La Gran Subasta [Hisogon]

18

Hisoka había estado investigando discretamente lo que había sucedido en el viaje hace dos meses, en el proceso, se topó con varios datos qué le parecen desagradables. Tanto, a tal punto que estuvo a punto de ir destrozar al capitán, pero supo controlarse ya que recibió información de la pareja de éste; y así salvando la vida de el castaño.

Tenía una hoja en la mano, leyendo línea por línea.

Siendo el ceño en su frente el único gesto de molestia en su rostro, sus manos hacían pequeños toques sobre la madera indicando su impaciencia o el mero hecho de que no es de agrado la información en esa hoja de papel inservible.

Dejó el papel sobre la mesa, pensando.

¿En qué, específicamente? Su cabeza no deja de repetir las palabras escritas en la hoja, repitiéndose una y otra vez el último párrafo de lo que parecía ser un informe de la última misión que hubo antes de este.

"Las dos bestias capturadas fueron separadas a la fuerza, el cachorro seguía inconsciente y el padre peleaba para que le devolvieran al cachorro. Y de imprevisto recibió un tercer disparo en el costado, amori fue el responsable de dicho acto.
Gracias a su debilidad logramos transportarlo a otra caja, en dos horas el cachorro despertó y se transformó en humano."

Hisoka tensó la mandíbula.

Mirando ahora hacia la ventana que deja ver la isla a la que se dirige, notando una nube rojiza en el cielo.

"Una criatura tan espectacular que es increíble que sea una bestia, su piel bronceada, ojos feroces y cabello negro y sedoso... Él no pudo resistirse y... Y lo obligó a... Tener relaciones... Lo violó."

Golpeó la pared con su frente, sintiendo el dolor que le ocasionaba enterarse de algo como eso. Logrando saber el porqué el cachorro grito eso, la noche en qué hizo el banquete. Ahora comprende el porque aborrece a los humanos, no fue solo el hecho de que asesinaron a su padre...

Sino que también arruinaron y profanaron su inocencia, reunió aura en el puño, dispuesto a volcar el maldito barco de toda esa gentuza...

— Hisoka.

Volvió a tensarse cuando escuchó a Chrollo hablar.

— ¿Sucede algo? — preguntó sin voltear.

Escuchó un suspiro.

— Prepárate para descender. — se marchó.

Hisoka disipó el Nen que se había concentrado en su puño, y dando una última vista a la isla, dio media vuelta para coger los lentes de sol. Una gorra para que el sol no queme su pálida piel, y desabrochó la camisa para dejar que el aire se filtrara. No le gusta andar sudado.

Antes de tomar el picaporte de la puerta, miró la hoja por última vez sintiendo la sangre hervir. Esta a punto de encontrarse con el maldito que tocó de forma tan asquerosa a su cachorro. ¿Qué se supone que haga? ¿Darle la mano y agradecerlo por haber traído al cachorro?

No... Jaja~ debo agradecerle como es debido. – su mirada se volvió sombría.

Tomó el picaporte y abrió la puerta, pasando a través de ella. Dejando todo su equipaje atrás, pero a la vez, dejando la hoja con la información del hombre que debía matar después de esto.

"Tonpa... El violó al cachorro."

La puerta se estampó con fuerza.

•
•
•
•

Chrollo, Illumi e Hisoka habían ido a la expedición junto a todo el equipo del primero.

"La brigada fantasma", como se hacían llamar aquellos mercenarios que contrato para que fueran su personal de seguridad. No es como si fuera débil para necesitar protección, solo son necesarios para darle una imagen temeraria y amenazante.