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Mi nido necesita ropa de ese idiota.

Gruñó mientras arrastraba varias prendas de Hisoka a su sótano, dónde había una cama completamente destruida, con su gato peluche ya sin olor a su papá, pero siempre en su nido.

Kite había dicho que iría a visitarlo en la segunda semana, para verificar los síntomas que había estado teniendo. No es nada que no pudiera controlar por su propia cuenta, es solo que a veces su instinto se descontrola y no puede amainar los impulsivos deseos de correr, morder, saltar y volver a correr.

— ¿Necesitas algo más?

Se giró para ver a Nobunaga parado en la puerta, con los brazos cruzados. No estando molesto, si no más bien, esperando a siguientes órdenes de su parte.

Negó.

— ¿Podemos ir a ver a Kite? — dijo mientras se acomodaba en su nido - sobre las ropas de Hisoka mejor dicho - esperando una respuesta.

Nobunaga negó suspirando.

— Dijo qué estaría ocupado con un cliente.

Gon se sintió alarmado. ¿Por qué ese cliente necesita más atención que él? ¿Acaso está gravemente herido u enfermo? ¿No tendrá cura? ¿Acaso se pone peor a cada segundo?

Tembló, pensando qué...

Si Kite hubiera tratado a mi papá, él... Aún estaría aquí.

Sacudió la cabeza, dispersando esos malos pensamientos que se asoman. Levantó la cabeza, mirando a Nobunaga escribir algo en el móvil, con una pequeña sonrisa en el rostro. ¿Eso es bueno?

De repente, la curiosidad invadió al pequeño Gon.

Sonrisa, es a lo que llaman cuando uno hace una línea curvada hacia arriba con la boca, eso es cuando estás feliz. ¿No? Cuando estás triste solo quieres llorar, y la boca hace una línea curva hacía abajo. Cuando te enojas las cejas se arrugan, y cuando algo no te gusta, haces una mueca rara.

— Nobunaga ¿Qué son los sentimientos?

El mencionado casi dejó caer el móvil.

Sus ojos se posaron en el menor, sintiendo leve asombro al escucharlo decir esas palabras. ¿Sabe que es eso en primer lugar? Iba a decir, pero se contuvo.

— ¿Preguntás en los básicos o en los profundos?

Gon ladeo la cabeza. — Profundos... ¿Eso del amor?

Nobunaga asintió, sin entender como explicarle al menor acerca de eso ya que él es malo en relaciones.
Nunca ha tenido una relación que dure más de dos meses, de ahí la inseguridad.

Gon pudo leer la anomalía en su aroma (aún no se acostumbra) y se apresuró en aclarar sus palabras.

— Me refiero a qué... ¿Cómo sabes que alguien te gusta?

Nobunaga respiró aliviado, con esa si que tiene experiencia. Se acercó al cachorro y lo tomó por los hombros, mirando seriamente a sus ojos, como si ahí pudiera encontrar la respuesta.

¿De que? Ninguno de los dos tienen idea, pero es algo entretenido saber que tiene a Nobunaga para ayudarlo.

— Tú corazón se acelera, no puedes dejar de verlo, piensas en el siempre, quieres estar con él siempre, quieres saber cómo está, te preocupas por el, velas por su bienestar, le muestras cariño.

Gon solo parpadea con cada palabra que sale de la boca de Nobunaga, comprendiendo cada una, es solo que parecía que me estuviera explicando a un alienígena.

La Gran Subasta [Hisogon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora