La última gota de amor de un corazón roto (final)

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Lena fue abriendo los ojos poco a poco.

Escuchaba un zumbido en sus oídos. Tenía la boca seca y sentía muy tensos los músculos. Intentó moverse, pero eso le provocó más dolor.

De pronto, se dio cuenta de que no solo era el dolor físico lo que le impedía moverse, sino las cuerdas que la sujetaban de manos y pies a una silla.

Apretó los ojos y sacudió un poco la cabeza para aclarar sus ideas. Cuando los abrió, vio a Kara frente a ella.

Golpeada y sangrando. De rodillas y amordazada. Con las manos atadas a la espalda y los ojos llenos de lágrimas.

Intentaba gritar, pero la mordaza en su boca solo le permitía articular unos gemidos extraños. Lena se quedó paralizada al verla. Con un fuerte dolor en el pecho y sintiéndose dentro de una pesadilla.

— Kara...— susurró, sintiendo extraña incluso su garganta.

— ¿Lindo no crees?

Escuchó la voz de Andrea y se giró para encontrarla a su derecha. Con los brazos cruzados sobre el pecho y recargada en aquella enorme máquina.

— ¿¡Qué demonios es lo que estás haciendo!?— gritó Lena tratando de liberarse — ¡Suéltame!

— Mmm...— Andrea caminó sin prisa rodeando a su prisionera y dándose pequeños golpecitos en la frente con el dedo pulgar mientras fingía estar pensando. Se detuvo frete a ella y se inclinó para quedar a su altura — No. — dijo sonriendo.

Lena volvió a hacer todo lo posible por liberarse. Pero fue en vano.

— ¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué haces esto?

— ¿Qué quiero? — Andrea miró a Kara, sonrió y luego regreso su atención a Lena — Te quería a ti. Pero la elegiste a ella. Siempre la elegiste a ella.

— Andy, por favor.

— ¿¡Por favor qué!?— gritó perdiendo la compostura — ¡Oh no Lena! ¡Esta vez no podrás convencerme de nada! Me lastimaste y humillaste hasta el cansancio. Y ha llegado el momento de cobrarme todo.

Parecía que Lena estaba escuchando a Andrea, pero lo que en realidad estaba haciendo era analizar la situación para liberar a Kara y salir de allí. Podía escapar por varios lugares, pero primero tenía que deshacerse de Monel y de alguna manera dejar inconsciente a Andrea. No podía justificarla. Sabía que lo que estaba haciendo estaba mal, pero ella tenía mucha culpa de que Andrea se sintiera tan miserable como para hacer todo aquello.

— Quiero que sufras. Que sientas todo lo que yo he tenido que aguantar. Todo ese dolor.

— Entonces deja ir a Kara— pidió Lena — Ella no tiene nada que ver con esto. Fui yo quien te utilizó.

Andrea la abofeteó en cuanto dijo aquellas palabras. Para después besarla apasionadamente.

Lena no correspondió a beso y eso la hizo enfurecer aún más.

— Deja que se vaya — volvió a pedir cuando Andrea se separó.

— Por supuesto que no — dijo Andrea alejándose de Lena con una sonrisa en los labios.

Fue junto a Monel y tomó una cubeta llena de agua helada. Agua que arrojó contra Kara, mojándola de pies a cabeza.

Kara volvió a gritar, pero la mordaza en sus labios atenuó el sonido.

— Veras. Dado que provocarte un daño físico a ti, no te destruirá realmente. Me puse a analizar la mejor manera de cobrarme todo el dolor que me hiciste sentir. Así que pensé que la mejor forma de hacerte daño, tanto daño que tu corazón dejé de latir angustiosamente, es destruyendo lo que más amas en el mundo.

Cuando el amor se convierte en odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora