36 . CAPITULO

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Secuestrado...

Ha pasado más de media hora desde que Killian ha sido secuestrado y la verdad yo siento como cada vez me falta más el aire, Dixon aún no me ha podido explicar bien la sitúa ya que no para de hacer llamadas. Mi corazón va a una velocidad inalcanzable, mi pulso está disparado y mi respiración es un asco, el simple hecho de no saber cómo está, que le pudo haber pasado o si sigue vivo no deja de remover mi mente. He llorado, gritado y hasta mal decido al mismísimo infierno. Por mi mente no dejo de pasar cosas aunque esté nublado, nublada por todas las cosas que debe estar viviendo en estos momentos Killian si aún sigue vivo.

Debo encontrarlo.

Es el único pensamiento que llega a mi mente y tomo mi arma de la mesa del living y corro a su oficina, Dixon deja su teléfono gritándome mientras corre detrás de mi, al llegar a la oficina me encierro en ella pasándole seguro y minutos después se encuentra como Dixon toca sin parar.

—¡Monarca, sal!

—¡Debo encontrarlo!

—¡Desesperarnos no ayudará en nada, lo traeré a casa pero sal! ¡Nos matará si se entera que entramos en su oficina!

Es cierto pero no me importa, ahorita lo que fuera por saber ahora mismo que sucede o dónde puedo encontrarlo.

—¡Si sigues vivo créeme que lo hará pero es algo que no está 100% comprobado así no te metas en mis asuntos Dixon!—grito con fuerza para que escuche, limpio mis lagrimas hurgando en todo lo que veo, reviso toda la jodida oficina—. Debo encontrar a mi hombre.

—Y yo lo haré, sal.

—Yo me encargaré Dixon, te guste o no.

—¡Haz lo que quieras!—dice con frustración—. Siempre supe que era una jodida fiera.

Escuchó como baja las escaleras y yo respira buscando con más calma, leo todo los archivos que hay sobre su escritorio, son cosas de trabajo y de la empresa, hay rutas, cuentas bancarias, fajos de billetes y su agenda donde tiene cada cargamento y su destino, hay nombre de personas de los que jamás había escuchado hasta que recuerdo que hoy tenía que verse con alguien. Busco rápidamente en su agente la dirección de dónde sería la reunión.

Bingo.

Al encontrar la dirección busco entre los gabinetes las llaves de su coche, al encontrarlas miro la ventana y corro así ella, no puedo salir por la puerta ya que si Dixon me ve hará todo lo posible porque no vaya pero necesito encontrar a Killian o si no enloqueceré, estoy enfurecida y con una fiera dentro de mi que está dispuesta a hacer hasta lo imposible por traer a su hombre a casa. Abro la ventana sacando una de mis piernas por ella hasta que saco todo el cuerpo quedando en el techo, con mucho cuidado camino hasta la cochera intentando bajar cuando estoy debajo de ella, coloco un pie en el árbol junto a mi y comienzo a treparlo hasta las primeras ramas, cuando estoy apunto de lanzarme para tocar el piso escuchó un grito y busco rápidamente a la persona correspondiente de esa voz.

—¡Señora! ¡Señor Dixon!

Uno de los hombres de Dixon me ve y yo me lanzo sin creer en nada y en nadie, cuando aterrizo en el piso corro adentrándome al auto de Killian, lo enciendo viendo por el retrovisor a Dixon colocarse detrás del auto gritando que me baje.

—¡Vas a cometer una locura, no puedo dejarte ir! ¡No entiendes que si te sucede algo Killian me mata mujer!—grita histérico—. ¡Piensa en mi! En mi pobre pellejo y que soy muy joven para morir, moriré en manos de mi hermano por tu culpa mujer, razona por Dios ¿a donde vas Monarca?

Al parecer a Dixon nunca le dijeron que una mujer enamorada carece de razón.

No contesto, solo hago rugir el moto yendo en retroceso obligándolo a quitarse, respira y se quita, aprovecho y salgo de la mansión yendo a la ciudad. Conduzco tan rápido que en menos del tiempo correspondiente que dicta el google maps estoy en el lugar, miro el logo. El edificio tiene una fachada muy grisácea y transmite malas vibras, su gran logo de CEO RUSSIA. Es uno de los mayores administradores de Rusia a pesar de que el tipo es irlandés y por supuesto el dueño es uno de los magnates más codiciados del país, con dinero y egocéntrico. Por el día empresario y por las noches un narcotraficante. Bajo del auto y camino adentrándome al edificio, veo a una secretaria y me acerco a ella. Me sonríe al verme.

Monarca |+18| (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora