12. CAPITULO

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Killian Dávila.

¿Fue muy imbécil de mi parte quedarme toda la noche con ella? Si, ¿fue lo correcto? No. No puedo permitirme esta clase de sentimientos pero cuando se trata de Monarca no puedo negárselo, tengo que aclarar que no pensaba ir a verla, solamente pase por la zona y decidí ir a saludar. Tenía años sin dormir tan bien como lo hice anoche, dormir con ella sobre mi mientras olía su shampoo y cremas se sintió tan bien, su calor corporal combinaba a la perfección con mi fría piel. Sus besos adormilados eran los más exquisitos jamás antes probados, esta mujer me tiene loco y eso no me llevará a nada bueno. Trate de irme pero mientras trotaba al auto me sentí un completo idiota y más al imaginármela despertando y no verme ahí, no era un cobarde, así que me devolvía y la hice creer que solo salí a trotar.

Ahora mismo en el restaurante mientras ella mira a su esposo comer muy cariñosamente con su secretaria me hace querer reír, los mira con asco y aunque me gustaría llevarme el crédito de saber que estarían aquí, la verdad no, no lo sabía. Nuestras comida llega y ella comienza a comer.

—Que se jodan...—le murmuró tomando su mano.

—Me da igual Killian.

Asiento y nos disponemos a comer.

—¿Que sucederá ahora en el caso?—preguntó cambiando de tema.

—Esperemos un milagro, trataré de hacer todo lo que esté en mis manos pero necesito que el homicida aparezca si o si. Es la única forma de ayudar a Dixon.

Quisiera decirle que ya estoy en eso, que Jimmy está investigando y quizás para mañana mismo ya tenga respuesta sobre ello, pero no le digo para no alertarla.

—Entiendo.

—¿Por qué decidiste quedarte? Dijiste que solo éramos sexo.

—También estaba un poco cansado como para conducir a casa—miento.

Me quede porque quería sentirte cerca... quisiera gritarle pero me controlo.

—Entiendo—parece desanimarse con mi respuesta pero es la única que obtendrá.

Poco a poco entre una charla trivial terminamos de comer, pedimos la cuenta pero cuando menos lo esperamos tenemos al idiota de su esposo en nuestra mesa.

—¿Monarca?—está lo miro, se tensa—. ¿Que estás haciendo aquí? ¿Quien es él?

Me mira repasándome de arriba hacia abajo y yo ni siquiera lo observo, solo miro a la mujer frente a mi que está a punto de desmayarse.

—Te advertí que me dejarás en paz Oliver—gruñe—. No hagas una escena.

—¡Claro! ¡Yo te conozco! Eres el hermano de Dixon Dávila, te vi en el juicio—tin tin, respuesta correcta—. ¿Que haces aquí con el? ¿También te lo follas?

Habla un poco fuerte y aunque intenta llamar la atención nadie lo mira.

—Mucho cuidado por cómo le hablas—digo acomodándome mejor en la silla—. Te advierto que cuides tus palabras o cómo te diriges a ella.

—¡Usted no es nadie para decirme cómo debo hablarle a mi esposa!—ríe irónico.

—Ex esposa, te recuerdo que nos estamos divorciando—le dice esta.

—Levántate—dice este tratando de tomarla del brazo pero me levanto deteniendo su mano.

—Ye advertí que tuvieras mucho cuidado por cómo te dirías a ella.

Le doy un puñetazo que lo lanza sobre una silla haciéndolo caer sobre esta, la atención de varias personas esta sobre nosotros y yo tomo rápidamente a Monarca de la cintura.

Monarca |+18| (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora