Una vez la comida estaba lista nos sentamos en la mesa.
Obviamente como yo soy la que esta a cargo, estoy sentada en la punta de esta.
Recargue mi cara en mi mano sin quitar la vista de Ivan.
La aura que lo rodea no es exactamente amigable. No entiendo que es lo que tiene que le encanta tanto a Manu.
Si yo hubiera sido hombre, Ivan no estaría acá sentado con nosotros.
¿Por qué tuve que ser mujer?
Bufé levemente.
—¿Segura que estás bien? —consultó el pelinegro con el ceño levemente fruncido, sin quitar sus ojos del plato.
—Si, solamente te quiere matar —explicó mi hermano.
—No soy una posible asesina como él —aclaré.
Ivan suspiró.
—La comida esta rica —halagó intentando cambiar de tema.
—Ajá. —Asentí.
Ni siquiera sus uñas están sucias, definitivamente este hombre esta enfermo.
—Entonces Ivan hoy se queda a dormir con nosotros —exclamó Manuel con felicidad.
¿En qué momento se decidió eso?
—¿Eh? —Lo miré confundida.
—Mira el día, no puede volver con este clima —me persuadio.
—Ni siquiera esta llovie... —Un trueno me interrumpió —. ¡La ropa! —Me levanté para salir corriendo afuera.
Abrí la puerta de atrás y corrí para agarrar toda la ropa que estaba ahí hace días. Soy un desastre.
La lluvia no era escasa, así que terminé toda empapada gracias a que cubrí la ropa seca con mi cuerpo lo máximo posible.
—Odio mi vida —solté después de dejar toda la ropa en un canasto.
—Sabri... —Mi hermano me miró con los brazos cruzados —. Tu salud es más importante que ropa —recriminó.
—No pienso volver a lavar —declaré sacándome las pantuflas empapadas.
—Anda a bañarte, te vas a enfermar. —Las manos de mi hermano se posaron en mi espalda y me empujaron hasta el baño —. Ahí te traigo tu ropa —indicó antes de irse.
Bufé y me metí adentro de la ducha para desvestirme ahí.
Los vidrios son polarizados, así que no se ve nada.
Me saqué la ropa y abrí el agua caliente.
Escuché como mi hermano volvió a entrar y después de dejar la ropa se fue.
Terminé de calentar mi cuerpo y salí para vestirme.
Enredé la toalla en mi pelo antes de salir del baño.
Caminé hasta la cocina en puntitas de pie por no tener mis pantuflas. Entrando al lugar, lo primero que captó mi atención fue Ivan con una taza de té en sus manos.
Él me vio y bajó sus ojos hasta mis pies descalzos pisando la fría cerámica.
Su ceño se frunció como de costumbre y volvió a subir su mirada.
—Tu hermano se va a enojar —advirtió acercándose.
—Shh. —Posé mi dedo índice en mis labios para indicarle que se calle.
No quiero más sermones. Menos viniendo de la persona menos indicada.
—Toma. —Me extendió la taza.
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Extraño; Spreen
FanfictionSabrina tiene un hermano menor que siempre trae diferentes amigos a casa. Su nuevo amigo se hace llamar Ivan y es más peligroso y extraño de lo permitido. Sabrina, con su obsesión por descubrir las verdades de las personas, se siente intrigada y se...