(...)
Los días pasaron más rápidos que de costumbre.
Volví a sorprenderme con la presencia inesperada de Ivan, pero por suerte solo se quedó unas pocas horas.
—Manu —lo llamé.
—¿Si? —Me miró dejando de jugar —. ¡Qué hermosa! —halagó.
—Viste que te dije que iba a salir.
—Ah, si. —Sonrió —. Suerte y cuídate.
—Ajá, lo único que te pido es que no metas a nadie en esta casa mientras yo no estoy —hablé con seriedad.
—Solamente voy a jugar y dormir, no voy a meter a nadie —aseguró.
—Bueno, eso espero. —Sonreí confiando en que me decía la verdad.
Bajé para meter la cena adentro del microondas, así ya quedaba todo listo.
Me pedí un uber y marqué la dirección del bar con nervios.
Llegué al lugar y los chicos me recibieron alegremente.
—Estas más alta. —Ezequiel me sonrió abiertamente.
—¿Se nota? —Miré fugazmente mi cuerpo.
Él se rió entretenido.
Me senté entre ellos sintiéndome cómoda al instante.
Los chicos me integraron rápidamente a su grupo y en ningún momento me hicieron de lado.
Tomamos y compartimos anécdotas del colegio, así como también hablamos de nuestro presente.
—Me acuerdo que Sabri siempre miraba a las chicas intentando entenderlas. —Marcos se rió por lo bajo —. Al final terminaba jugando a las cartas de Dragón Ball con nosotros.
Que buenas cartas eran esas.
—Es verdad, encima era buenísima, siempre nos cagaba ganando —acotó otro.
—Igual a veces me dejaba ganar, de onda —recordé.
—No, mi orgullo —se quejó otro de ellos, golpeando la mesa.
Nos reímos y seguimos hablando.
Un tiempo después, descubrí que el motivo no era solamente "reencontrarnos".
Marcos, el chico castaño que tengo a la derecha para ser más exacta, tiene otro tipo de intenciones hacia mi.
Intenté ser lo más amistosa que pude con él, pero no esta funcionando.
Él castaño rodeó mis hombros con su brazo y me pegó a él.
Esto esta empezado a ser incómodo para mi.
—¿Y sabes hablar inglés? —consultó solamente para nosotros dos.
Levanté la cabeza para mirarlo y que note mi incomodidad.
—Si, es mi primera lengua se supone —dije.
La primera lengua que domine fue el inglés.
—Sabes Sabri, siempre me pareciste linda —admitió lo que ya me esperaba.
—Vos me caes bien, podemos ser amigos. —Sonreí levemente.
—Ah... —Su cara se transformó con decepción —. Si, podemos —balbuceo soltandome.
Me alejé un poco más relajada.
Me quiero ir.
Una mirada intensa hizo que mis pelos se pongan de punta.
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Extraño; Spreen
أدب الهواةSabrina tiene un hermano menor que siempre trae diferentes amigos a casa. Su nuevo amigo se hace llamar Ivan y es más peligroso y extraño de lo permitido. Sabrina, con su obsesión por descubrir las verdades de las personas, se siente intrigada y se...