Monarca |+18| (borrador)

24 . CAPITULO

Llegar a Rusia la mañana siguiente fue catastrófico y más si tienes una gran resaca, has dormido menos de dos horas y tuviste una jornada de sexo que duro toda la noche y casi queda en silla de ruedas, lamentablemente esa hora mi situación. Luego de lo sucedido en el reloj pasamos por un bar a beber algo para festejar mi noviazgo pero lo que no pensamos es que duraríamos hasta media noche cantando karaoke en el lugar, al llegar a casa Killian no me dejo ni tocar la cama cuando ya me tenía jadeando sobre el pidiéndole que por favor me follara.

Nuestro vuelo era a las diez de la mañana y se podrán imaginas el cansancio que tengo. Termino de salir del jet y bajo un poco mis gafas mirando a Killian con mala cara, me mira de arriba hacia abajo y vuelve a negar, la razón porque la que el señor está haciendo un escáner cada cinco segundo es porque estoy en pijama, así dure todo el vuelo y pienso quedarme así hasta llegar a casa. Irina parece estar igual de cansada que yo ya que también sigue en pijama, ambas nos miramos y sonreímos.

—Bueno, fue una buena semana—habla Dimitri—. Gracias por todo Killian, me alegro por ustedes.

Nos da un abrazo a cada uno y nosotros sonreímos.

—Se que me amas—habla Killian haciendo gruñir a Dimitri.

—Idiota—se acerca para tomarme la mano—. Me alegro de haberte conocido Monarca, espero que esté idiota te sepa valorar, si no lo haces, me llamas.

—Lo tendré en cuenta.

Asiente y va a su auto, Irina se despide de Killian con un abrazo y pasan una que otra palabra que no logro escuchar, se acerca a mi y sonríe.

—Me siento como una estúpida que parece que la estuvieran separando de su hermana—río—. Nunca he tenido una amiga y ahora te convertirás en la primera, te llamaré para que salgamos.

—Con gusto aceptaré la invitación—digo.

—Fue bueno conocerte Monarca, espero que les vaya bien—me abraza—. Hablaremos por mensaje de texto.

—También me encanto conocerte.

Corre al auto subiéndose junto a su esposo, nosotros nos dirigimos al auto de Killian, este me deja en mi casa despidiéndose con un beso.

—Nos vemos luego, tengo que ir a ver a Dixon.

—Gracias por el viaje, me vino de maravilla.

—A mi también muñeca.

Lo veo irse y entro a casa, la tranquilidad no me dura mucho ya que escucho ruidos extraños en el pasillo, camino y pego un chillido cuando veo a una persona en el mueble del living.

—¡Joder Monarca, no grites!

Luisa prende la lámpara que tiene cerca dejándome observar su cara. Se encuentra completamente desnuda y no tarda mucho en pasar que Dixon sale de abajo de ella igual de desnudo, abro mi boca en una perfecta O y mi mente está a nada que explota de la impresión.

—Mierda...

—Yo...—trata de hablar pero levanto mi mano callandola, no puedo hablar por más que lo intente—. Me vestiré mejor...

Asiento y se coloca rápidamente su ropa, Dixon se levanta pero la situación empeora haciéndome chillar de nuevo al verle su enorme pene cuando intenta levantarse para vestirse también.

—Mierda Dixon...

—¡Lo siento, lo siento!—dice buscando su ropa rápidamente, cuando termina de ponérsela toma a mi hermana de la cintura haciendo que lo mire, la toma de la cintura dándole un fogoso y caliente beso que la deja jadeando. Mis ojos quieren salirse de mis cuencas y él sonríe—. Te veré luego nena.