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Kite había descubierto lo que posiblemente haga que el chico Freecs despierte de su descanso que parece ser eterno.

— No tengo idea de que funcione.

Hisoka no comprende que hace él al lado de Gon.

Sabe que es su pareja, eso lo acepta.

Lo que no comprende es que Kite lo forzó a abrazar a Chrollo quién yace incómodo entre Hisoka y el chico.

Lucilfer se convencía que todo es porque el chico se despertará, no quiere escuchar a Hisoka llorar como niño cuando se despierta y lo ve dormido. Aunque a veces piensa que el pelirrojo solo está dramatizando, y ver si así se despierta más rápido.

Sacrificaré mi integridad por tí, manzanita. – con todo el pesar del mundo apretó a Chrollo en sus brazos.

Kite veía a Ging como regañaba al humano de su hijo por hacer algo así delante de él, pero sabe que es por una buena causa... Espera que funcione, no quiere perder la esperanza de que su hijo abra los ojos de nuevo.

— Vamos a empezar.

Anuncio Kite.

Morrow empezó a pensar que esto parece un ritual dónde lo van a sacrificar (de cierta forma así es), y de cierta forma lo van hacer.

... No puede evitar sentir algo de miedo por Gon.

— Gon... Hisoka está en tu cama con Chrollo.

Kite lo dijo de una forma acusadora, como si lo hubiera descubierto siendo infiel y realmente se sintió como uno en ese momento.

Todos esperaron alguna reacción del cuerpo.

Pero nada.

Hisoka suspiró rendido.

¿Qué puede decir para provocar a su fruta?

— Si no te levantas, traeré a Illumi de nuevo y me acostaré con el justo a tus pies.

Lo dijo como broma.

Pero cuando Gon abrió los ojos de golpe, justo con las pupilas dilatadas y completamente negras... Sintió el verdadero terror.

— ¿Con quién dijiste que estarías?

Un escalofrío recorrió su espina dorsal cuando el par de ojos se cruzaron.

Chrollo suspiró aliviado.

— Al menos se qué no me odia jaja.

Se alejó corriendo, dejando a Hisoka solo en la cama con el rosario que nunca se aprendió en los labios.

Debí hacerle caso a la monja. – recordó.

Tembló cuando los colmillos de Gon sobresalieron.

Sí me muerde, me muero. – se mordió el labio.

— Acércate a él.

Hisoka lo miró con miedo y pánico encarnado en su rostro estilizado, es una lastima que un rostro tan bello se vea tan pálido (más de lo normal).

Dios, cúbreme con tu manto sagrado. – jadeo cuando el menor lo jaló hacia él.

Se quejó cuando los brazos de Gon lo abrazaron por la cintura, pero con mucha fuerza. Tragó grueso al sentir la lengua del menor deslizarse por su cuello, lamiendo con cuidado y satisfacción.

Saboreando lo que sea que haya en su piel.

¿Le gusta comerse el maquillaje? – se paniqueo.

Ging se burló al verlo tan aterrado por la idea de ser devorado, sonrió miró al cuerpo de su hijo, el que está en un punto de riesgo... En una pelea interna que comenzó desde que abrió los ojos.

La Gran Subasta [Hisogon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora