30 . CAPITULO

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Killian Dávila.

Ha pasado un mes desde que Monarca no ha pisado su bufete y eso está comenzando a preocuparme, me preocupa que su decisión realmente iba en serio. Desde que supe de su condición me estudié e investigue para saber sobrellevarla en situación con la que sucedió ese día en la cena, todavía no podía creer todo el daño psicológico que le había dejado el idiota. Pero es un jodido dolor en el culo que ya solucione ¿cómo? Se encuentra hora mismo en mi sótano o mejor dicho mi cárcel privada, esperando a que baje a verlo o a matarla. Un día luego de le pusiera la mano encima en ese supermercado le pedí a Jimmy que fuera personalmente por el y desde entonces yace ahí... esperando su muerte pero no sucederá todavía ¿por qué? Porque no lo haré yo, espero hasta que Monarca quiera hacerlo ella misma y ahí es cuando le diré que lo tengo en mi poder ¿Por que ella? Porque fue a ella quien le jodió años de su vida, no a mi, el idiota pensaba que podría tocarle un pelo a mi mujer y salir ileso de ello, ella misma cobrara su venganza pero eso no es la situación. Tiene un jodido mes practicando duramente entrenamiento de cuerpo a cuerpo con Jimmy que hasta su condición física ha mejora, luce más activa y atenta, y por todo quiere lanzar patadas. Tiene un mejor manejo de armas que hasta el miedo le ha perdido, ni hablar de que ahora cada que tiene un tiempo libre de sus "actividades" como ella las llama, quiere ayudarme a mi a Dixon con el papeleo tanto de la empresa como de los cargamentos.

No voy a negar que tenerla cerca me cae de maravilla, me gusta sentir su calor, me gusta que cada que termina sus actividades venga a la oficina y me besa mientras me cuenta su día. Me estoy comenzando a acostumbrar a ella o quizás ella a mi, somos como magnetos que se atraen y que aunque intente separarse, no pueden estar sin él otro. Hace unos días tuve una reunión y me salí en plena reunión porque ella me llamó diciendo que se sentía mal.

                                    Flashbacks

Me encuentro en una importante reunión, con algunos de mis socios esperando que uno de estos idiotas de una buena ruta para empezar a pasar mercancía a Toledo, España. Donde se encuentra otro de mis socios el cual quiere empezar su negocio allá, lo ayudaré ya que Dimitri me pidió que aceptara porque era un viejo socio de él, aquí me encuentro aplastado en una silla desde hace una hora tratando de llegar a una solución.

—Yo pienso Güero, que quizás no debamos buscar una ruta a Toledo—habla uno de ellos—. Es muy riesgoso.

—Todos sabemos que desde tu último cargamento a España  han reforzado un poco más la seguridad de la guardia costera.

Mi teléfono comienza a sonar, frunzo el ceño y miro la hora el mi reloj.

20:56.

Es más de las ocho de la noche y no sé quién se atreve a llamar a estar y en medio de una reunión, Dixon me mira buscando una respuesta y yo alzo mis hombros, saco mi teléfono y veo el número de Monarca en la pantalla.

—Disculpen, tengo que contestar...

Me levanto haciéndome un poco a un lado de donde la reunión sigue, carraspeo y contesto.

—Muñeca, ya hemos hablado de que cuando estoy en una reunión importante no podemos hablar.

Escuchó un sollozo a través de la línea pero no es ella quien habla.

—Jefe.

Miro el teléfono comprobando el número y si es Monarca pero la voz es de Jimmy.

—¿Jimmy? ¿Que haces con el teléfono de mi mujer?

—Me lo dio para que lo llamara, la fiera está ardiendo en fiebre señor y Judith le está poniendo paños de agua caliente para ver si le baja la temperatura—murmura—. Ella pidió que lo llamara, dice que se siente muy mal. Al parecer pescó un virus.

Monarca |+18| (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora