretón al brazo de su amigo y luego viene hacia mí para dejarme un beso en la mejilla.

—No te culpo de nada. Te quiero y estoy contigo.

—Yo también te quiero —le digo, dejando un beso en lo alto de su frente y viéndola marchar hacia el interior de su casa.

Nos sentamos en las escaleras del porche y el ambiente cambia por completo.

Nos mantenemos en silencio, intentando aclarar nuestras ideas, pero sé que debo ser el primero en hablar.

—Siento mucho lo que hice. No voy a poner excusas porque no las hay, pero quería que supieras que lo siento.

—No te voy a negar que en su momento me dolió —confiesa varios segundos después—, pero fue lo mejor. Me vino bien. Estar alejado me ha ayudado mucho, en realidad. He hecho cosas que nunca pensé que haría, me dedico a lo que me gusta, he conocido a gente...

—¿La sigues queriendo? —pregunto de repente.

Una media sonrisa comprensiva se forma en su rostro antes de mirarme.

—Siempre querré a Julie, es algo que nadie podrá quitarme, somos como familia —asegura—. Pero si lo que me preguntas es que si la sigo queriendo tanto como para hacer que te deje y se venga conmigo, no, ya no la quiero de esa manera.

Vuelvo mi mirada hacia él, aliviado, aunque sigo sin responder.

—En serio, Ryan. No debes preocuparte por mí, no pienso intentar nada con Julie. Aunque dudo que pudiera, ella te quiere —dice—. En cierta manera siempre supe que vosotros acabaríais juntos. No sabía que al llegar ya habría pasado todo esto, pero me había hecho a la idea.

Para ese momento, una genuina sonrisa ya escapa de mis labios.

—Nunca había visto a Julie mirar a otra persona como te mira a ti.

No hay ningún rastro de duda en su voz. Lucas ya no siente lo mismo por Julie.

—Yo tampoco lo había hecho. Ella es única. Tengo suerte.

Nos sonreímos como si conectáramos por primera vez desde que nos conocemos.

Lo único que quiero es seguir haciendo feliz a Julie, y ahora puedo aceptar que Lucas es una de esas personas que la hacen sonreír. No pienso ser el que vuelva a romper esa conexión.

Julie y yo hemos empezado lo que yo espero que sea una vida juntos y, al igual que Sarah, Lucas es una parte importante de ella.

—Lucas... ¿Crees que podríamos ser... no sé...?

—¿Amigos? ¿Colegas? ¿Bros? —bromea.

—Sí —le respondo, riendo.

—Pues claro, hombre. El pasado es pasado.

Estira su mano en mi dirección y no dudo en estrecharla.

—Esto será interesante —murmuro, haciéndonos reír a ambos.

* * *

Lucas nunca se imaginó ver a la chica de la que una vez se enamoró con otro, pero ni una sola gota de arrepentimiento cruzó por su cuerpo. Verla feliz era lo único que quería, y él, por su parte, también había empezado a serlo. 


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