La historia del pasado

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Nota: este es un capítulo bastante extenso. Así que es muy provable que tenga algunos errores que se escaparon a mis multiples revisiones. Me disculpo por ellos de antemano, y espero que no sean tan molestos como para arruinarles el capítulo. 

Irlanda 4... d.c

Kieran se quedo plantada de pie frente a las grandes puertas del palacio. Eran simplemente hermosas y aterrorisantes ¿Por qué alguin iba a necesitar unas puertas tan grandes? Claro que, se suponida que los palacios simpre eran así, aunque ella no hubiera estado nunca antes en uno, si había escuchado rumores. Los detalles que tenía aquella puerta la tenía atrapada, hasta que un golpe en su espalda le llamó la atencion.

Braini llego junto a ella y le dio un codaso para que despertara.

— Deja de soñar, Kieran— el joven le sonrió, y luego miró las puertas que se abrian frente a ellos. Los guardias les estaban dejando entrar junto a los demas artistas de su carabana que particiarian esa noche en el evento de compromiso de la princesa heredera — La bruja te esta buscando.

— Braini... — Kieran trató de ser paciente y no reprenderlo — No la llames así. Ella es tu hermana.

— Lo sé. Pero, no deja de ser una bruja por eso, ¿O sí?— otras tres chicas hermosas, que eran parte del eleco de bailarinas de la carabana a la que Braini y ella pertenecia, pasaron junto a ellos alegremente, jugando con sus listones y arrastrando a Braini con ellas y su alegria.

— Ese tonto... — dijo Andrea que había llegado junto a Kieran mirando el comportamiento de su hermano con desaprobacion — ¿Cuándo entendera?

— Dejalo. Él es feliz— le dijo Kieran.

— Su felicidad es vulgar. Como si no supiera que por sus venas corre sangre noble ¿Cómo se atreve a comportarse así?

Kieran no dijo nada. Ella sabía perfecto que Andrea y Braini eran hijos de una familia noble, que Andrea lo había dejado todo por ayudarla, por sarbarle la vida. Arrastrando a Braini a aquella miserable vida. Por eso le gustaba mucho ver a Braini sonreir, aquel sonido liberaba un poco su conciencia.

— Como sea. Necesito que esta noche te comportes, Kieran.

— ¿De qué hablas?

Andrea la miró entreserando los ojos.

— Sabes perfecto de lo que hablo. Nada de robos. Esta no es una simple casa de personas ricas. Estamos en el palacio del rey y estara rodeada de guardias. Si alguien te atrapa te mataran. Así que por favor...

— De acuerdo, de acuerdo. Esta noche me limitare a hacer mi trabajo, ¿Contenta?— preguntó Kieran levantando las manos en señal de rendicion.

— Prometelo.

— ¿No confias en mi?

— No. Así que prometelo.

Kieran sonrió y para tranquilidad de Andrea, lo prometio.

El trabajo de Kieran consistia en acomodar los vestuarios y cargar todas las cajas de los artistas de la carabana. Lo hizo puntualmente, pero como simpre, se aburrio a mitad del espectaculo y desaparecio. Deambulo por los pasillos del palacio sin ser vista por los guardias y de pronto llego a la sala de oracion del rey. Un lugar lleno de oro y cosas que probablemente tenían mucho valor, pero lo que sin duda llamó la atenion de la chica, fue una corono de oro que descanzaba sobre un cojin en el centro del altar de oracion. Kieran la tomo y se fue sin ser vista. Avanzo en silencio hasta llegar al jardin. Solo tenái que saltar el muro y regresar al campamento, tomar sus cosas, las de Andrea y Braini y luego marcharse, vender la corona y sacar a sus amigos de aquella vida que no era lo que se merecian.

Cuando el amor se convierte en odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora