(...)
No sé que hora es, pero Manu esta dormido hecho una bolita en el piso.
Suspiré cansada y miré a Ivan.
Lo único que me asegura que esta vivo es su respiración pesada.
—¿Por qué me haces esto? —susurré apoyando mi frente en su hombro —. Si mi hermano es tan bueno como decis, tendrías que alejarte para que él este seguro. —Sentí una punzada atravesar mi pecho.
¿Es una decisión egoísta dejar a este hombre morir solo por querer salvar a mi hermano?
¿Qué se supone que tengo que hacer?
¿Cuál es la opción por la que no me voy a arrepentir toda mi vida?
¿Qué hago?
Mis ojos se abrieron cuando sentí una mano posarse sobre mi cabeza.
—Perdón, Sabrina —susurró Ivan roncamente.
¿Por qué todos piensan que un perdón limpia todo su desastre?
Un perdón no arregla nada. La vida es más complicada que eso.
—¿Qué voy a hacer, Ivan? —susurré al borde del llanto.
Mi cabeza no paró de dar vueltas desde que los encontré en esta situación, y puedo afirmar que excedí el límite.
Los dedos de Ivan se enterraron en mi pelo y me acariciaron suavemente, intentando quitarme el estrés que sentía en ese momento.
—¿Por qué haces esto? —Me separé a la defensiva.
Ivan analizó cada parte de mi rostro en silencio.
—No te quiero ver sufrir por mi culpa —confesó.
—Tarde —recalqué en un hilo de voz.
—Dormí un poco. —Con su dedo pulgar acarició mi mentón.
—Por más que quieras no vas a poder evitar explicarme todo esto —recriminé —. Esto es más de lo que puedo dejar pasar, esto... —Observé a mi hermano —. Esto puede ser perjudicial para él.
Pensé que ya no tenía lágrimas para llorar, pero me equivoqué.
—Te prometo que todo se va a aclarar. —Arrastró su dedo hasta mi mejilla —. Dormí.
Lo que dijo no me pareció más que una excusa para que cierre la boca y me duerma de una maldita vez. Tal vez por el cansancio que recorría mi cuerpo, cedí y asentí.
Ivan movió su cuerpo hasta que su espalda chocó contra el respaldo del sofá. Es lo suficientemente grande como para que entremos los dos.
Mis ojos bajaron hasta su herida vendada. Si por alguna razón me remuevo mientras duermo, voy a volver a abrirle la herida.
—No va a pasar nada —Ivan me tranquilizó y deslizó su mano hasta la mía.
Me estiró con pocas fuerzas, obligándome a acostarme a su lado.
El sentimiento que me recorrió al sentir su calor envolverme me recordó que quiero a Ivan. Que lo quiero demasiado y eso puede llegar a entorpecer mis decisiones.
—Tengo miedo —confesé por primera vez.
—Todo va a estar bien —aseguró, haciendo que su suave aliento roce contra mi rostro.
Su brazo rodeó mi espalda y me aferró contra él.
—Todo va a estar bien —repitió con calma.
(...)
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Extraño; Spreen
Fiksi PenggemarSabrina tiene un hermano menor que siempre trae diferentes amigos a casa. Su nuevo amigo se hace llamar Ivan y es más peligroso y extraño de lo permitido. Sabrina, con su obsesión por descubrir las verdades de las personas, se siente intrigada y se...