____ tragó otro shot de tequila sintiendo el ardor pasar por su garganta y un calor agradable asentándose en su estómago. Era su quinto vaso y no se encontraba bien.
Beber sin comer ni tomar agua era una muy mala idea.
Pero era la octava vez. Era la puta octava vez que alguien mensajeaba a su novio y el se iba corriendo. Cada vez estaba más esquivo y empezó a fijarse en defectos suyos que antes no veía.
Había alguien más. Lo sabía, y dolía muchísimo.
Por lo que se puso a beber sola en su departamento, esperando a que el maldito regresará.
Eran las cuatro de la mañana cuando por fin sonó la puerta y el pelinegro entro dejando sus llaves a un lado. Aún en la oscuridad, ____ pudo observar su camisa desarreglada y su cabello desordenado. Al menos podría no ser tan obvio.
-¡Joder, ____! ¿Qué rayos haces sentada aquí? Pareces sacada de una película de terror.-(se rió con nerviosismo)
Las luces se prendieron y el hombre pudo observar que ella no se reía. Se puso un ambiente incómodo y él desvió la mirada.
-¿Cuantas veces?-(interrogó la mujer arrastrando un poco las palabras)-Dime el número de veces que te has acostado con otra mujer y veré si te perdono.
-_____.....-(llamó con tristeza y vergüenza)
-¡Dime qué es mentira!-(explotó con las lágrimas recorriendo sus mejillas)-¡Dime qué soy una loca! Dime qué soy una toxica y no debería hacerme ideas raras. Explícame por qué no quieres que te toque.......dime qué aún podemos solucionar esto......por favor.....
Cayó de rodillas al piso y continuo llorando mientras se formaba el silencio.
-Lo siento, ____. No debí hacerlo así.....pero conocí a alguien y......la amo.-(confesó con pena)-Asi que.....no sabía cómo pedirte esto, pero.....¿Podrías irte por favor? Ya no podemos vivir juntos.
Ella asintió en silencio. No quería pelear más, ya no había nada que rescatar. Así que callada hizo sus maletas y se fue al único lugar que la aceptaría sin preguntas.
Fue la casa de su estúpido compañero de trabajo. Tocó la puerta, segura de que el dueño estaría durmiendo.
A los pocos minutos Gojou Satoru apareció por la puerta con el cabello revuelto y muy desnudo.
-Lo siento, me iré si estás con alguien.-(habló con rapidez preparada para marcharse)
El albino sostuvo su mano y la metió a su casa sin titubear.
-No hay nadie aquí, ni en un millón de años dejaría entrar aquí a una mujer.-(bufó con molestia)-¿Por qué siempre piensas lo peor de mi?
Ella solo apunto con su dedo a su cuerpo, tratando de mirar sus ojos. Solo sus ojos, que eran los más bellos que existían.
-¿Te da vergüenza ver mi magnífico cuerpo? No estaba desnudo por sexo. Hace mucho calor últimamente.-(explicó antes de ir a su habitación por ropa)-De todos modos, ¿Qué haces aquí? Son las cinco de la mañana un domingo.
____ despegó los ojos de su trasero y volvió a la realidad. Mientras él se vestía, ella pensó en todo lo ocurrido. Esa noche rompieron su corazón. Se quedó en silencio aguantando las lágrimas, solo necesitaba un lugar para dormir mientras encontraba un nuevo hogar.
-Yo......ya no puedo volver a mi departamento y.....-(su voz se quebró cuando vio al hechicero mirándola con seriedad)-Lo siento, dijiste que no aceptabas mujeres. Iré a otro lado....
Sintió como la estrechaba en sus brazos y enterraba su cabeza en el cuello de ella.
-Tu no eres una mujer cualquiera.-(replicó Satoru con dulzura)-Eres especial, puedes quedarte en mi casa todo el tiempo que desees. Todo lo mío es tuyo.
-Gojou.....me iré cuando encuentre un lugar, pero gracias.-(contesto devolviéndole el abrazo)-De verdad gracias.
Siguió llorando en sus brazos. Estaba muy agradecida de que se hubiera puesto ropa o no podría pegarse a él sin pensar cosas raras.
Si le gustará Satoru justo después de romper con su ex sería igual que él. No deseaba olvidar su relación de bastantes años. Lloro hasta que todo se volvió negro.
Cuando despertó estaba en la gran cama del albino y él seguia abrazándola con fuerza. Lo miro dormido y suspiro un poco, era probablemente la persona más atractiva que había visto nunca. Se llevaban muy bien, pero ambos pensaban en el otro como una especie de amor platónico.
El año en que a ____ la recibieron como profesora de hechicería ya llevaba bastante tiempo teniendo un novio que amaba. Gojou ni en un millón de años estaría con alguien con pareja (muchos problemas) y ella.....no podía imaginarse con alguien como él.
Satoru abrió los ojos con tranquilidad y le sonrió perezosamente. No la soltó y solo acaricio su cabello con cariño.
-¿Quieres desayunar?-(le preguntó con la voz ronca)-Te cocinare lo que quieras. ¿Waffles? ¿Panqueques?
-¿Sabes cocinar?-(cuestionó divertida)-No va con tu imagen de niño rico.
-Puedo googlearlo.-(repuso con un puchero antes de ponerse serio)-____, terminaste con él ¿Cierto? Por eso llorabas y no tenías un lugar donde quedarte.
La joven adulta asintió ya más serena. Viendolo en retrospectiva era mejor así, no podría salvar una relación en la que faltaba confianza. Una relación en la que ya no se amaban.
-Puedes quedarte aquí gratis por tres meses.-(le ofreció con una sonrisa amable)-Luego te haré una propuesta y si la aceptas podemos cambiar un poco nuestra dinámica.
-Tres meses es mucho no quiero abusar de t.....-(Gojou puso un dedo en sus labios callandola al instante)
-Tres meses y veremos si cambias de opinión.-
Ella asintió poco convencida. No comprendía de que iba todo eso, pero cuando a Gojou se le metía una idea en la cabeza era mejor no contrariarlo.
Los meses pasaron y ____ estaba recibiendo mucha más atención de la que había tenido en sus primeros veinticinco años de vida. El hechicero agarró la costumbre de abrazarla cada vez que estaban solos. Eran abrazos que solo eran eso, abrazos y la hacían sentir.....cuidada. Satoru de verdad aprendió a cocinar y le preparaba el desayuno y la cena cada vez que podia. Su mayor problema era la falta de pudor del hechicero. ¿Cuál era la necesidad de salir de la ducha sin toalla? Eso no era nada práctico y se pasaba de estimulante.
Al tercer mes ____ no quería decir adiós. Solo deseaba volver a sentir sus brazos rodeándola. Quería burlarse de sus malos chistes y despertar con su sonrisa boba mirándola.
Su conciencia la regañó y la obligó a armar sus maletas para largarse a algún otro lugar. Gojou llegó cuando estaba preparándose para marcharse.
-¿Ni siquiera vas a escuchar mi propuesta antes de irte?-(interrogó con un bufido)-Es una muy atractiva.
-No puedo seguir viviendo con un hombre de esta forma, no es.....apropiado.-(explicó sin estar en verdad convencida)-Ya sabes, no podemos seguir durmiendo juntos y vivir como pareja si no somos pareja.
-¡Ese es el punto! ¡Quiero que seas mi novia!-(exclamó el albino frustrado)-Evidentemente te amo, no quiero que te vayas. No soy el tipo de persona que hace todo lo que hacemos con cualquiera. Mi propuesta es soy todo tuyo así que quédate aquí y reclamame.
Ella abrió la boca sorprendida, de verdad consideraba al hechicero más fuerte muy fuera de su liga. Aunque sus acciones le indicaban que había algo más entre ellos, solo lo creyó una ilusión. Se sonrojó de ilusión al pensar que sus sentimientos eran correspondidos y dió un paso hacia él.
Se detuvo un segundo antes de tocarlo. ¿Estaba bien salir con alguien nuevo después de tan poco tiempo? ¿No debería dolerle más?
Al parecer, Gojou leía las dudas en su mirada ya que acortó la distancia con un beso. Fue lento y cuidadoso, un beso que indicaba algo mucho más profundo que la pasión. El albino se separó un par de minutos después y acaricio su espalda con cuidado.
Ella solo negó antes de volver a besarlo.
Su ex podía irse a la mierda.
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Anime x Tú
FanfictionOne-shots de diversos chicos del anime, con la lectora como protagonista. Se aceptan pedidos. Ningún personaje me pertenece, a excepción de la protagonista.