Capítulo 52

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Días después.

Tomé la decisión de alejarme.

Me alejé de él, de sus miradas, de sus sonrisas, de sus besos...

No es que lo esté rechazando, es que mi cabeza no podía tomar una decisión y sé quedo en blanco.

No sabia que hacer. La opción más lógica era tomarme un tiempo para poder pensar en todo y tomar una decisión.

No quería hacer algo impulsivamente para después arrepentirme de eso, porque después de todo yo quiero a Ivan y es un hecho que no puedo negar.

No tuve la valentía de decírselo en persona y simplemente le mandé un ridículo mensaje, donde quería decirle tantas cosas que terminó siendo confuso. Pero, a pesar de eso, él pareció entenderme y me dio mi espacio.

Suspiré y volví a removerme entre mis frazadas.

Cerré los ojos decidida a quedarme dormida.

(...)

El sonido incesante de mi celular me despertó.

Suspiré y lo tomé sin siquiera abrir los ojos y revisar el remitente.

—Hola —balbucee adormilada.

Si me llaman a altas horas de la madrugada no creo que sea spam o algo de eso. Tal vez es papá.

—Sabrina —la profunda y reconocible voz de Ivan invadió mis sentidos.

Fruncí el ceño y separé el celular de mi oreja para confirmar la hora: 3:48 am.

—¿Estás bien? —cuestioné con confusión.

La respuesta tardó en llegar unos largos segundos.

—Solamente quería escuchar tu voz —confesó en voz baja.

—¿Por qué? —balbucee.

Podría esperar hasta mañana. Su llamado se siente como desesperado. Es como si fuera... una despedida.

—¿Ivan? —repetí más alterada, cuando no me contesto —. ¿Esta todo bien? —Me senté en mi lugar.

El sueño que nublaba mi mente desapareció. En cambio, la preocupación tomó lugar en mi pecho.

Ivan suspiró del otro lado de la línea.

—Perdón por despertarte —se disculpó en voz baja.

—Eso no me importa —sentencie —. Mañana vas a venir ¿no? —pregunté como medida desesperada.

—Me gustaría volver a verte —confesó como algo lejano.

—Nos vamos a volver a ver —aseguré —. Y-Yo también te quiero ver. —Sentí mi respiración agitarse.

Una leve risa salió de sus labios.

—Siempre me haces sentir bien —susurró —. Gracias por eso, te quiero, Sabrina.

La llamada finalizó.

¿Qué?

Con las manos temblando, volví a marcar su número.

"El número no esta disponible o se encuentra fuera de servicio".

No, no, no.

—Por favor, Ivan. —Sollocé sin poder contener las lagrimas y la desesperación.

Volví a marcar. Una vez, tras otra.

Nada.

Tiré mi celular con frustración y llevé mis manos a mi cabeza.

Ivan...

Extraño; SpreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora