Monarca |+18| (borrador)

21 . CAPITULO

Killian Dávila.

Londres-Inglaterra.

No pensé que los británicos nos encontraran tan rápido, ahora me encuentro buscando como un maldito loco una desesperada salida para llegar más rápido al jet para mantener a salvo a Monarca, no sé cómo sobrellevar esto de que ahora ella es parte de mi mundo o cómo sobrellevar el hecho de que está viviendo todo esto y puedo ver el miedo en su rostro. Decidí que iremos a Londres a arreglar todo esto ¿cómo? Iré a buscar un acuerdo con George Harris, un viejo socio el cual actualmente quiere verme muerto por robarle un cargamento de armas ¿por qué lo hice? Porque ese día estaba aburrido y quería algo de acción, lástima que las consecuencias me estén pasando factura a estas alturas donde pensé que mi día sería tranquilo, al parecer de tranquilo no tendría nada pero soñar en gratis.

Llegamos al hagan dónde está el capitán esperando ya que lo llame cuando veníamos en camino, bajo y ayudo a monarca a bajar a toda velocidad, mis hombres están atentos pero aún así prefiero evitar que se arme una balacera aquí por la cordura de Monarca que parece no procesar nada y caminar solo por inercia. Subimos y el jet en menos de unos minutos ya está en el aire, nos sentamos mientras las horas pasan, Monarca se duerme en mis brazos y yo pienso en que quizás fue una mala idea venir sin Jimmy o alguno de mis hombres, no tanto por si no que no quiero arriesgar la vida de la muñeca. El cansancio me pasa factura así que tomo a Monarca en brazos y la llego al habitación de jet, quito su ropa dejándola desnuda y hago lo mismo conmigo, nos metemos dentro de las sábanas. Gruño frustrado de por cómo se ha arruinado nuestro viaje y como tuvimos que salir corriendo de Suiza en menos de un día.

(...)

Aterrizamos y yo despierto a Monarca, las horas de diferencia no son mucha ya que son tres hora menos que en Rusia, ambos bajamos luego de asearnos un poco, al bajar hay varios anillos de seguridad esperando por nosotros, me saludan cordialmente y yo respondo igual. Mis hombres siempre han sido muy respetuosos y han sabiendo lo importante que es el respeto para mi, todos aquí son padres de familia, tienen hijos o muchísimas cosas más, nunca me ha defraudado y espero que siga siendo así siempre porque no dudaré en pegarles un tiro si me traicionan. Carraspeo y tomo a Monarca de la cintura, llamó la atención de todos.

—Les presento a Monarca Kilichenko, mi mujer...—se tensa bajo mis brazos—. Su seguridad depende de todo ustedes y espero que la cuiden como se merece, que le den el respeto que merece. Su seguridad siempre irá primero que la mía y quiero que la traten como se merece.

—Killian yo...—trata de hablar pero todos responden unísono.

—¡Si señor! ¡A sus órdenes señora Kilichenko!

Ella solo asiente un poco ida, todo esto está siendo nuevo para ella y lo entiendo pero necesito que lo acepte lo más rápido ya que sea más fácil para todos, sé que nunca había sido tratada como una reina pero si entrara a mi mundo para que no la matan necesita ser mi mujer y tendrá que acostumbrarse a ser tratada como tal, ser mujer, novia o espera de un líder o jefe de la mafia trae muchos beneficios como: respeto, dinero, poder, amor y muchísimas cosas que nadie podría imaginarse. Ella tiene la oportunidad en arrepentirse y dejarlo todo, solo pido que si lo hará, lo haga ahora porque luego no abra tiempo, luego le tocará quedarse conmigo hasta el final, será muy tarde para todo y solo pido que si se quiere ir que lo haga ahora.

Subimos al auto y uno de mis hombres conduce, vamos en dirección a una casa que tengo acá, coloco una mano en su muslo y con la otra tomo su mentón para que me mire, pego mi frente a la suya.

—Si quieres irte, necesito que lo digas ahora—susurro solo para nosotros—. Luego será muy tarde y luego no te podrás ir, si quieres irte,dimelo, no te estoy obligando a permanecer conmigo y tampoco lo veas como que estás obligada a hacerlo por todo lo que ha sucedido entre nosotros, cuando te quieras ir, yo mismo te llevaré a casa así que dímelo ahora antes de entrar en la boca del lobo, porque a partir cuando vayas a esa reunión conmigo todos te verá como mi mujer.