50. CAPITULO

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Killian Dávila.

Decir que estos últimos días no han sido ajetreados sería mentir, debería matar a cada persona que se atrevió a dañarme el mes entero en tan solo semanas.

¿Todo se está yendo al demonio? Quizás, ¿No descansaré hasta encontrarlo? Por supuesto que no, carajo. Luego de que llegamos de Dubai y fui a disculparme con Dimitri tengo que admitir que me costo un mundo entero hacerlo, me enteré que todo se había ido al jodido demonio.

Flashbacks

Camino por los enormes pasillos de su mansión, en mi mente no paro de admirar la belleza de este lugar, siempre le he dejado muy en claro a mi socio y amigo que este lugar es la réplica exacta de ellos dos juntos, Irina y Dimitri tienen un estilo muy peculiar, que aunque cueste aceptarlo, es muy ellos y les queda a tope. El estilo marmoleado, antiguo pero a la vez elegante y muy moderno hace sentirse en casa.

Al llegar al frente de su oficina tocó la puerta esperando a que me dé la entrada.

—Pase.

Entro cerrando la puerta detrás de mi para entrar cada vez más a la enorme oficina que tiene el imbécil. Camino hasta estar frente a su escritorio, me hace una mueca para que me siente frente a él y lo hago.

—¿Que se te ofrece Dávila?—alza una ceja mirándome con intriga.

—Solo quiero ofrecerte mis disculp...—intento hablar pero las palabras quedan a la mitad—. Disc..

—Sigue—me alienta sabiendo muy bien lo que quiero decir ya que puedo ver su sonrisa más grande que la del gato de Alicia en el país de las maravillas—Soy todo oídos.

—Dimitri discu...—me frustró—. Disculp...

Tengo que admitir que mi orgullo puede más conmigo que mi mujer, soy orgulloso y siempre quiero tener la razón, aceptar que no la tengo es como aceptar que Monarca me manda y hago todo lo que me pide, imposible. Las peleas entre este imbécil frente a mi y yo no duran más de un mes pero siempre logramos resolver cualquier indiferencia, somos hermanos, amigos desde siempre y por eso tratamos de siempre estar de acuerdo con todo porque ninguno da su brazo a torcer cuando de disculpas se trata.

Tener un negocio donde todos son jefes o varios tienen energía y ego de superioridad es lo que peor que podría pasarle a alguien, como en mi caso, ambos somos jefes, tenernos aires y ego de superioridad y ambos estamos rotundamente negados a aceptar que podemos equivocarnos, solemos pensar que todo es como mejor nos parezca y quizás si pero es hora de resolver este asunto.

—Discul...—la ira me invade al no poder decir la palabra y le doy un golpe a la mesa haciendo elevar todo. Dimitri estalla en una carcajada haciéndome bufear.

—Te disculpo, no quiero que mueras intentado decir la palabra.

—Idiota.

—Yo también te amo querido.

—Imbécil.

Su carcajada acaba y me pongo serio al momento.

—Tengo que decirte algo que quizás tuve que haberlo echo desde hacen días pero no quería arruinar tu pedida de mano.

—Escuchó.

—Todavía no quien fue pero alguien de nuestro equipo le pasó información a la policía sobre ti, te tienen más que nunca en la mira.

—¿De mierdas hablas Dimitri?

—No sé en qué momento, todavía sigo trabajando para averiguar quién fue, necesito que estes alerta a cualquier cosa y busques un lugar seguro para estar junto a Monarca, no sé cuanto saben de ti Killian—gruñe—. He pagado millones a hombres de la policía pero se niegan a hablar, a decirme cuanto saben o cómo lograron averiguar sobre ti.

Monarca |+18| (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora