Llegué a casa después de terminar mis clases, encontrando a mamá que era una beta en la cocina preparando la cena como de costumbre. La saludé, pero no obtuve respuesta, lo que me hizo preguntarme si no me había escuchado o si simplemente me ignoraba. De cualquier manera, decidí no darle más vueltas y subí las escaleras hacia mi habitación. Al entrar, dejé la mochila a un lado y me dejé caer en la cama con un suspiro de cansancio, cerrando los ojos por un momento para descansar un poco después de un día agotador.
Sin embargo, mi breve momento de paz se vio interrumpido por la voz de mi madre que me pedia bajar ha cenar. Al descender, noté que la mesa ya estaba puesta y que mamá ya estaba comiendo. Me senté justo enfrente de ella en silencio y comencé a comer, mientras de vez en cuando la miraba de reojo. Hoy estaba más callada de lo normal, lo cual me parecía un poco extraño, pero decidí no indagar y seguir adelante con la cena.
Fue entonces cuando mamá anunció de repente —Mañana iremos al hospital— Levanté la mirada, confundida por su repentino anuncio.
—¿Al hospital?— pregunté, buscando respuestas en su mirada.
—Eso es correcto— confirmó— Te harás el examen de alfa, beta u omega— Su respuesta me hizo fruncir el ceño, y no pude evitar preguntar lo que ya sospechaba
—Eso fue una orden de papá, ¿verdad?— Su reacción fue reveladora; se estremeció ligeramente y bajó la cabeza en silencio. Suspiré resignada, asumiendo la verdad— Lo supuse— murmuré para mí misma, mientras me levantaba de mi asiento—Gracias por la comida, mamá— dije con voz suave pero firme, tratando de ocultar mi frustración—Estaba deliciosa— Con esas palabras, dejé la mesa, dejando a mi madre sumida en un incómodo silencio mientras me retiraba a mi habitación.
Me quedé en mi habitación, sentada en la cama, observando el hermoso cielo nocturno y estrellado a través de la ventana. Mientras disfrutaba de esa serenidad, el sonido de un coche llamó mi atención. Al asomarme, vi a mi padre que era un alfa dominate saliendo del vehículo, claramente afectado por el alcohol. Esa parte ya no me sorprendía.
Lo que realmente me dejó perpleja fue lo que ocurrió a continuación. Vi cómo se acercaba a la persona que lo acompañaba en el coche y, con gestos confusos, la besaba antes de entrar en casa. Era un momento incómodo y difícil de presenciar, especialmente sabiendo que mi madre estaba dentro.
Vi cómo mi padre volteaba hacia donde estaba yo, así que cerré la ventana rápidamente para evitar ser descubierta. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, temiendo que él me hubiera visto observando la escena desde la seguridad de mi habitación.
Cuando oí a mi padre entrar, casi al instante escuché a mi mamá preguntándole por qué tardó tanto esta vez. Él simplemente la apartó bruscamente e ignoró su pregunta. El sonido de su discusión comenzó a filtrarse por la puerta cerrada de mi habitación, y aunque quería evitarlo, no pude dejar de escuchar.
El tono de mi madre estaba cargado de frustración y dolor, mientras que el de mi padre sonaba distante y desinteresado. Las palabras se volvían afiladas como cuchillos en el aire tenso de la casa. Mi corazón se apretaba con cada intercambio, sintiendo el peso de la tensión familiar sobre mis hombros.
Intenté bloquear el sonido, apretando las manos con fuerza sobre mis oídos, pero era inútil. La discusión entre ellos se fue calentando poco a poco hasta que escuché un sonido sordo seguido de un grito ahogado de mi madre. Mi corazón se detuvo por un instante, y luego el miedo se apoderó de mí cuando entendí lo que estaba pasando. No sabía qué hacer, tan solo podía escuchar los pedidos desesperados de mi madre.
Las palabras hirientes y los golpes resonaban por toda la casa, convirtiendo el lugar que solía ser nuestro refugio en un escenario de horror. Mis manos temblaban mientras me aferraba al borde de la cama, incapaz de moverme, paralizada por el miedo y la indecisión.
El sonido de la violencia era insoportable, y cada golpe parecía retumbar en mi alma. Quería correr hacia donde estaban, quería proteger a mi madre, pero el miedo me mantenía anclada en mi lugar.
Las lágrimas comenzaron a deslizarse por mis mejillas mientras rezaba en silencio por la seguridad de mi madre, esperando que alguien viniera en su ayuda y pusiera fin a esta pesadilla que se desarrollaba.
Después de unos minutos, los golpes cesaron, dejando un silencio pesado en la casa. Ahora solo se oían los sollozos entrecortados de mi madre desde la sala, mientras mi padre trataba de justificar lo sucedido con excusas vacías. Su voz sonaba rígida y tensa, como si estuviera tratando de minimizar la gravedad de la situación.
Quería salir y ayudar a mi madre, pero sabía que si lo hacía, mi padre se enojaría y las cosas empeorarían. Me mantuve dentro de la habitación, sintiendo impotencia y dolor mientras las lágrimas seguían resbalando por mis mejillas. No sabía cuánto tiempo pasó exactamente, pero la fatiga y el agotamiento emocional finalmente me vencieron, y mis ojos se cerraron lentamente hasta que me quedé dormida.
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¡Hola a todos! Mis más sinceros saludos, queridos lectores. Espero que disfruten de esta historia. Sé que el principio está un poco turbio, pero es así por el bien de la trama. Por favor, voten y comenten, sus opiniones son muy importantes para mí. ¡Gracias por leer!
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Verdades Ocultas (Bakugo X Tn)
FanfictionTener que pasar por discusiones y peleas familiares a diario, soportar las frecuentes humillaciones en la escuela y no tener en quién apoyarse la tenían cansada. Aun así, trataba de seguir adelante con la esperanza de que todo mejorara. ¿Será que el...