Capítulo 49.

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(...)

Abrí mis ojos, sintiendo el calor y el aroma de Ivan envolver cada fibra de mi ser.

Parpadee aclarando mi visión y me encontré con sus orbes oscuras y brillantes.

Ivan sonrió y se acercó unos centímetros para darme un dulce beso.

—Buenos días —susurró por lo bajo, resaltando su voz áspera y lenta.

—Buenos días —repetí evitando que se me escape una pequeña exhalación.

Siento que estoy en un sueño demasiado irreal.

Sonreí cuando sentí los cálidos dedos de Ivan rozar mi rostro y ladee mi cabeza para sentirlo más cerca.

Nos quedamos unos minutos compartiendo caricias y sonrisas inocentes, cargadas de un sentimiento que parecía ser más fuerte que todo lo demás.

En contra de mi voluntad, me senté apartandome de él.

—¿Qué hora es? —Busqué con mis ojos el reloj digital sobre mi mesita de luz.

Todavía faltan unos veinte minutos para que la alarma de Manu suene, indicándole que es hora de levantarse y prepararse para ir al colegio.

—Tenemos tiempo para besarnos —informó Ivan con diversión, también irguendo su cuerpo.

El calor subió hasta mis mejillas.

—No me lo preguntaba por eso —balbucee.

El pelinegro elevó una de sus cejas expectante.

—Tenes que aprender a mentir mejor, Sabrina —aconsejó.

Bufé levemente.

Tengo una habilidad innata para descrubir mentiras, pero no para reproducirlas por mi misma.

—Tengo que aprender de vos, entonces —rebatí —. ¿Me querés enseñar?

Ivan negó con la cabeza y arrastro sus rodillas hasta estar más cerca de mi.

—Te puedo enseñar otras cosas, si queres —retrucó, deslizando sus manos sobre las curvas de mis caderas.

Inspiré aire ligeramente.

—¿Qué cosas? —mi voz salió en un susurro.

—Con veinte minutos no voy a poder enseñarte —se lamentó, rozando sus labios con los míos.

Nos besamos, permitiéndome darme cuenta de lo fugaz que era el tiempo con Ivan, como si los segundos que pasáramos juntos nunca fueran a ser suficiente. Cuando menos nos esperábamos y más deseo teníamos de seguir, la leve alarma de Manu que iba aumentando poco a poco, nos obligó a separarnos.

Ivan acercó sus labios por última vez, dejando un beso en mi frente.

Apreté mis labios y muy a mi pesar me levanté de la cama.

Me metí al baño para lavarme el rostro e intentar quitar el color oscuro de mis orbes y el rubor de mis mejillas. Ivan entró poco después y pude ver a través del espejo como se posicionaba detrás de mi y dejaba un beso sobre mi cabeza.

Me di media vuelta con una pequeña sonrisa. Sus ojos también parecieron sonreír y bajó su cabeza para pegar nuestros labios fugazmente.

Salí del baño, dándole privacidad y salí de la pieza.

Manu hacia lo mismo y vi como se refregaba los ojos con el dorso de la mano. Cuando me vio, sus ojos se abrieron y corrió para abrazarme.

(...)

Ivan tuvo que irse unos minutos después que Manu. Yo también tenía que irme a la facultad, así que nos despedimos como si no quisiéramos dejarnos todavía.

En el camino, hablé con Emiliano como siempre y el día pasó más rápido con su compañía.

Mientras volvía, un mensaje me llegó.

El extraño Ivan

Hoy no voy a poder verte, perdón

Sin poder evitarlo una sonrisa se asomó en mis labios.

Nunca antes me había avisado de su ausencia previamente. Es como si a él realmente le preocupara que yo me enoje o le prohíba la entrada a casa.

            Gracias por ahorrarme los mini          infartos, que considerado

El extraño Ivan

Denada, siempre pienso en vos, te quiero

Sentí como me ruborice al leer el mensaje. Aclaré mi garganta incómoda de que alguien me vea en este momento.

                                También te quiero

Apagué el celular y lo guardé en mi cartera con vergüenza.

No puedo creer el revoltijo de emociones que me ocasiona Ivan con un simple mensaje.

Ya habiendo terminado el día, me recosté en mi cama permitiendome pensar en la tranquilidad y el silencio de la noche.

¿Cómo pase de "tengo que alejarlo" a "no quiero que se vaya por mucho tiempo"?

Hubo un cambio extremadamente brusco en mi forma de pensar y sentir con respecto a Ivan. Pensé que nunca tendría la oportunidad de querer a alguien que no sea de mi familia con tanta intensidad y necesidad, pero él me hizo saber que me confundí enormemente.

Tenía tantas preguntas, tantas teorías, tantas sospechas con respecto a él, pero ahora todo se redujo a nada.

Siento que nada de lo que él sea o haga va a ser más importante que la efervescente emoción que se instala en mi corazón cada vez que pienso en él.

No sé que cosas esconde Ivan. No sé que tan peligroso sea, pero es como si eso quisiera quedarse en segundo plano. Es así como mi cabeza y mi mente no paran de torturarme con mis pensamiento objetivos. Ahora se encuentran en una lucha constante con las ordenes que les envía mi corazón.

Se contradicen y luchan de tal forma que a veces siento que toman el control total por un tiempo breve, luego vuelven a pelear y dan con otro ganador que toma el mando por un tiempo delimitado.

Ambos observando cada movimiento de Ivan, buscando para que lado decantarse. Toda la responsabilidad de mi decisión final queda encima de él y por primera vez me veo rogando para que no de ni un paso en falso.

Extraño; SpreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora