En otra vida - Nunca puedes elegirme a mí

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— Tengo un mal presentimiento—. Le dijo Kara a Lena mientras observaba la pequeña habitación en la que esperaría un par de horas.

— No te preocupes. Esto solo es mientras podemos escapar. Alex está arreglando las cosas, solo tenemos que espera a que vengan a buscarnos.

Kara se paró junto a la ventana con los brazos cruzados y la mirada perdida. Tenía miedo y sentía que las cosas no saldrían bien. Lena la miró y trató de calmar sus propios miedos. La abrazó por la espalda y beso su cuello.

— Te prometo que todo estará bien. Siempre que estemos juntas. Te amo no lo olvides.

Kara se giró y beso a Lena.

Pero en un segundo el infierno se desato.

°°°

Monel abrió la puerta de una patada con pistola en mano, sorprendiendo a las dos jóvenes. Las miro completamente enloquecido mientras las apuntaba con su arma. Lena se puso delante de Kara para protegerla con su cuerpo al ver a su hermano. La habían encontrado y necesitaba pensar rápido para poder salir de ahí. Kara estaba temblando, podía sentirla detrás de ella.

— ¡Eres una imbécil! — grito Monel llamando su atención.

— ¡Espera por favor, hermano! ¡Déjame explicarte!

— ¡Cierra la maldita boca, engendro! ¡No quiero escuchar nada! ¡Te dije que te comportaras! ¡Te pedí que no hicieras una estupidez! — Monel se acercó más a ellas, aun manteniendo la pistola apuntándola mientras su cara se ponía roja por la ira. — ¡¿Por qué tenías que meterte con mi prometida?! ¡¿Por qué con ella?!

— Yo no elijo de quien enamorarme...— fueron las últimas palabras de Lena ya que su hermano le disparo.

Kara gritó asustada. Ni siquiera sintió la sangre de Lena que había salpicó su rostro.

Lena ya hacía en el piso de la habitación con un agujero en la frente y en medio de un charco de sangre. Había muerto al instante.

Kara estaba en shock, pero temblorosa intentó arrodillarse junto al cuerpo de Lena. Sin embargo, Monel no se lo permitió, cargo un nuevo tiro y la siguió apuntando.

— ¿Qué hiciste? — pregunto ella con un nudo en la garganta.

— ¡Ella me obligo! ¡Siempre me obliga a hacer cosas por ella y ahora...!

— ¡Estás loco!

— ¡Ustedes son las locas! ¡Ustedes son los monstros! ¡No importa cuántas veces hagamos esto siempre es lo mismo! ¡Nunca puedes elegirme a mí!

— ¿De qué estás hablando?

La verdad era que las palabras habían salido de la boca de Monel sin que él se diera cuenta. Ni siquiera él mismo entendió lo que dijo, pero por alguna razón, si lo sintió. Estaba harto y cansado y dolido y asustado. La sangre de Lena corrió por el piso hasta los pies de Monel. Él trato de evitar que lo tocara.

Había matado a su propia hermana, pero no se arrepentía de ello.

— Tuve que hacerlo. — le dijo al cuerpo sin vida de Lena y luego volvió a mirar a Kara. — Tengo que hacerlo. — dijo antes de dispararle justo al corazón.

Cuando el amor se convierte en odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora