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Dos días antes.

Ging y Kite están en una habitación, hablando sobre un proyecto del albino. (Hisoka y Gon están en el sótano, buscando varias decoraciones ya que el chico no se va a mover de ahí) Y Ging mira con aburrimiento al albino que le enseña unas hojas con números las cuales, no le interesan para nada.

Bostezó cuando Kite le mostró una gráfica.

— Resumiendo tu charla aburrida. ¿Quieres de mí sangre para probar la purificación de sangre?

Kite asintió, con su rostro inexpresivo y sacó una de las jeringas que siempre porta con él; Ging alzó una ceja. ¿Quién diablos anda una jeringa para extraer sangre? ¿Acaso es una clase de fetiche que tiene el veterinario delante de él?

... Pero no quiere saber, será problematico y aburrido escuchar su monólogo de nuevo.

— ¡Sí! — la puso en la mesa.

— Asumí que Gon lo diría pero no esperé que tan rápido. — se quejó con pesar.

Kite se rascó la parte posterior de la cabeza un poco avergonzado, se supone que él no iba a decir quién fue el que le dijo; pero parece no ser necesario... Ging lo adivino por si solo, y supongamos que es porque conoce a su hijo y no porque escuchó la plática hace una semana.

Ging gruñó bajito, quiere dormir pero ahora que este híbrido necesita si ayuda; debe brindarla ya que él le ha ayudado mucho, es una bestia pero una con buen sentido de la responsabilidad (mito lo obligó a prometer ayudar al albino en lo que sea para agradecerle) y lo hará con la cabeza en alto.

... Aunque solo quiera ir y acurrucarse en el nido de su hijo, el mismo nido al que lo había obligado a entrar ya que el instinto del menor le gritaba: "¡Proteger a papá!" Y no se puede quejar, es cómodo.

— Solo es sangre. ¿No?

Kite asintió.

— Más te vale no perderla o desperdiciarla, no quiero andar sacando más. — se puso de pie y salió.

Kite sonrió, es interesante ver cómo cedió tan rápido.

Había planeado chantajearlo si se negaba, pero eso no será necesario ahora. ¡Qué maravilla!

Ahora lo único que le falta es... Buscar un poco de la flor que usó Goto para ocultar su aroma la noche en qué secuestraron a Gon, no le gusta la idea... Pero ellos son lo únicos que tienen de esas flores creciendo en el patio trasero.

— ¡Kite! — vio a Killua entrar.

— Hola pequeño. — revolvió sus cabellos — ¿Buscas a Gon?

El menor asintió con una sonrisa, mirando las hojas tendidas por toda la mesa; dónde estaban los datos que había recopilado para convencer a Ging.

— Está en el sótano con Hisoka. — lo vio asentir.

Agarró la hoja con una flor negra con puntos blancos en todas la hojas, junto a un tallo rojo...

— ¿Necesitas de la flor? — sus ojos cielo se posaron en el de pelo blanco.

Kite se rascó la oreja.

— Sí... Estaba planeando pedirle a Goto y....

— No hace falta.

El mayor miró inquietó al menor, el mismo niño le dió una sonrisa mientras que se dirigía a la puerta con el dibujo en la mana; doblando con cuidado la hoja y la metió en sus pantalones.

— Te la traeré mañana, Illumi vendrá a llevarme pronto. — miró al mayor y le guiñó un ojo — Iré a despedirme de Gon.

— ...

La Gran Subasta [Hisogon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora