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RYAN
—¡Julie, por favor! No es seguro —grito mientras veo la camioneta alejarse por el camino embarrado.
Doy un par de pasos, preparándome para correr detrás de ella si es necesario, pero la mano de Hank rodea mi brazo para retenerme a su lado.
—Déjala marchar, lo necesita.
—Pero...
—Mi hija es lista, volverá antes de que llegue lo peor de la tormenta.
Alterno mi mirada entre él y la cada vez más lejana camioneta sin saber qué debo hacer. Sé que necesita tiempo, pero también sé que no es seguro que salga ahora.
—No te preocupes, chico —dice mi tío—. Estas tormentas son habituales por aquí, estamos acostumbrados. Sabemos cuándo es hora de volver y ponerse a salvo.
No entiendo cómo me están pidiendo que no me preocupe. Está a punto de empezar una tormenta y mi novia se ha marchado confundida, sobrepasada, y sin nada con lo que protegerse.
—Entremos en casa —dice Carol—. Haré sopa para cuando vuelva.
—Pero...
—Seguramente haya ido a casa de su tía Angelina, y si no, seguro que irá con Sarah o con Lucas. Ella sabe cómo reaccionar en este tipo de situaciones —asegura Hank.
Minutos después consiguen que entre en la casa, pero nada en mí cambia. Sigo preocupado y con el cuerpo haciendo su mejor esfuerzo para no temblar. Me mantengo sentado en el sofá del salón, pero mis piernas se mueven sin control, haciendo que mis botas resuenen contra el suelo de madera.
Espero con todas mis fuerzas que los demás tengan razón. Lucas es el que vive más cerca. Rezo por que esté protegida en su casa. Él estará con ella, no la dejará hacer ninguna locura.
Paso por lo menos una hora en la misma posición, escuchando todo lo que pasa a mi alrededor, pero siendo incapaz de percibir el tiempo en sí mismo.
Creo que ha pasado más de una hora y todavía no hay noticias de Julie.
El viento cada vez es más intenso, la lluvia cae con fuerza, los árboles luchan por mantenerse en pie y, cuando el primer rayo cae a apenas unos cientos de metros de la casa, sabemos que lo peor acaba de empezar.
Las ventanas empiezan a golpetear y algunas puertas se cierran de golpe. Todo en el exterior se revoluciona. El temporal cae sobre nosotros como si su principal propósito fuera tirar las paredes abajo.
Todos corremos, cerrando puertas y ventanas como si el espíritu de la supervivencia nos poseyera, pero cuando todo está hecho, vuelvo a sentarme con abatimiento en el mismo hueco del sofá.
Es evidente que a Julie no le dará tiempo a volver. Solo espero que esté con alguien que le pueda dar cobijo y protección.
Los demás tienen razón, Julie es lista, habrá sabido qué hacer. Está a salvo.
—¿Dónde está mi hermana, RyRy?
La aniñada voz de Ava es lo único que me hace salir del trance. Incluso ella es capaz de notar lo peligroso que es que alguien esté ahí fuera.
—No te preocupes, hermosa. No le pasará nada.
—Pero tiene que volver —lloriquea.
—Tu hermana es muy lista, Ava, como tú. Seguro que se quedará con Lucas durante la tormenta. Estarán bien juntos.
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Las Cinco Amapolas
RomansaSiempre se ha dicho que del odio al amor hay un solo paso, pero ellos preferirían tirarse por un precipicio antes que darlo. Julie lleva trabajando en el rancho de su familia desde que tiene uso de razón. Todos en el pueblo la adoran, a ella y a su...