Cap 40

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No podía soportar más verlo. Estaba a punto de lanzarme para detenerlo cuando de repente escuchamos la puerta de entrada abrirse. La madre de TN entró apresuradamente y se detuvo al ver la escena frente a ella. Mi impulso de intervenir se detuvo momentáneamente y me escondí nuevamente junto a Eijiro.

-¿Qué está pasando aquí? -preguntó la madre de TN, su voz temblorosa pero decidida.

-¡Nada que te importe! -rugió el hombre, levantando la mano para golpear a TN nuevamente.

La madre de TN se interpuso, recibiendo el golpe en su lugar. El sonido del impacto resonó en la casa, y TN gritó en desesperación.

-¡Corre, TN! -le gritó la madre, con lágrimas en los ojos. -¡Corre y no mires atrás!

-¡No! -TN se negó, su cuerpo temblando de miedo y preocupación por su madre.

-¡Corre, TN! -gritó su madre nuevamente, su voz temblando pero firme-. ¡No te preocupes por mí, solo corre!

-¡No la escuches, mocosa! -rugió su padre, avanzando hacia TN con una mirada asesina en sus ojos-. ¡Vas a quedarte aquí y obedecerme!

La madre de TN se interpuso una vez más, con los brazos extendidos como un escudo humano. -¡Déjala en paz! -gritó-. ¡No tienes derecho a tratarla así!

-¿Derecho? -se burló el padre, con una sonrisa cruel en su rostro-. Yo soy el hombre de esta casa. ¡Hago lo que me da la gana!

La madre de TN intentó responder, pero otro golpe brutal la derribó al suelo. TN gritó en desesperación y corrió hacia su habitación, cerrando la puerta detrás de ella mientras las lágrimas caían libremente por su rostro. Los gritos y los golpes continuaban, reverberando por toda la casa.

Desde el exterior, Eijiro y yo mirábamos impotentes, hasta que Eijiro tomó una decisión. -¡No podemos esperar más! -dijo con urgencia-. ¡Llama su atención!

Asentí y lancé una piedra contra la ventana de TN. Al principio no hubo respuesta, pero después de unos momentos, la ventana se abrió y apareció el rostro aterrorizado de TN.

-¡TN, ven aquí! -grité en un susurro-. ¡Tienes que salir ahora!

-¡No puedo dejar a mi madre! -sollozó TN, sus ojos llenos de miedo.

-¡No hay tiempo! -insistió Eijiro-. ¡Vamos a sacarte de aquí y luego volveremos por tu madre, te lo prometo!

Los golpes en la puerta de su habitación se hicieron más fuertes, y podíamos escuchar los gritos furiosos de su padre. TN dudó, su cuerpo temblando de miedo, pero finalmente asintió. Con nuestra ayuda, logró salir al borde de la ventana, pero se detuvo, mirando hacia abajo con terror.

-¡No puedo saltar! -dijo, su voz temblorosa-. ¡Es demasiado alto!

-Confía en nosotros, TN -le dije, mi voz firme pero tranquilizadora-. Te atraparemos. Solo salta.

-¡Rápido, TN! -instó Eijiro-. ¡No tenemos mucho tiempo!

TN cerró los ojos, respiró hondo y saltó. La atrapé justo a tiempo, sintiendo el impacto de su cuerpo tembloroso contra el mío. La envolví en un abrazo firme, utilizando mis feromonas para tratar de calmarla. Pude sentir su miedo y su angustia, y deseé poder hacer más para aliviar su dolor.

-Te tengo -le susurré, sosteniéndola con fuerza mientras Eijiro nos cubría las espaldas-. Todo va a estar bien.

Comenzamos a correr, alejándonos de la casa. TN sollozaba contra mi pecho, sus manos aferrándose a mi camisa con desesperación. Mis feromonas parecían ayudar un poco, pero su terror era palpable, su cuerpo seguía temblando a pesar de mis esfuerzos por calmarla.

