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¿Qué tan difícil puede ser?
Se preguntaron al instante en que decidieron aceptar sus sentimientos e iniciar algo.
Donghae sonreía mientras jugeteaba con los caninos de la familia Lee mientras charlaba con Sora, su cuñada. Su suegra, hacia la comida y que por órdenes de la mujer, le tenía prohibido a Donghae acercarse.
—Oh cierto, no debería decirte esto pero deberías subir a la habitación de mi hermano. —Sora le sonrió con complicidad.
—¿Por qué? —Le preguntó extrañado mientras miraba a la mujer.
—Tú solo sube. —Lo alentó nuevamente, la señora Lee rió ligeramente antes de negar.
—Madre, ¿debo subir? —El castaño dirigió su mirada a la mujer mayor quién como respuesta se encogió de hombros.
—De todos modos Hyukjae te lo va a mostrar, tu elige. —Fue lo único que dijo pero tras la insistencia nuevamente de Sora decidió subir.
Dejo a los cachorros mirando como se salían corriendo al jardín de la casa para jugetear y subió por las escaleras hasta encontrarse con la puerta de la habitación de su novio, no entendía porque tanta emoción pero se sentía curioso así que sin más presmbulos, entro a aquella habitación en la cula evitaba estar.
Le daba pena con la familia de su novio, aunque ya tenían muchos años de conocerse, no quería que pensaran otras cosas cuando estaba con Hyukjae ahí así que no le gustaba mucho pasar tiempo en aquel lugar.
El lugar parecía igual que siempre, la cama de Hyukjae bien tendida y las cortinas abiertas dejando entrar la luz natural, había un par de suéteres en una silla y un par de hojas regadas en el escritorio, no vio nada extraño hasta que su mirada se topo con un gran tablero en una de las paredes, no estaba antes así que se acercó un poco y no pudo evitar sonrojarse.
En ese tablero habían algunas notas pegadas, recordatorios principalmente de cosas que Hyukjae tenía que hacer pero en su mayoría habían Polaroids con fotografías de ellos dos.
Soltó una carcajada al ver fotografías viejas, cuando eran trainees.
¿Cuánto tiempo había pasado de ello?
Donghae podía decir un número exacto desde que se habían conocido hasta la fecha, podría decir con exactitud cuántos cumpleaños habían pasado juntos y cuántos años de noviazgo llevaban pero no era la pregunta a resolver.
¿Cuántos momentos habían pasado?
Donghae no podía contabilizar exactamente que tanto habían vivido juntos, en ese tablero habían alrededor de veinte fotografías y aún así, era consciente que faltaban mil fotos más para llegar a ilustrar con más precisión sus vidas juntas, no solamente las buenas sino también las malas.