A medida que nos alejábamos, sentí que TN empezaba a respirar de manera errática. Su agarre en mi camisa se hizo más débil, y sus sollozos se convirtieron en jadeos. Me detuve, mirándola con preocupación.

-¿TN? -le llamé, pero ella no respondía. Sus ojos estaban desorbitados, y parecía estar al borde de un colapso-. ¡Eijiro, algo está mal!

Eijiro se acercó rápidamente, su rostro lleno de preocupación. -¡Está teniendo un ataque de pánico! -dijo con urgencia

Me apresuré a asegurarme de que TN estuviera bien sostenida en mis brazos mientras intentaba mantener la calma. Sus sollozos eran cada vez más intensos, y el temblor en su cuerpo no se detenía.

-TN, mírame -le pedí con voz firme pero suave-. Solo respira. Estoy aquí contigo. Todo va a estar bien.

Eijiro se arrodilló a nuestro lado, hablando en un tono tranquilizador. -TN, enfócate en mi voz. Respira hondo y despacio. Estamos aquí para ayudarte.

TN tenía los ojos cerrados, y su respiración era errática. Intenté ajustar mi abrazo para que se sintiera más segura, y aumenté la liberación de mis feromonas para ayudar a calmarla.

-Toma aire lentamente -le instruí-. Inhala profundamente... y exhala despacio.

Eijiro también comenzó a contar con calma, ayudando a TN a seguir el ritmo de su respiración. -Uno, dos, tres... inhala. Cuatro, cinco, seis... exhala.

Finalmente, TN empezó a concentrarse en la respiración, su cuerpo comenzó a relajarse lentamente. Los temblores fueron disminuyendo, aunque aún parecía asustada y agotada. La miré con ternura y preocupación, sintiendo una oleada de alivio cuando vi que su respiración se estabilizaba.

-Lo estás haciendo muy bien -le dije, tratando de ofrecerle algo de consuelo-. Solo sigue respirando así, y pronto estarás mejor.

TN asintió débilmente, y su mirada se volvió un poco más enfocada. Eijiro, aliviado, se quedó a su lado para asegurarse de que estuviera bien. A medida que su respiración se normalizaba, su agarre en mi camisa se relajó un poco, y sus sollozos se hicieron menos intensos.

-Vamos, TN, ya estamos lejos de allí -le recordé-. No tienes que volver a ese lugar. Te protegere sin importar que, lo prometo.

De repente, el teléfono de TN sonó. Ella lo sacó con manos temblorosas y vio que era su madre. Respondió rápidamente, su voz aún quebrada por la emoción.

-¿Mamá? -dijo TN, tratando de mantener la calma.

-TN, cariño, escúchame bien -dijo su madre, su voz sonaba cansada pero firme-. Quédate con Bakugo hasta que las cosas se calmen aquí. No vuelvas a casa por ahora.

-¿Estás bien, mamá? -preguntó TN, la preocupación evidente en su tono.

-Sí, estoy bien, solo un poco adolorida -respondió su madre, tratando de tranquilizarla-. Pero tu padre ha salido a buscarte, así que ten mucho cuidado, ¿de acuerdo?

El miedo volvió a los ojos de TN, y su respiración se volvió errática nuevamente. Tomé su mano y le di un suave apretón para recordarle que no estaba sola.

-Vamos a mantenernos a salvo -dije con determinación, mirando a Eijiro, quien asintió en señal de acuerdo.

-Gracias, mamá -murmuró TN, sus ojos llenos de lágrimas-. Te quiero.

-Yo también te quiero, cariño. Mantente fuerte -respondió su madre antes de colgar.

TN bajó el teléfono lentamente, todavía asimilando las palabras de su madre. La rodeé con mis brazos, sosteniéndola con fuerza pero con cuidado.

-No te preocupes -le susurré-. No dejaré que te pase nada.

Verdades Ocultas (Bakugo X Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora